Ť Aunque no ganó, una pareja de niños fue la que más lució
Festeja embajada cubana su Día de la Cultura con concurso de danzón
JAIME WHALEY
Con un danzón dedicado al mismo danzón , la embajada cubana celebró anticipadamente el Día de la Cultura.
En el amplio y austero Salón Granma de la sede diplomática, los amigos de este más que centenario baile se dieron cita el viernes por la noche para deleitarse con una magistral lección a cargo de Gladys y Antonio, y atestiguar de paso un concurso en el que el premio principal fue -no podía ser de otra forma- un viajecito a La Habana durante cuatro días.
Diez fueron las parejas que participaron en el festejo, amenizado por la agrupación del maestro Gonzalo Romeu, además de otra dupla, ésta fuera de concurso pero que arrancó un buen batir de palmas, formada por Dulce y Amaury, un par de chiquillos de escasos 11 años que le dieron lustre al piso con una ejecución a la alta escuela.
Elsa y Miguel Angel, pareja joven de bailadores veracruzanos que semanalmente, allá en el puerto, despliegan sus habilidades en el ritmo modificado por Miguel Failde en 1879 en la isla, cosecharon los frutos de su apego al danzón y se llevaron el primer lugar, de acuerdo con el dictamen del jurado. Ella es química egresada de la Universidad Veracruzana y él, además de ser administrador de empresas, dirige una especie de club llamado Tres generaciones, que afilia a poco más de medio centenar de danzarines y a una orquesta de 14 filarmónicos que sábado a sábado, al amparo de los Portales, pone a bailar a la flota jarocha.
Todos los concursantes pasaron por tres fases de selección en las que se movieron con música grabada, pero Romeu y su quinteto tocaron deliciosamente para la clase que brindaron Gladys y Antonio, quienes casi de seguro se harán populares a partir de que se empiece a transmitir la telenovela Salomé, en la que ellos pusieron la coreografía.
Mientras tanto mostraron la forma debida, digamos que la mínima técnica necesaria para desplazarse que, señalaron, va así, en tres tiempos, uno, pausa larga, dos, tres, seguidito y a moverse lateralmente con suavidad y elegancia. Gladys, quien al igual que su marido y Romeu imparte clase de apreciación artística en el ITESM-DF, hizo la salvedad de que siempre ''los varones empiezan el baile con el pie izquierdo hacia adelante y luego arrastran el derecho diagonalmente''.
Los pasos laterales son vascos, explicó, y en el baile en sí deben observarse la figura, el cuadrado y los giros, que pueden ser hacia ambos lados. Lo que sí hay que respetar, continuó ilustrando la veterana bailarina, es la introducción, de la que luego se desprenden el primer trío y enseguida el segundo para culminar con el montuno, como ese en el que ahora se recrea Romeu en los teclados
Al final la demanda de la concurrencia fue unánime y casi exigió a Rolando Barroso, el agregado cultural, y a Jorge Bolaños, el embajador, repetir el festejo para el año entrante.