Ť Sobresale la exigencia de presentar vivos a los activistas en el foro sobre el tema
Aumentan desapariciones forzadas por la lucha contra el narco: AI
Ť Destacan la falta de justicia y la impunidad hacia los responsables hasta en el gobierno de Fox
JUAN ANTONIO ZUÑIGA M.
En el contexto de la lucha contra el narcotráfico se ha registrado un aumento constante de personas desaparecidas por las fuerzas de seguridad del gobierno, incluidas el Ejército Mexicano y la Procuraduría General de la República, denunció el representante en México de Amnistía Internacional, Cristian Rojas.
En tanto, la presidenta del Comité Eureka por la Presentación de los Desaparecidos Políticos, Rosario Ibarra, informó que han transcurrido ocho meses desde que esta agrupación solicitó audiencia al presidente de la República, Vicente Fox Quesada, sin que hasta el momento haya sido atendida su petición, y aclaró que la única manera de resolver este reclamo de justicia es presentar a las personas ausentes y devolverlas a sus seres queridos.
En el foro Los Desaparecidos en México. La Propuesta de Crear una Comisión de la Verdad, organizado por La Jornada y Casa Lamm, un numeroso público desbordó el auditorio donde se realizó el encuentro, unificó espontáneamente su voz en un reclamo: "¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!", y sirvió de marco a la Asociación 23 de Septiembre para conjuntar su esfuerzo al de Eureka, en su exigencia de que se haga justicia, y castigo a los responsables.
En representación de Amnistía Internacional, Cristian Rojas instó al gobierno mexicano a adoptar la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas, y a "realizar una declaración firme en la que reconozca, condene y exprese su compromiso de averiguar el paradero de los desaparecidos, y de poner fin a esa práctica deplorable" en que incurren las fuerzas de seguridad gubernamentales.
A Amnistía Internacional le preocupa, precisó, que ni las víctimas de desaparición forzada ni sus familiares "disponen de ningún recurso efectivo ante la ley en México para solicitar una reparación por esta violación grave de los derechos humanos que han padecido especialmente cuando están implicadas las fuerzas armadas".
Con base en las denuncias presentadas a esta organización y los elementos documentales aportados, apuntó: "La jurisdicción militar en la que estos casos quedan encuadrados, invariablemente, cuando existe una presunta implicación del Ejército, se ha seguido ofreciendo un manto de impunidad para los perpetradores".
Problema de justicia
Sergio Rodríguez Lezcano, promotor por la presentación de los desaparecidos, opinó que el problema no consiste en la creación de una comisión de la verdad, "de lo que se trata ?puntualizó? es de que cientos de mexicanos fueron secuestrados por soldados regulares o irregulares y no han sido presentados".
La demanda mínima es la máxima, agregó: "Presentación con vida de todos los desaparecidos y castigo a los responsables". Y sintetizó: "Se conocen los nombres de los desaparecidos, se han documentado las circunstancias en que se dio cada caso, se conoce a los presuntos responsables. El problema, entonces, es de justicia".
La periodista Blanche Petrich, de La Jornada, recordó que la lucha antisubversiva en México "ha servido de una eficaz cortina de humo para reprimir movimientos populares", y puso énfasis en que uno de los señalados presuntos responsables de crímenes de lesa humanidad, el general Arturo Acosta Chaparro, se encuentra detenido en una prisión militar procesado por sus vinculaciones con el narcotráfico, y no por desaparición, asesinato y tortura de personas.
Los procesos internacionales contra este tipo de criminales, dijo Petrich, permiten fundamentar que "sí hay esperanza en la lucha contra el olvido y la impunidad", y que el rescate del Comité Eureka de personas desaparecidas ejemplifica con claridad que "la lucha está viva, mientras la memoria está viva".
Algunos casos
El representante en México de Amnistía Internacional comentó varios casos de desaparición forzada, ilustrados en su momento por Rosario Ibarra.
Como el de Minerva Armendáriz Ponce, secuestrada por agentes de la disuelta Dirección Federal de Seguridad el 18 de octubre de 1973, cuando tenía 16 años. Ella era integrante del movimiento estudiantil en su natal Chihuahua, y fue acusada de pertenecer al movimiento armado revolucionario.
Primero estuvo en el cuartel de la quinta Zona Militar y luego fue trasladada en avión a la ciudad de México, donde fue recluida en una celda clandestina con otras 16 mujeres "cuyo paradero sigue siendo desconocido hasta la fecha". En presencia de personal médico sufrió descargas eléctricas, golpes y amenazas de violación. Aunque lo desconocía en aquel momento, Minerva estaba embarazada.
"Minerva Armendáriz es mi amiga, la conozco hace muchos años y vive en Chihuahua (...) Estaba embarazada, es cierto, cuando se la llevaron de 17 años a la cárcel, y nació su hijo Carlos (el 18 de julio de 1974) y sufrió mucho ese niño, creo yo, hasta en el vientre de su madre cuando la torturaron y siguió sufriendo en los años en que no pudo regresar a Chihuahua, que fueron los de su primera edad", continuó la historia Rosario Ibarra, mientras que los gobiernos pasan, la justicia no llega y la impunidad campea.
Continuó: "El año pasado Carlitos se suicidó, Carlitos ya no vive. Ese muchacho no aguantó todo lo que pasaba, no aguantó al ver a su madre luchando, siempre con el recuerdo de un tío asesinado también por el Ejército en la sierra de Chihuahua. El muchacho se dio un balazo el año pasado. Su madre está triste, su hermano menor también. Y todos los que le quisimos y los que queremos a esta maravillosa familia estamos tristes".
Amnistía Internacional documentó. A la edad de 18 años el estudiante del Instituto Tecnológico Regional de Culiacán, Carlos Alemán Velázquez, fue secuestrado por agentes de la Policía Judicial Estatal de Sinaloa el 26 de agosto de 1977.
Rosario Ibarra ilustró. Cuando era procurador general de la República Sergio García Ramírez,"nosotros llevamos a una muchacha hermana de Carlos.
"Después de muchos años de desaparecido se lo enseñaron a ella en las calles de Culiacán. La pobre muchacha, que estaba embarazada, sufrió una fuerte impresión al verlo en la calle, pero se animó y le habló. El muchacho le decía 'no soy Carlos, estoy borracho, estoy borracho'. Y de una camioneta le gritaron '¡perro!' y el muchacho corrió.. y se subió a la camioneta".
Presente el caso de Alemán Velázquez, Rosario Ibarra rememoró. "Cuando vinimos con Sergio García Ramírez a explicarle eso, me dijo: '¡Ay doña Rosario, son ilusiones amorosas de la muchacha!'. El esposo de la muchacha se paró y le dijo: 'Señor, yo no conocí a mi cuñado. Yo lo he visto sólo en fotografías y lo pasaron también por la puerta de mi casa, y no puede decir que son ilusiones amorosas, soy su cuñado, no su hermano'".
La memoria presente
La dirigente del Colectivo Eureka pasó a la memoria presente y refutó el planteamiento hecho por el actual canciller, Jorge Castañeda, quien, según la versión de Rosario Ibarra, ha planteado que para resolver el reclamo de presentación de los desaparecidos y castigo a los responsables 'hay que decirles: señores sus familiares murieron, aquí están sus restos y aquí está su indemnización'.
"¡Qué fácil!" ?exclamó Rosario? ¡Pues no, señores, no van a poder hacer eso, nosotros no pedimos cadáveres, nosotros no queremos dinero, jamás aceptaremos dinero, jamás aceptaremos una indemnización, no queremos reparaciones de esa naturaleza!
"Queremos que se haga justicia y esperamos se cumpla con todo lo que hemos propuesto y nos hemos trazado en este camino de lucha. ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!".
El público asistente aplaudió de pie y respaldó la exigencia. Y en ese marco, una mujer joven caminó hacia el estrado. Pidió el micrófono, recordó el asesinato de los vigilantes de La Jornada, el 2 de abril de 1990. "Mi padre es inocente, pero hemos aprendido a perdonar", afirmó. Su nombre, Maribel Martínez Soriano.