DOMINGO 15 DE JULIO DE 2001


Entrevista con Luca Casarini, vocero de los Monos Blancos

El "ejército de soñadores" declara la guerra

Los Monos Blancos (Tute Bianche)  han tenido una gran presencia en la prensa en estos días. Son el grupo principal que organiza las próximas protestas en Italia."Declaramos la guerra contra el G8, al tiempo que declaramos la paz a la ciudad deGénova y sus habitantes. El G8 es una tarjeta postal que los poderosos mandan a toda la humanidad. Con nuestro asedio, las multitudes nos metemos en esa postal. Mandamos un mensaje al sur: la rebelión está en todo el mundo, no sólo donde hay más pobreza; está también donde el imperio tiene más consenso", dice en entrevista Luca Casarini, el vocero de la agrupación italiana

LUIS Hernández Navarro * Fotos tomadas del libro LA SETTIMA chiave

Padua, Italia. Luca Casarini, el vocero de los Monos Blancos italianos, podría pasar fácilmente por un personaje del Medievo. Su apariencia física, su vestido, su sentido de la teatralidad, lo hacen parecer de otra época. Dirigente del Centro Social Rivolta, un enorme edificio en la ciudad de Mestre, el organizador de las modernas pugnas de la gleba es un comunicador natural.

 Entrevistado en la fiesta de Radio Sherwood, una estación de radio originalmente pirata establecida en la ciudad de Padua, que cuenta con varias frecuencias en otras localidades del noreste italiano, con una cerveza de barril servida en un vaso biodegradable, Luca comienza a hablar en itañol sin que medie pregunta alguna:

*sweden_eu_summit-protest"La prensa -dice- tiene ahora mucho interés en los Monos Blancos. Qué bueno. Apenas hoy en la mañana me entrevistaron unos periodistas griegos y luego el Herald Tribune. Está claro que esta es una guerra 90% mediática y 10% callejera y ahora estamos en el momento de las declaraciones. No me engaño. Ahora, con la cercanía de Génova, tenemos la llave de los medios, pero después del G8 cambiarán la cerradura".

Lo detengo. Le pido que comencemos desde el principio. Accede.

-¿Cuándo y cómo surgen los Monos Blancos?

-Tenemos un sueño. En ese sueño nacimos el primero de enero de 1994, al lado de los zapatistas. El sueño es bueno, y no es totalmente fantasioso, pero la realidad es otra. La verdad es que los Monos Blancos surgieron en 1997 de un grupo de jóvenes en Roma que se llamaban el colectivo Los Invisibles. Ellos fueron los primeros en ponerse un overol blanco y salir a la calle vestidos así para exigir derechos.

"Los invisibles son toda la gente que el sistema neoliberal oculta. Son los nuevos trabajadores que el posfordismo ha creado, los que desempeñan labores precarias, no tienen un lugar de trabajo fijo, están medio empleados o desocupados, son estudiantes-trabajadores que no tienen derechos. Esta forma de empleo hace imposible su sindicalización, su contratación colectiva. Dependen de contratos individuales.

"No llevan el overol azul que aquí en Italia usan los trabajadores industriales. Visten el overol blanco que es como un fantasma. Es que ellos son como un fantasma que se volvió visible gracias a su ropa. El overol blanco se volvió un símbolo de lo que no se podía representar de otra manera".

-¿Cómo es que el símbolo se extiende? ¿Cómo lo hacen suyo en otras regiones de Italia?

-Aunque nacen en Roma fue en el noreste que se vio que podía ser un símbolo. Era como cuando los zapatistas se taparon el rostro para ser vistos. El overol blanco se convirtió en nuestro pasamontañas.

"En octubre del 98 se realizó una gran manifestación en el centro de detención de migrantes en Trieste. Había gran indignación. En Bélgica había sido asesinada por la policía Semira Adam, una migrante de Ghana. Ella no quería subir al avión en el que la querían deportar, y un policía la trató de meter a fuerzas y la asfixió. Era grande el enojo.

"Se quiere criminizalizar la migración. Pero no tener papeles no es un delito, no es asunto judicial, es, tan sólo, un problema administrativo. Los migrantes son el símbolo de la discriminación, del mercado de los cuerpos humanos, del poder que sobre la humanidad tienen los grandes poderes.

"En Trieste estaba la sociedad civil y nosotros, los Monos Blancos, como parte de ella. Se había demostrado mucha fuerza pero la policía se negaba a permitir el paso al centro de detención de migrantes. Los Monos Blancos se organizaron como un pequeño ejército que contaba con protección para defenderse de la policía. La sociedad civil apoyó esta iniciativa. Hubo muchos heridos. Yo mismo fui fuertemente golpeado. Pero se logró que un periodista entrara al centro. Dos días después, tuvo que cerrar.

"Fue entonces cuando los Centros Sociales ¡Ya Basta!, todos los que somos la franja de zapatistas italianos, nos quedamos con el símbolo.

"Siguió entonces una protesta similar en Milán. Había como 15 mil personas, y unos 3 o 4 mil Monos Blancos. La gente apoyó. Hubo enfrentamientos con la policía. Tuvieron que cerrar nuevamente ese centro de detenciones".

-Ustedes afirman que practican la desobediencia civil. ¿Qué es para ustedes la desobediencia civil?

-Tanto para nosotros como para los medios es un símbolo común. Es una práctica de lucha distinta a la parlamentaria. Es un derecho ante la injusticia. Con su ejercicio, la gente puede ver con claridad de dónde viene la violencia. Y no es de nosotros de donde surge. Queremos construir un ejército de soñadores capaz de enfrentarse a los otros que son los violentos, usando nuestro cuerpo y nuestra palabra como armas. Se trata de un concepto que la gente puede entender.

"Necesitamos el conflicto y necesitamos el consenso. El conflicto es una parte fundamental de la acción política, pero debe saber producir consenso. Eso lo vimos con claridad durante la caravana zapatista, en la que millones de personas se sumaron a la movilización del EZLN. No hubiera habido ningún discurso en el Congreso de la comandanta Esther si antes no hubiera existido un levantamiento. El conflicto es el instrumento, no el objetivo.

"Nosotros declaramos públicamente lo que queremos hacer, desde antes de hacerlo. Y lo vamos a cumplir. Y para hacerlo valer usamos nuestro cuerpo y nuestras palabras".

-¿De dónde surge esta reflexión?

-Proviene de México. Es una reflexión que hicimos después de Chiapas, cuando vimos a miles de indígenas enfrentarse al Ejército sin más armas que la de su propia presencia.

"La gente habla de la disyuntiva entre violencia y no violencia. Para nosotros ese problema no existe. El imperio es el más violento de todos. En cada momento la gente tiene que decir qué hacer. Y se trata de un enfrentamiento de multitudes en todos los terrenos: el político, el social, el cultural".

-¿Son los Monos Blancos un partido político? ¿Qué son?

-No, no somos un partido, somos una vía, un camino social. Somos un movimiento organizado que no es una organización, que cambia de forma organizativa frente a cada enemigo. Somos una comunidad, integrada por gentes diferentes, que camina preguntando, que busca aprender de los errores.

"Somos un ejército de soñadores. Tenemos un consejo de voceros de la comunidad de los Monos Blancos que manda obedeciendo. Yo soy ahora el vocero. Nos adiestramos para poner en práctica la desobediencia civil".

-¿Qué esperan de las protestas contra el G8?

--Declaramos la guerra contra el G8, al tiempo que declaramos la paz a la ciudad de Génova y sus habitantes. El G8 es la vitrina del imperio y nuestro objetivo es destruirla, no destruir escaparates. Es una vitrina de lo que es el mundo, de cómo los ocho países que lo integran deciden lo que pasa en el planeta. Es una imagen de lo que ya está.

"Nosotros nos preguntamos ¿por qué a pesar de las protestas y los problemas los poderosos van a la reunión? Creemos que ellos quieren escribir la nueva constitución de lo que es el imperio; quieren legalizarlo y legitimarlo. Tienen necesidad de decir: aquí estamos.

italia-disturbios-bolo–a2-j"Es el caso de la OTAN. Antes de Yugoslavia la OTAN se normaba por un pacto establecido a comienzos de los sesenta de que no se podía atacar a un país si antes no se era atacado. Era un pacto defensivo, no ofensivo. Pero con Yugoslavia primero se bombardeó y luego de un mes se cambió el tratado para justificar su nuevo papel. La OTAN es ahora la policía internacional del imperio.

"Nadie votó para que Bush decida qué hacer en Corea o Africa. Pero con el G8 puede hacer lo que quiera, y hacerlo con legitimidad y no sólo por ser el país más fuerte.

"La ONU bombardeó Irak por presiones de Estados Unidos. Cien mil personas, la mayoría mujeres y niños, murieron por culpa de esos bombardeos y el cerco económico, pero Sadam Hussein sigue allí. Y ahora resulta que Estados Unidos no paga sus contribuciones a la ONU porque necesita de un instrumento imperial capaz de plegarse a sus requerimientos más fácilmente que las Naciones Unidas. El G8, como los otros organismos multilaterales, es de esos nuevos instrumentos".

-¿Qué ganan rompiendo esa vitrina?

-Se manda un mensaje al sur. El G8 es una tarjeta postal que los poderosos mandan a toda la humanidad. Con nuestro asedio, las multitudes nos metemos en esa tarjeta postal. En el norte somos privilegiados con respecto a quienes pueden morir por protestar en otras regiones. Pero mandamos un mensaje: la rebelión está en todo el mundo, no sólo donde hay más pobreza; está también donde el imperio tiene más consenso.

"El imperio no permite cambiar las cosas democráticamente. Están formando un gobierno mundial que escapa al control de los ciudadanos de todo el mundo. Y eso es inaceptable. Hay que resistir".

-¿Qué entienden por imperio? ¿Es lo mismo que imperialismo?

-El imperio no es el imperialismo. Es un concepto nuevo. Es un intento de establecer una representación política del gobierno de la globalización neoliberal.

En 1989 se inicia una nueva fase de esa globalización. Es la fase de la homogeneización ideológica y política alrededor del mercado. Es una fase de expansión del pensamiento único. Daba la impresión de que no existía más alternativas para las luchas emancipatorias. A pesar de todo, en esa primera fase hay muchas contradicciones: están la resistencia de los Estados nacionales a la globalización, las diferencias entre el bloque europeo y Estados Unidos, etcétera.

"Ahora vivimos una segunda fase, en la que el papel clave lo tienen las multinacionales. Ellos van a realizar directamente la acción política. Antes desempeñaban un papel económico pero no directamente político. Eso ha cambiado. En esta nueva fase se requiere un nuevo gobierno, de nuevos instrumentos para hacer política que deben ser legitimados. Para eso servirá esta reunión del G8. En contra de ella haremos desobediencia civil".*