DOMINGO Ť 14 Ť OCTUBRE Ť 2001
Ť Foro en Casa Lamm; preciso, entender que medios no suplen lucha social ni política
La radio en la transición: entre la pluralidad, la censura disfrazada y la autorregulación
RENATO DAVALOS
Una vieja octogenaria, rezongona y rebelde, especialmente con el segundo aire que le dieron las últimas dos décadas, todavía da de qué hablar. El rostro arcano de la radio, como parte de los medios y el poder, pasó por la ironía de Julio Hernández, las preguntas de Jenaro Villamil y las referencias de Carmen Aristegui.
Una jornada más en la Casa Lamm, que escuchó las reflexiones sobre el cuarto, primero o quinto poder, según la concepción de quienes preguntaron al panel, que completó Estela Livera. El tema: Los medios de comunicación social y el poder. La radio.
Es la misma vieja que galvanizó su caminar en las últimas dos décadas imponiendo modelos y que hoy abre sus brazos a la inversión extranjera, tratando de adaptar sus años a la globalización.
La apertura de los medios, resumió Julio Hernández, columnista de esta casa editorial, es directamente proporcional al menosprecio del poder. No acudimos a la transformación democrática del 2 de julio, sino a un triunfo mercadotécnico y publicitario que continuó con un modelo económico que inició Miguel de la Madrid.
En el juego del axioma de Goebbels, Hernández estableció que, a diferencia de ese concepto, el presidente Fox hoy dice mil veces una mentira y se convierte en verdad.
Jenaro Villamil introdujo al análisis el rumbo de la radio a partir de la participación extranjera, a la que se resisten los concesionarios. Y se acompañó de las dudas que envuelven a este medio de comunicación, que ha perdido autonomía después de imponer sus códigos a la televisión. La ecuación se ha invertido, dijo.
La radio la escuchan las mujeres en una proporción doble a la de los hombres. Jóvenes de 12 a 25 años de edad. Es a ese sector al que la radio no ha respondido a cabalidad, señaló.
Carmen Aristegui recurrió a la dureza de los datos para ejemplificar la evolución del medio de comunicación, y culminó con el tema de la autorregulación, debate que se avecina con la configuración de la nueva ley que deberá discutirse en breve.
La conductora hizo el recuento de la radio en los últimos años, los tiempos cuando la fuerza priísta era prácticamente hegemónica respecto de los otros partidos, hace apenas 12 años.
Pero también planteó el asunto de la autorregulación, que será el gran tema de debate junto con la reformas a la ley sobre información pública, que actualmente se analiza en la vida política nacional.
Del triunfo mercadotécnico
Julio Hernández abrió su intervención con una disculpa por no haber llevado el mensaje que había preparado. "No lo traje porque incluía códigos crípticos", jugó.
Se remontó al salinato para recordar la obsesión del ex presidente por controlar los medios de comunicación. Zedillo consolidó la costumbre del canciller Castañeda. Explicó: siempre buscó las publicaciones en inglés, su máxima preocupación.
El 2 de julio tuvimos un asalto al poder por un grupo empresarial que recuperó la ''franja democrática" iniciada por De la Madrid, Gil, Levy y otros, que precisamente "no eran las víboras y tepocatas" de las que Fox habló en campaña. Lentamente atestiguamos que el 2 de julio no fue una construcción democrática, sino un triunfo mercadotécnico, expresó.
''Y cuando se habla de verdades como el IPAB o el toallagate, simplemente se dice desde el poder que fue un malentendido o que algunos están apanicados. Martha de Fox nos enseña la agrupación Vamos México, que la concibe desde la sociedad civil, aunque con medios del gobierno y un genio mercadotécnico, José Antonio Sosa, al frente de un esfuerzo que pretende el combate a la pobreza."
Pero la normalidad democrática no llegó, pues fue falsa. Ahí está el caso tabasqueño, en el que se vio la alianza de Fox con su nuevo compañero de viaje: Roberto Madrazo, apuntó. La información se ha convertido en un gran negocio, pero debe entenderse a final de cuentas que los medios no suplen la lucha social ni política, ni tampoco que el desbordamiento informativo se traduce en profundidad, subrayó.
Villamil, por su parte, lanzó dos preguntas: ƑPor qué las fuerzas militares de Estados Unidos bombardean las estaciones radiales en Kabul? ƑPor qué la radio pública estadunidense es el medio menos controlado y el más escuchado por el público?
De estudios y numerología sacó que las metrópolis más ''radiofónicas" son: Ciudad Juárez, Guadalajara y Puebla, ya con cierto nivel de saturación, y el valle de México por ese camino. Las encuestas refieren que la radio no ha pasado de moda, y que su credibilidad está 14 puntos porcentuales arriba de la televisión.
Hay pluralidad informativa -manifestó-, pero no de los concesionarios. Entre 30 o 40 familias tienen controlado el mercado.
Estela Livera planteó que la nueva censura ahora se disfraza en los grupos empresariales y de publicistas que confluyen en la radio, los cuales determinan los criterios. Se refirió también a la irresponsabilidad de otros medios que emprenden campañas de linchamiento, como el que sufrió Rosario Robles.
La transición democrática, dijo, pasa obligadamente por reformas en la comunicación. De las enmiendas que promueva el gobierno panista dependerá el alcance y el espíritu de cambio del que tanto ha hablado desde que llegó al poder, añadió.