Ť Argentina, Brasil y México serán los más afectados
Auguran organismos internacionales recesión general en Latinoamérica
AFP
Montevideo, 13 de octubre. América Latina está al borde de una recesión generalizada, según previsiones difundidas esta semana, y sus perspectivas lucen sombrías por el agravamiento de la desaceleración económica mundial tras los atentados del pasado 11 de septiembre en Estados Unidos.
El primero en dar la alarma fue el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Enrique Iglesias, quien estimó que el crecimiento promedio de la economía regional no superará este año uno por ciento, y se apresuró a informar que el organismo financiero prepara un fondo de emergencia para los países más afectados por la coyuntura internacional.
El oscuro pronóstico toma en cuenta el empeoramiento de la situación tras los atentados, dijo el miércoles Iglesias, quien opinó que la región "está entrando en uno de los periodos más difíciles en muchos decenios".
Ya el Fondo Monetario Internacional (FMI), en un estudio realizado antes del 11 de septiembre, había proyectado una tasa de crecimiento regional de 1.7 por ciento.
Iglesias advirtió que existen "grandes riesgos" para América Latina y el Caribe en los meses venideros, ya que cada día se hace más difícil y caro el financiamiento externo (9 por ciento en promedio sobre la tasa de bonos del Tesoro de Estados Unidos), las inversiones se alejan y los precios de las exportaciones se desploman.
La ONU, por su parte, bajó la previsión de crecimiento de América Latina de 3.1 por ciento a 0.8 por ciento, e indicó que Argentina, Brasil y México serán los países más afectados.
Argentina lleva 40 meses sin crecer, y el fantasma de una moratoria en el servicio de su deuda pública de 132 mil millones de dólares (46 por ciento del PIB) se volvió a sentir esta semana, multiplicando las previsiones sobre la necesidad de restructurarla.
El riesgo país medido por JP Morgan alcanzó el miércoles mil 906 puntos (19.06 por ciento de sobretasa de interés), el más alto entre las economías emergentes, para cerrar esta semana en mil 834 unidades. El presidente Fernando de la Rúa, dijo, sin embargo, que ese indicador no afecta a Argentina, pues la nación no está tomando crédito.
No obstante, en un contexto agravado por la incertidumbre que generan las elecciones legislativas del domingo, que avizoran una dura derrota para el gobierno, las calificadoras de riesgo bajaron nuevamente esta semana la nota de la deuda argentina ante el temor de un default (cesación de pagos).
Moody's argumentó que las "condiciones actuales no son defendibles" a largo plazo. Fitch destacó que "la capacidad del gobierno de cumplir sus obligaciones se ha debilitado, y aumentaron los incentivos para buscar una restructuración de la deuda".
Standard and Poor's (SP) justificó la decisión, al señalar que el crecimiento de Argentina está "cada vez más lejos", y consideró que existe una "significativa probabilidad" de default. Estimó asimismo que "es cada vez más probable que Argentina tenga que restructurar su deuda".
En semana se confirmó que el FMI, el BID, y el Banco Mundial (BM) trabajan con el gobierno de ese país en un plan para la restructuración.
La situación argentina se degradó aún más al conocerse el dato sobre la recaudación fiscal de septiembre (14 por ciento inferior al mismo mes de 2000), que hace temer que el Ejecutivo no pueda cumplir la meta del déficit fiscal cero (DFC) acordada con el FMI en agosto pasado, condición indispensable para la obtención de financiamiento externo.
Argentina enfrenta, asimismo, problemas de competitividad en materia de exportaciones, en particular frente a Brasil, ya que el peso, atado al dólar por ley desde 1991, es demasiado fuerte ante el real brasileño, que ha perdido cerca de 30 por ciento de su valor desde principios de año.
Cavallo repitió el viernes, una vez más, que Argentina no abandonará la convertibilidad (un peso igual a un dólar).
La crisis argentina, sumada a una desaceleración global agravada por los ataques en Estados Unidos, se cierne como nube negra sobre las demás economías de la región.
El riesgo país de Brasil se situaba esta semana alrededor de mil 240 puntos, nivel que indica "la aversión" de los inversionistas, y la bolsa, a pesar de un repunte esta semana, ha perdido 29.3 por ciento en el año.
Sin embargo, analistas señalan que los aprietos de Brasil son diferentes de los de Argentina; no prevén para la primera economía de la región una "crisis de la deuda" similar a su vecino, y vaticinan que los mercados de capitales se le volverán a abrir en 2002.
El panorama para la otra locomotora latinoamericana, México, altamente dependiente de Estados Unidos en materia comercial y acostumbrada a un fuerte ritmo de crecimiento en los últimos años. no es alentador.
En el segundo trimestre la economía mexicana se mantuvo estancada, con crecimiento nulo en relación con el mismo periodo de 2000. En los primeros tres meses de 2001 el PIB mexicano creció 1.9 por ciento, según datos oficiales.
La producción industrial cayó 5.4 por ciento en agosto respecto al año anterior ?3 por ciento en lo que va de 2001?, arrastrada por la contracción de las exportaciones a Estados Unidos. La balanza comercial se mantiene deficitaria.
El FMI situó ya antes de los atentados las perspectivas de crecimiento de México en 0.8 por ciento, producto de una desaceleración más larga y pronunciada de lo esperado en Estados Unidos, al que el país exporta el equivalente a 25 por ciento de su PIB.
La situación en Argentina determinó un leve aumento del riesgo país mexicano, así como una reversión en la progresiva apreciación del peso.
Con el descenso de ingresos por el menor crecimiento, las autoridades tomaron medidas para proteger sus metas fiscales. En ese terreno, el FMI recomendó "una pronta aprobación de la reforma impositiva (que) sigue siendo crítica para reducir las vulnerabilidades fiscales (de México) a mediano plazo".
A pesar de la coyuntura internacional, Chile logró colocar el jueves en Nueva York un bono soberano por 650 millones de dólares, con una sobretasa de 256 puntos (2.56 por ciento), según el Ministerio de Hacienda, en una muestra de la confianza de los mercados en el país andino.
Los bonos de la deuda chilena tienen la menor sobretasa entre los países de Latinoamérica.
Según las más recientes previsiones, nacionales e internacionales, Chile sufrirá un nuevo retraso en la recuperación de su ritmo económico este año, afectado en particular por los comportamientos de Estados Unidos, Argentina y Brasil, pero aun así el país se mantendrá entre los de mayor crecimiento.
Esta semana el Banco Central revisó a la baja el comportamiento de la economía chilena, y previó para 2001 un crecimiento de 3 a 4 por ciento del PIB.
El presidente del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), Pablo Schneider, previó esta semana "graves consecuencias" para Centroamérica tras los atentados, y señaló posibles caídas en rubros de exportación a Estados Unidos, como materias primas, bienes industriales y servicios, así como en el monto de las remesas familiares desde ese país.