Ť Participa en la cuarta Bienal Barro de América en la capital de Venezuela
El fin de la disciplinariedad, opción inédita para los artistas: Bustamante
Ť Propone la instalacionista al corazón como cerebro emocional latinoamericano
Ť Exhibe obra dentro de la colectiva Los rituales del barro: vida, crecimiento y muerte
MERRY MAC MASTERS
El fin de la disciplinariedad, hoy día, ha creado nuevas formas de producir conocimiento, entre ellas el concepto de lo transdisciplinario que cruza e intersecta campos.
A Maris Bustamante le parece que en la actualidad ''hay razones suficientes, artísticas y científicas para decir que el corazón es nuestro cerebro emocional, que en Latinoamérica a lo mejor ese cerebro/corazón se maneja y que ya no tiene que ser criticable el hecho de ser emocionales y no primeramente intelectivos. Porque si lo emocional es un cerebro, al final es una forma de hacer inteligible la realidad''.
Obra contra el glamur
Fiel a ese pensamiento, ahora que la artista fue invitada a participar en la cuarta Bienal Barro de América montó la instalación El corazón como cerebro latinoamericano. La artificialidad como reflejo del cerebro-corazón, en el Museo de Arte Contemporáneo Sofía Imber de Caracas, encuentro en el que también se rinde homenaje a Roberto Guevara y que culminará el próximo noviembre con más actividades en Venezuela, pero también en Brasil.
Al respecto, Bustamante expresa: ''El trabajo artístico es artificial. Para mí el trabajo en el ser humano no es natural sino artificial, por eso causa tanto dolor. Con base en esto llevé mis corazones de hule espuma y de barro para proponer este órgano como el cerebro emocional latinoamericano. Como los países dizque avanzados critican a los que no son nada más racionalistas o intelectivos, digo que también hay una sabiduría que se opone a este pensamiento europeo occidental de creer eso, que es el cerebro emocional''.
En la instalación un gran corazón de barro se hace acompañar de otro de hule espuma, así como varios corazones pequeños del mismo material, uniendo lo que procede de la tierra con lo creado de manera artificial a fin de armar un circuito. Esta obra humorística e iconoclasta pretende ir en contra de lo exquisito tradicional de las artes, es decir, el glamur. Enfrente de los corazones hay una cápsula de vidrio con un maniquí, que es una efigie de Bustamante vestida de charra, donde se muestra ''impactada'' con lo que está viendo. El maniquí está detenido por tierra traída de distintos lugares de Venezuela.
Otra mexicana en el encuentro
La pieza de Bustamante forma parte de la muestra Los rituales del barro: vida, crecimiento y muerte, inaugurada el 26 del pasado junio en ese museo de Caracas, donde también participa la mexicana radicada en Nueva York Laura Anderson Barbata, con una videoinstalación. También son sedes de la bienal los museos Alejandro Otero y de Bellas Artes, de Caracas; el Centro de Arte de Maracaibo Lía Bermúdez y la Galería Marta Traba. Fundación Memorial de América Latina, en Sao Paulo, Brasil. De los más de 80 artistas participantes, los únicos mexicanos son Bustamante y Anderson.
Acerca de la colectiva Los rituales del barro, que terminará exhibición el 26 de agosto, Bustamante observa que ''en general'' los artistas se van por un camino de sofisticación intelectual, críptica que, ''bueno, cuando lo entiendo no necesariamente me gusta''. Por otro lado, ''hay muchos que entiendo... no me gustan, pero sé que están bien armados''.
No obstante hace hincapié en la pieza del venezolano Carlos Zerpa ?lo conoce desde los años setenta?, quien ''enterró'' un taxi en el museo. Un taxi al que le puso una multitud de objetos pequeños para hacerlo de un ''kitsch sublime''.
Resolver historia de formas pías
Profesora e investigadora de la División de Ciencias y Artes para el Diseño de la Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco, Bustamante se ausentará de México por motivos personales durante un año. Pero, como lo personal suyo es también lo que hace como trabajo, tendrá que traer ''resuelta'' su historia de las formas pías (performance, instalación y ambientación) en las que trabaja desde hace seis años.
Entrevistada, dice que la UAM presentó una propuesta suya a la Fundación Rockefeller para hacer una investigación que se desprende de sus formas pías, pero en Estados Unidos, donde tiene su contraparte en la Universidad de Loyola, en Nueva Orléans, con quien levantará listados de los artistas no objetuales en determinadas décadas. Se trata de ver si hay una relación conceptual y si hubo alguna influencia entre el trabajo hecho en ese país y el que ''estábamos haciendo acá''.
El siguiente paso será ver, de ambos lados de la frontera, lo que produjeron los artistas chicanos en esas décadas: ''Vamos a ver qué nos dicen a nivel de formas de pensar estas artes no objetuales de artistas mexicano-estadunidenses o estadunidenses con su visión puesta acá''.
Con el fin de la disciplinariedad, recapitula Bustamante, hoy día los artistas ''tenemos la posibilidad inédita en la historia de movernos por donde decidamos''.