DOMINGO Ť 14 Ť OCTUBRE Ť 2001
Angeles González Gamio
Otra vez Colón
Hace dos días nuevamente se recordó la hazaña náutica de Cristóbal Colón, quien se "encontró" con el continente americano buscando una vía corta a las costas de Asia. Por esa razón nos ha parecido pertinente recordar algunas novedades históricas que comentamos con anterioridad.
Se había dicho siempre que el navegante era genovés; sin embargo, recientes investigaciones del historiador español Fernando del Valle Lersundi le atribuyen origen gascón o navarro. Al margen de ello, admira conocer su perseverancia, que lo llevó a intentar durante años conseguir apoyo para su empresa, en la conflictiva época de la expulsión de los moros de España.
No obstante contar con el apoyo de los franciscanos del convento de La Rábida, estudiosos del tema, que sustentaban los planes de navegación de Cristóbal Colón, los Reyes Católicos rechazaron su proyecto. Sin desanimarse, continuó buscando simpatizantes, entre los que se hallaba el prestigiado médico y cosmógrafo Garci Hernández, quien intercedió ante los soberanos, quienes finalmente aceptaron ayudarle.
Finalmente el 17 de abril de 1492 se firmaron las capitulaciones de Santa Fe, que le otorgaban a Colón el título y cargo hereditarios de almirante y virrey de las tierras que se descubrieran, y el diezmo de todas las ganancias.
La investigación histórica ha desechado esa simpática versión de que la reina hipotecó sus joyas para financiar la aventura. La realidad es que el escribano Luis de Santangel prestó a los reyes mil 140 maravedíes de los fondos de la Santa Hermandad, a los que el almirante añadió otros mil 500 que le prestaron sus amigos mercaderes y banqueros que vivían en Andalucía.
Todos saben la historia: los triunfos y fracasos que dieron como resultado que se conociera un nuevo continente con culturas prodigiosas que, a pesar de ser sojuzgadas por los europeos, brindaron al mundo aportaciones extraordinarias que enriquecieron a la humanidad.
Increíblemente el autor de la hazaña murió pobre y mal querido en Valladolid, España; ni siquiera se bautizó al nuevo continente con su nombre, llevándose ese crédito el cartógrafo Américo Vespucio. Años más tarde, Cristóbal Colón comenzó a ser reconocido; en su memoria se nombraron calles, plazas y se erigieron estatuas por toda España y América. Asimismo, se instauró la conmemoración del Día de la Raza precisamente el 12 de octubre, recordando esa fecha de 1492 en la que por vez primera puso pie en tierras americanas.
En México su figura ha sido polémica; hay grupos que lo denuestan, considerándolo el causante originario de todos nuestros males, al abrir el camino a los conquistadores que destruyeron las culturas autóctonas. También están los que lo admiran y le guardan reconocimiento. Uno de éstos fue don Antonio Escandón, acaudalado empresario que en el siglo XIX donó a la ciudad de México el grupo escultórico que preside una de las glorietas del Paseo de la Reforma.
Admirador de todo lo extranjero, encargó el monumento al escultor francés Enrique Carlos Gardier, quien cobró 20 mil francos por su realización, que se llevó a cabo en París. En estilo renacentista italiano, los pedestales son de granito ruso y las cinco esculturas de bronce. La principal, al centro y en lo alto, representa a Colón erguido y con el brazo derecho levantado. Las otras representan a fray Juan Pérez de Marchena, prior del convento de La Rábida, quien sostiene un compás en una mano; fray Diego de Deza, protector del navegante; fray Bartolomé de las Casas, defensor de los indios, y el insigne fray Pedro de Gante, fundador de los colegios de Letrán y de Niñas. La inauguración se llevó a cabo en agosto de 1879, con la presencia del presidente Porfirio Díaz y su ministro de Fomento, Vicente Riva Palacio.
A unas cuadras del histórico monumento se encuentra uno de los restaurantes más antiguos de la ciudad: El Círculo del Sureste, que desde hace más de medio siglo, en su local de la calle Lucerna 12, ofrece la sabrosa y variada comida de Yucatán. Para empezar, es imperativa la deliciosa sopa de lima; después viene la duda: Ƒcochinita pibil?, Ƒpapadzules?, Ƒzic de venado? Lo mejor es ir en grupo, pedir de todo y compartir. Para el postre, el pan de elote de la casa es muy recomendable.