Tras haber anunciado el viernes ante empresarios alemanes que en su proyecto de reforma hacendaria no se pretendía aumentar los impuestos, el presidente Vicente Fox añadió ayer a su declaración que su intención no es incrementar gravámenes, sino "eliminar las exenciones".

Posiblemente los mexicanos ya nos estamos acostumbrando a que nuestro presidente haga una declaración un día y al siguiente matice, modifique, precise o de plano se desdiga. Más aún, sabemos que la mayoría de sus discursos se elaboran cual trajes a la medida del escucha en turno. Sin embargo, en lo que se presume una gira para promover las inversiones europeas en México, el Presidente proclama una serie de mensajes destinados a los mexicanos que, en realidad, poco les han de importar a los empresarios extranjeros.

Al tiempo que Fox aclaraba en Francia lo que había dicho en Alemania, su coordinador de políticas públicas, Eduardo Sojo, se deslindaba de hacer comentarios al respecto por "no estar a cargo de ello". No obstante, indicó que la mejor noticia que podemos tener los mexicanos es que los poderes Ejecutivo y Legislativo ya se pusieron de acuerdo en lo que compete a la reforma hacendaria, misma que, desde su punto de vista, podría aprobarse la próxima semana.

Asimismo, en una inesperada respuesta a un puñado de jóvenes críticos, el presidente anunció una posible revisión de la ley indígena, declaración que, como ya lo han solicitado los diputados que integran la Comisión de Concordia y Pacificación, deberá ser ratificada a la brevedad en nuestro país. 

Es muy importante que el Presidente sea preciso en sus declaraciones y no se deje llevar por el entusiasmo ante los diferentes públicos que lo escuchan. Evidentemente hay temas que deben y merecen ser abordados en México y no en el extranjero, sobre todo cuando se trata de cuestiones que rebasan la competencia del Ejecutivo, pero en especial, por su trascendencia, deben tener el lenguaje exacto.

En el mismo tenor, tan pronto pisó tierra española, Fox se comprometió a congelar las cuentas de ETA en México si el gobierno de España se lo solicita y anunció que próximamente se aprobarán en nuestro país reformas judiciales que permitirán agilizar la extradición y entrega de presuntos terroristas establecidos en territorio nacional. 

Comprendemos el impulso del Presidente por colaborar en la lucha antiterrorista, pero, nuevamente, el lenguaje en sus declaraciones luce más por la emoción que por la precisión informativa. Entonces, ¿hay cuentas de ETA en México? ¿Por qué no se nos había dicho? ¿Tiene que venir la orden de allá?

Al margen de los beneficios que sin duda dejará la gira del Ejecutivo por Europa y Asia, es necesario exigir la mayor claridad en los mensajes del Presidente, ya que no a todos los mexicanos nos queda entendible cómo es que al eliminar las exenciones de impuestos a medicinas y alimentos no se aumenta la carga impositiva, por ejemplo.