Ť Es calmante, estimulante muscular y antridrepresivo, argumentan defensores médicos
Crece en el mundo el debate sobre los usos de la mariguana
Ť Las opiniones a favor son excusa para el libre empleo recreativo del cannabis; su consumo disminuye la capacidad de concentración, de memoria y crea dependencia, dicen los opositores
MARIANA NORANDI ESPECIAL
Algunas posturas tomadas por distintos países en los últimos meses han encendido de nuevo el debate de la legalización de la mariguana. Ahora la discusión gira en torno de la despenalización para el uso medicinal y terapéutico de la planta. Estos argumentos médicos son discutidos en las cámaras legislativas de cada vez más naciones, pero los resultados son muy divergentes.
El pasado 25 de abril el Parlamento Catalán apoyó una proposición no de ley para legalizar la mariguana para fines terapéuticos. El 14 de mayo, la Corte Suprema de Estados Unidos rechazó la legalización de la yerba para uso médico después de que varios estados de ese país decidieron, por medio de referendos, legalizar la cannabis para ese fin. El 1o. de julio Portugal despenalizó el consumo de cualquier tipo de droga, incluida la mariguana. Dos días después, el gobierno canadiense decidió emitir tarjetas de identificación para enfermos tratados con mariguana que los acreditan como consumidores legales. Recientemente el número dos del Partido Conservador Británico, Peter Lilley, sostuvo que la mariguana debe ser legalizada y vendida con licencia del gobierno. En esa línea, el presidente de Uruguay, Jorge Batlle, ha planteado la necesidad de generar un debate en el ámbito del Mercosur que incluya la despenalización de la venta de drogas.
Aunque cada vez hay más países que se suman a la legalización de la mariguana, otros insisten en penalizarla. A raíz de la demanda de legalizar la mariguana con fines clínicos, el debate jurídico se ha trasladado con el mismo ímpetu al terreno médico. Son muchos los especialistas que se preguntan si realmente la mariguana es una medicina como argumentan los antiprohibicionistas o eso es una excusa para su libre uso recreativo. Como ocurre en el marco legislativo, en el plano médico las opiniones también se bifurcan al abordar el tema. Aunque cierto es que, actúe o no como medicina, la mariguana gozó en otros tiempos de función sanativa.
Se paralizaron las investigaciones
La prohibición de la cannabis paralizó su estudio, y su aplicación terapéutica se tornó mucho más difícil. Aun así, muchos enfermos han seguido tratándose con cannabis, especialmente en padecimientos incurables con elevados índices de dolor como el cáncer, la esclerosis múltiple o el sida.
Las opiniones médicas respecto del uso clínico de la mariguana están totalmente segmentadas. Existe una corriente prohibicionista, la cual afirma que la planta no puede ser etiquetada como "droga blanda" pues posee características dañinas para la salud como cualquier otra droga. Según el médico Ronaldo Laranjeira, profesor de siquiatría de la Universidad Federal de Sao Paulo, Brasil, "cuanto más se fortalece la idea de que la mariguana es leve, más aumenta su uso". Dice que la mariguana disminuye la capacidad de concentración, de memoria y crea dependencia en el usuario crónico; además, la que se consume actualmente no es como la que se fumaba en los sesenta. La de ahora tiene mayor concentración de sustancia activa (THC o delta 9 tetrahidrocannabinol) que es la que genera dependencia y estado de embriaguez. En los sesenta el índice de THC era de uno por ciento, pero en los últimos años, debido a las manipulaciones genéticas y a la selección de cepas con mayores concentraciones de THC, llega a cuatro por ciento, y en variedades como el skunk alcanza 20 por ciento. "La mariguana con más THC aumenta las posibilidades de desarrollar dependencia en el consumidor, así como también los efectos y problemas derivados de su uso." Además de los efectos mentales, las teorías médicas prohibicionistas afirman que las personas que fuman mariguana padecen mayor riesgo de cáncer pulmonar, disminución en la presión intraocular y arterial. Las mujeres embarazadas que la fuman dan a luz niños con bajo peso y malformaciones fetales. En los hombres ocasiona anormalidades en los espermatozoides y disminuye el deseo sexual.
Todas estas teorías chocan con las defendidas por médicos y pacientes antiprohibicionistas, que demandan la recuperación del uso de la mariguana en la medicina. Estos aseguran que los mayores atributos curativos curativas de la planta son: calmante, estimulante muscular y antidepresivo. La mariguana se aplica en enfermos de glaucoma, epilepsia, esclerosis múltiple, paraplejía, sida, migraña y prurito entre otras. También es recomendable para evitar efectos comunes de la quimioterapia como vómitos o náuseas, para calmar dolores de parto y menstruales, así como para depresión y otros desórdenes síquicos.
Randall, el caso más difundido
El caso más difundido de un enfermo tratado con mariguana es el de Robert Randall, quien padece glaucoma desde hace muchos años. Desde 1976 consume cannabis y fue el primer estadunidense en recibir esta sustancia por parte del gobierno.
Randall, que fuma unos 10 cigarrillos diarios, comenta respecto de las ventajas y desventajas de este tratamiento: "La mariguana me ha ayudado a conservar la vista durante todo este tiempo. Si con el paso de los años, me encuentro con una complicación seria debido a su uso, no quedará más remedio que aceptarlo. Es un riesgo que admito. En el mundo real en el que vivo, ver es el beneficio que obtengo de mi vinculación crónica con la cannabis. En el lado negativo es, afortunadamente, poco lo que hay que registrar. No ha habido ninguna pérdida importante de capacidad mental. Si tuviera que hacer frente a una elección entre la visión y la agilidad mental, me quedaría con la agilidad. Fumar mariguana no me ha colocado ante una elección tan dura. Al contrario, esta humilde hierba me ha prolongado por muchos años la visión".
Además del uso médico, la cannabis tiene otras utilidades que también son reclamadas por los antiprohibicionistas. De esta planta se extraen papel, fibras textiles, cosméticos, combustible y alimentación para aves.
Su uso textil también es milenario y se ha ido expandiendo por todo el mundo. Parecido al lino, últimamente el género de cáñamo se ha puesto otra vez de moda, especialmente en Europa y Estados Unidos, donde varios diseñadores recurren a este tejido por su calidad y elegancia. En la cosmetología también se emplea el cáñamo, pero su uso es muy reciente. De las semillas de la planta se extrae un aceite de alto poder hidratante, que renombradas firmas cosméticas han comenzado a utilizar en productos dermatológicos. Estas semillas oleaginosas originan asimismo combustibles. De hecho, hasta que no se impuso la industria petrolera, los motores diesel de los automóviles funcionaban con combustibles derivados de los cañamones. En los alimentos para pájaros, las semillas también son aprovechables, ya que son un excelente sustituto del alpiste, siendo de mayor nivel nutritivo que éste. Pero si hay un uso de la mariguana que crispa a las mentes más conservadoras de la política, la justicia, la medicina y la sociedad en general es su consumo recreativo: fumar mariguana por placer.
Dentro del género de plantas tipo cannabis, es la subespecie sativa la que desde el punto de vista sicoactivo posee cualidades introspectivas y embriagantes. Su principio activo, el THC, hace que al inhalar, comer o beber esta planta se produzcan acciones inmediatas sobre el sistema nervioso. Su efecto se prolonga entre dos y cuatro horas produciendo una euforia soñadora, consciente y de humor alegre. El cuerpo resulta ligero y se generan ideas y pensamientos analíticos. Aumenta la sensibilidad hacia la música, la locuacidad, y puede provocar pérdida de la noción del tiempo. Estimula el apetito, irrita los ojos y seca la boca. Lejos de significar una puerta de entrada a las drogas duras, el grado de adicción es mínimo comparado con otras drogas como el tabaco, el alcohol o la cocaína.
La cannabis sobrepasa el carácter de droga para convertirse en un enfrentamiento entre la lógica y lo establecido. La continua discusión sobre su despenalización trasciende las referencias de lo que es saludable y lo que es nocivo, y se convierte en un debate sobre el derecho de los poderes establecidos a determinar qué es bueno y qué no es. Un debate sobre la libertad individual de poder decidir y, si es necesario, poder equivocarnos.