DOMINGO Ť 14 Ť OCTUBRE Ť 2001
Ť Terrorista tiene tantas acepciones que cualquier opositor puede caber, dice miembro de ONG
Activistas temen que los atentados en Estados Unidos dañarán la lucha contra la globalización
Ť El combate a la mundialización de la miseria, indisociable del rechazo a la guerra, señalan
MARIA RIVERA
La lucha contra la globalización de la miseria es indisociable de la oposición a la guerra. Tal es la conclusión que ha empezado a surgir entre las redes del movimiento antiglobalizador del polvo de los atentados del 11 de septiembre. Reponiéndose del pasmo inicial, las organizaciones de la sociedad civil que han puesto en entredicho al sistema neoliberal de Seattle a Génova, están dando los primeros pasos para la construcción de una amplia alianza por la paz.
Los análisis que han aparecido en las páginas de Internet de los grupos antiglobalizadores coinciden en que los ataques a las Torres Gemelas y el Pentágono repercutirán negativamente en su lucha. Advierten que al declarar Estados Unidos la guerra a un enemigo anónimo bajo la formulación genérica de terrorismo permite que toda oposición y resistencia legítima al sistema pueda ser encuadrada en esa figura.
-ƑQuiénes son los terroristas? -se preguntan en una web los organizadores del Foro Social Mundial Porto Alegre 2002-, Ƒlos pueblos palestino, yugoslavo, afgano, checheno, colombiano, ecuatoriano? ƑLos sin tierra brasileños, los zapatistas mexicanos, los piqueteros argentinos, los globalifóbicos del mundo?
Señalan que la falta de soluciones sociales, y de movimientos colectivos para llevarlas a cabo, es lo que abona el terreno al autoritarismo político, la intolerancia nacional y el integrismo religioso. "Es ilusorio pensar que esta violencia potencial pueda ser desactivada sin actuar sobre sus causas. A fin de conjurar los peligros que resultan de un mundo cada vez más maltrecho y desequilibrado a causa de la mundialización neoliberal, los Estados más poderosos refuerzan su poderío militar y sus aparatos policiales poniendo en peligro al conjunto de los derechos humanos, cuando lo que se requiere para acabar con la escalada de terror es la justicia global", explica el Centro Europa Tercer Mundo, CETIM, y el Comité Suizo del Llamado de Bangkok.
Héctor de la Cueva, de la Alianza Social Continental (red que agrupa a sindicatos, ONG y asociaciones campesinas de América), reconoce que el movimiento deberá ser más precavido a partir de ahora, "porque la palabra terrorista tiene tantas acepciones que cualquier opositor puede caber", pero señaló que eso no significa que se vaya a renunciar a la protesta o a las calles. En los próximos días se reunirán en Washington, Brasil y Dakar para analizar la estrategia a seguir en la actual coyuntura.
Sostiene que, independientemente de cuál haya sido el origen de los atentados, lo real es que los beneficiarios inmediatos y directos fueron los gobiernos neoliberales, con Estados Unidos al frente, y los señores de la guerra, es decir, quienes dirigen los poderes militares.
"La militarización mundial -agrega- ha venido acompañada de una ofensiva de la derecha. El movimiento contra la globalización neoliberal había venido cobrando fuerza, tamaño y legitimidad. Los hechos del 11 de septiembre están siendo aprovechados para lanzar una ofensiva ideológica en el ámbito internacional, con la cual buscan recuperar un mayor control político y militar sobre una sociedad civil que se había vuelto cada vez más cuestionante y rebelde, es decir, que hacía valer más sus derechos."
Apunta que otra de las consecuencias de la lucha contra el terrorismo es la restricción de los derechos civiles, como ocurrió en Estados Unidos durante las guerras mundiales. Ejemplifica: el anteproyecto de ley aprobado por el presidente español, José María Aznar, que plantea que en investigaciones contra el terrorismo el centro nacional de inteligencia podrá intervenir comunicaciones y entrar en domicilios, antes de obtener el permiso del juez. El gobierno de Bush propondrá en los próximos días una legislación similar para los estadunidenses.
Pese al oscuro panorama que avizora, De la Cueva recuerda que en estos años se han construido redes muy amplias en torno al tema de la globalización, y que estos movimientos, poseedores de una identidad cultural, ideológica y política muy definida, volverán a actuar. "Estamos haciendo reflexiones, discutiendo cómo empatar la lucha que veníamos dando contra la globalización neoliberal con la construcción de un movimiento internacional, amplio, contra la guerra. Porque no se trata de luchar por una paz en abstracto, debemos detener esta contienda que tiene nombre y cabezas: que presiden el Pentágono y el gobierno estadunidense. Estamos empezando a ver manifestaciones en muchas partes del mundo, pero esto apenas está empezando."
Señala que este contexto podría ser utilizado por el gobierno de Washington para avanzar sobre sus objetivos económicos, como el Area de Libre Comercio para las Américas (ALCA). Si hasta ahora los sindicatos del país vecino habían logrado detener la vía rápida (donde el papel del Congreso es limitado) para negociar estos acuerdos, ahora el gobierno de Bush podría tener el camino despejado para su aprobación. "El ALCA les importa mucho porque es el marco que permite armar el rompecabezas del Plan Puebla-Panamá, del Plan Colombia y de los acuerdos de libre comercio bilaterales. Ahora van a tener un elemento adicional para hacer avanzar esas negociaciones que es la lucha contra el terrorismo. Si no se les detiene, lo que vamos a ver pronto es la consolidación de la hegemonía estadunidense sobre el continente".
Algunos sitios donde se puede obtener información en español sobre el movimiento antiglobalización e información alternativa sobre la guerra son: www.eurosur.org/rebelion/; www.lainsignia.org; [email protected]; www.fzln.org.mx; [email protected]; [email protected]; [email protected]; www.asc-hsa.org; [email protected]; www.nodo50.org/csca/index.html.