Ť De taxis y peseros "puedes esperar lo peor", se advierte a turistas
En la red, guía para sobrevivir en la ciudad
ELIA BALTAZAR
La ciudad de México extiende sus mitos a los territorios de la red, donde transitan consejos y sugerencias para sobrevivir a sus demonios, entre ellos la inseguridad en todas sus expresiones. Y "no es que sea más complicada u hostil que otras, pero conviene conocer sus secretos", advierte la página Guía virtual de la ciudad de México (www.mexicocity.com.mx), que aconseja, por ejemplo: "Trate de no pedir ayuda a un policía, a menos que sea su única y última opción". O, "saluda al conductor del transporte colectivo y dale las gracias por todo. Quizá lo desconciertes y llegues a tu destino sano y salvo".
Porque sucede que de los males más temidos en esta ciudad, ninguno como los conductores de peseros y taxis, de quienes se advierte que "puedes esperar lo peor". Por eso, "mantente a distancia. Debes comprender que nadie puede permanecer en sus cabales si debe manejar más de dos horas en esta ciudad. Si te topas con alguno de esos choferes, que además sea estúpido, Dios te ampare".
Así se difunden los "encantos" del Distrito Federal en este sitio de Internet, que descubre a los turistas nacionales y extranjeros -porque también es accesible la versión en inglés- los acertijos de la sobrevivencia en una ciudad en la que recomiendan incluso no confiar en las señales de tránsito: "Antes de cruzar una calle mire en ambos sentidos, aunque las señales indiquen que sólo se debe transitar en uno".
La página tampoco alienta la confianza en los capitalinos, pues mucho se insiste en los peligros que significan éstos a la hora de solicitarles una dirección o pedir su orientación para llegar a un lugar. "Si vas a manejar un auto en la ciudad consigue un plano. Si crees que las indicaciones de los citadinos o las señales públicas te llevarán a tu destino estás perdido". Además advierte que "si alguien asegura conocer toda la ciudad, ignóralo. Es un estúpido o un ingenuo. El último que trató de hacerlo murió en el intento".
No faltan las sugerencias que despertarían la sicosis de los más arriesgados. "Sé cortés, pero no abuses. Puede prestarse a malas interpretaciones". Y "no comas en establecimientos improvisados o locales, a menos que no quieras salir del baño las siguientes horas".
Los lugares comunes sobre la seguridad pública también se incluyen: "Evita caminar por las calles después de las 10 de la noche. Si tienes que hacerlo busca las más iluminadas y concurridas". Además, "porta sólo el dinero en efectivo que requieras en el día, sólo una tarjeta de crédito o de débito y una identificación oficial".
En la confección de esta guía para la ciudad no faltan los sarcasmos sobre nuestras vialidades. Es el caso de la descripción que ofrece sobre la calzada de Tlalpan, "una de las más extensas y transitadas de la ciudad, que consta de cinco carriles: el de la extrema izquierda para tránsito lento y vehículos pesados, el siguiente a su derecha para velocidad normal, el del centro para los vehículos que darán vuelta, el siguiente de la derecha es para que bajen pasajeros del transporte público, y el más próximo a la acera para rebasar".
Conducir un auto en la capital también tiene sus secretos y este sitio menciona la verdad por todos padecida: "Si vas a virar en la siguiente calle no te orilles al último carril. Siempre habrá un auto mal estacionado, otro frenará de improviso o un transporte público se detendrá por enésima vez para que suban pasajeros".
Y si lo que quieres es prever el clima, advierte, ten cuidado, "ni por un instante te guíes por el pronóstico del tiempo. Aquí no es Nueva York (puedes utilizarlo como referencia, pero en sentido opuesto)".
El epílogo para este periplo virtual tiene como destinatarios a despistados visitantes extranjeros que, aun después de haber navegado por esta página, insisten en su vocación turística: "Muchos vienen a la ciudad a vivir una experiencia única, lo que la mayoría de las veces logran, pero si desean una experiencia mágica en un país mágico como México es preferible ir a otra ciudad menos peligrosa y más amigable".