MIERCOLES Ť Ť JULIO Ť 2001

Ť EU, GB, Francia y ONU condenan el ataque y advierten sobre futuras consecuencias

Escalada en Levante: abate el ejército israelí a seis militantes de Hamas

Ť La ANP decretó dos días de duelo nacional; Tel Aviv dice sentir pesar por las víctimas civiles

Ť En la incursión "selectiva" del ejército en Nablus también fallecieron dos menores palestinos

AFP, REUTERS, AP Y DPA

Jerusalen, 31 de julio. El ejército israelí asesinó este martes a seis militantes del grupo radical palestino Hamas en un ataque contra una oficina del movimiento en la ciudad cisjordana de Nablus, en el que también fallecieron dos me-nores palestinos y 15 personas más resultaron heridas.

Además, un militante de Jihad Islámica y un policía palestino fa-llecieron en sendos tiroteos con las fuerzas de seguridad israelíes en Cisjordania y la franja de Gaza.
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La Autoridad Nacional Palestina (ANP) decretó dos días de duelo nacional y acusó a Tel Aviv por este "nuevo crimen", mientras Ha-mas prometió que los israelíes pa-garán "un alto precio", al tiempo que miles de palestinos salieron a las calles de Nablus y otras ciudades palestinas para protestar por el bombardeo y exigir venganza.

Durante las manifestaciones hu-bo enfrentamientos con soldados israelíes con saldo de varios palestinos heridos.

Estados Unidos, Gran Bretaña, la Organización de Naciones Unidas (ONU) y Francia condenaron el ataque en Nablus y advirtieron sobre una escalada en el conflicto palestino-israelí.

La política de "asesinatos selectivos" realizada por Israel ha dejado unos 50 militantes palestinos muertos desde noviembre.

Los atacantes se justifican

El gobierno de Israel reconoció su responsabilidad en el bombardeo de Nablus y expresó "su profundo pesar por toda víctima civil inocente", en un comunicado de la presidencia del consejo.
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El documento señaló que "el ejército ha golpeado a responsables de Hamas que celebraban una reunión de alto rango. Habían co-metido ataques terroristas en el pasado y se preparaban para co-meter otros".

El ejército israelí, a su vez, afirmó que los responsables de Ha-mas "discutían un plan preciso de ataques con bomba en el corazón de Israel", y atribuyó a la dirección de Hamas en Nablus una se-rie de "ataques terroristas que costaron la vida a 73 civiles israe-líes", entre ellos 21 que fallecieron en un atentado suicida afuera de una discoteca de Tel Aviv el primero de junio pasado.

El ejército de Tel Aviv "continuará sus ataques puntuales contra terroristas que preparan atentados", concluyó el comunicado mi-litar, que no precisó si el ataque fue realizado por helicópteros o tanques israelíes.

El bombardeo fue contra un edificio de siete pisos en el que se encontraba la oficina de Hamas. Entre los seis militantes muertos están dos de los principales dirigentes políticos del movimiento: Jamal Mansur, de 41 años de edad, y Jamal Salim, de 42.

Mansur era uno de los principales intelectuales del movimiento radical islámico que se opone a los acuerdos de Oslo de 1993.

Los dos niños que fallecieron pasaban por el lugar acompañados de su madre, y se trata de Achraf y Bilal Abu Jader, de seis y nueve años de edad, respectivamente. Otras 15 personas sufrieron heridas, dos de ellas graves.

En Amán, el presidente de la ANP, Yasser Arafat, advirtió que "se trata de una escalada muy peligrosa que prueba que Israel comenzó a ejecutar su plan encaminado a liquidar al pueblo palestino", y pidió a la comunidad in-ternacional el envío inmediato de observadores.

El líder espiritual de Hamas, Ahmed Yassin, advirtió que los "israelíes van a pagar un alto precio por la sangre derramada y por haber superado todos los límites. Es el brazo militar el que decidirá la respuesta", mientras Ismael Abu Chanab, dirigente político de Hamas, sentenció que "este odioso crimen cometido por Israel justifica cualquier ataque contra ob-jetivos sionistas".

Tras el ataque miles de palestinos se manifestaron en Nablus y otras ciudades cisjordanas con saldo de seis palestinos heridos por disparos israelíes, entre ellos un bebé de 15 meses.

En la franja de Gaza tres palestinos resultaron heridos por esquirlas de obuses lanzados desde tanques cerca de Jan Yunes, y tanques israelíes penetraron 200 me-tros en territorio autónomo cerca de la colonia judía de Netzarim.

En Cisjordania dos palestinos resultaron heridos por disparos israelíes cerca del campo de refugiados de Jelazun, en la periferia de Ramallah, mientras cinco colonos judíos sufrieron heridas en un ataque cerca del asentamiento de Kiryat Sefer, reivindicado por las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, brazo militar de Fatah, mo-vimiento del presidente Arafat.

Nuevos enfrentamientos

Previo al ataque en Nablus un activista de Jihad falleció en un tiroteo con soldados israelíes en el sector de Karni, versión que fue desmentida por el ejército de Is-rael, mientras que un policía pa-lestino fue abatido por los uniformados israelíes de Israel cerca de la colonia judía de Netzarim, en el centro de la franja de Gaza.

Con las 10 muertes de este martes aumentó a 70 el número de víctimas fatales desde que se inició la tregua entre palestinos e is-raelíes el pasado 13 de junio.

En total unas 685 personas han fallecido, en su mayoría palestinos, desde que comenzó la intifada en septiembre pasado.

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, llamó a ambas partes a "romper el ciclo de la violencia" para poner en marcha el informe Mitchell, y afirmó que su país continuará "activamente in-volucrado" en la solución del conflicto en Medio Oriente.

El Departamento de Estado afirmó que el ataque en Nablus "re-presenta una escalada y es altamente provocado".

El vocero de la dependencia, Charles Hunter, reiteró la oposición de Washington a los "ataques selectivos", lamentó la muerte de civiles y advirtió: "Asistimos a una escalada de la violencia".

En el mismo sentido se pronunciaron el canciller francés, Hubert Vedrine, y la ONU.

Por otra parte el Consejo de Se-guridad de la ONU prorrogó seis meses más la misión de paz en el sur de Líbano, encargada de vigilar el repliegue militar israelí, aunque manifestó su deseo de que la encomienda pacificadora termine lo más pronto posible.