VIRUS INFORMATICOS, SIGNO DE LOS TIEMPOS
Los
ataques masivos de códigos informáticos perversos, comúnmente
denominados virus, son una de las facetas más exasperantes en entornos
laborales, industriales, económicos y personales cada vez más
dependientes de las computadoras. Si hasta hace una década el "contagio"
de un ordenador parecía un asunto remoto, misterioso e incomprensible,
hoy, con la masificación en el uso de estos instrumentos y con la
expansión vertiginosa y planetaria de la Internet, se vuelve una
realidad cotidiana que en el mejor de los casos resulta irritante y, en
el peor, catastrófica.
Melissa, I love you, W32Sircam y código rojo, entre
otras, se han convertido en conocidas referencias de desastre informático:
en la medida en que crecientes porciones de los activos industriales y
empresariales están conformados por información digital,
y que tal información resulta dañada o destruida por los
virus, se incrementan exponencialmente las pérdidas provocadas por
esos programas malignos disfrazados de archivos inocuos.
Sondeos recientes hablan de la existencia, en nuestro
país, de unos siete millones de internautas; la cifra de los individuos
que tienen contacto regular con una computadora --por razones profesionales
o personales-- es, sin duda, mayor. Por lo que hace a los usuarios corporativos
e institucionales, es un hecho que no hay dependencia pública, empresa
pequeña o mediana u organización que pueda prescindir de
la tecnología digital para funcionar de manera adecuada. En consecuencia,
existe en México un gran universo de personas físicas y morales
expuestas al daño causado por los virus.
Desde otra perspectiva, hay indicios de que uno de los
ataques recientes, el del W32Sircam, pudo haberse originado en México.
Por donde quiera que se vea nuestro país está involucrado
en el problema y no debe permanecer pasivo ante él; por el contrario,
es preciso que los informáticos mexicanos participen activamente
en el debate mundial sobre la necesidad o la improcedencia de regular y
legislar sobre prácticas informáticas nocivas que podrían
configurar nuevos delitos, así como sobre la pertinencia o la inviabilidad
--moral, tecnológica o jurídica-- de establecer para Internet
instancias nacionales e internacionales con autoridad suficiente para sancionar
tales prácticas. El tema, en suma, nos concierne.
LA JORNADA: ALZA INEVITABLE
A partir de hoy, miércoles primero de agosto de
2001, este diario incrementa su precio de portada a ocho pesos por ejemplar.
La casa editora de La Jornada está consciente del impacto negativo
que esta medida tiene en el bolsillo de los lectores, especialmente en
el enrarecido entorno económico presente, caracterizado por los
síntomas de recesión y el repunte del desempleo. Por ello
se buscó postergarla todo el tiempo que fue posible --varios años--
y se procuró absorber por otras vías los incrementos de los
insumos utilizados en la elaboración del diario, de los salarios
de sus trabajadores y de los costos fijos del periódico.
Se ha llegado a un punto, sin embargo, en el que mantener
el precio anterior significaría poner en riesgo la viabilidad de
un proyecto informativo que se debe a su público y a la sociedad.
La Jornada ofrece una disculpa a los lectores por esta
decisión inevitable, agradece su preferencia y ratifica su compromiso
con un ejercicio informativo cada vez más profesional.
|