MIERCOLES Ť 11 Ť JULIO Ť 2001

Ť Hoy se cumplen 30 años de la muerte del máximo piloto mexicano

La estrella de Pedro Rodríguez brilla cada vez más

Ť De campeón de ciclismo y motociclismo pasó a ser gran corredor de todo tipo de autos

JOSE GARDUÑO GOMEZ

"Habrá quien se salve del rayo, pero de la raya no."

Así reza uno de los adagios o dichos populares que la mayoría de las veces resultn ciertos. Y en el caso que nos ocupa se cumplió al pie de la letra.

Pedro Rodríguez murió hace 30 años y, a pesar de que ya han pasado tres décadas, su figura sigue ahí, firme como una leyenda, como el más grande de los pilotos de automóviles que haya habido en nuestro país.

Casi nueve años después de la muerte de su hermano Ricardo -ocurrió al término de la clasificación para el Gran Premio de México de 1962 en el autódromo de la Ciudad Deportiva, el 11 de julio de 1971-, en el circuito de Norisring, en Nuremberg, Alemania, se produjo la de Pedro, el hombre que había nacido precisamente para morir en una competencia.

Justo cuando se encontraba en la cumbre de su carrera, tras 20 años de una vasta experiencia que lo mismo abarcó ser campeón infantil de ciclismo en 1949, nacional de motociclismo en la categoría de 125 cc en 1954, que corredor de autos sport, de turismo, prototipos y de Fórmula Uno.

Pedro Rodríguez, nacido el 18 de enero en la ciudad de México, se encontraba en su mejor momento en ese año de 1971, cuando en ese malhadado 11 de julio de repente figuró en la lista de inscritos de una carrera del Trofeo Interseries que no estaba considerada en su calendario.

Sin embargo, en su afán de competir en cuanta prueba se le presentara y aprovechando una fecha libre, decidió participar. En ella utilizaría un nuevo auto BRM T163 Can-Am para experimentarlo; pero al no estar terminado aceptó correr en el Ferrari 512 S de Herbert Muller.

Carrera de segunda fila

Se dice también que el ex piloto y dirigente de BRM Raymond Mays relataría que desistió de prohibirle correr con otra marca, porque Pedro le habría señalado entonces que "una carrera de segunda fila siempre es mejor que ninguna."

Pero vino la tragedia y según se cuenta: "En la frenada de las eses estalló el neumático delantero derecho (que venía desinflándose lentamente) y el Ferrari, desequilibrado, se estrelló contra el muro de contención; rebotó y retornó envuelto en llamas a la pista, donde fue impactado por el Porsche 917 que conducía Kurt Hild y compartía con Leo Kinnunen.

"Hild resultó ileso, pero Pedro quedó gravemente herido, con quemaduras y fractura de cráneo y de ambas piernas. Tuvo que ser reanimado varias veces, para finalmente expirar al mediodía en el hospital de Nuremberg", según las versiones.

Luego de las respectivas investigaciones, un tribunal de Nuremberg, así como del propio comité organizador de la competencia exculparon a Kurt Hild.

Además, la Asociación de Pilotos del Gran Premio rindió un justo reconocimiento a Helmut Schlosser, el comisario de pista del circuito de Norisring, quien auxiliado por un policía puso en riesgo su vida para rescatar del auto en llamas al piloto mexicano.PILOTOS

Así pues, el adagio se cumplió al pie de la letra, en el caso de un hombre que junto con su hermano Ricardo nació para pilotear y morir en una carrera de automóviles.

Casi diez años después de la muerte de Ricardo, Pedro le dio alcance y ahora permanecen en la escudería celestial. Eso sí, Pedro recordado como el máximo piloto que haya tenido el automovilismo en México.

Como justo reconocimiento y eterno homenaje a este par de pilotos de leyenda, el autódromo de la Ciudad Deportiva lleva ahora el nombre de Hermanos Rodríguez.

Y para confirmar la grandeza de Pedro Rodríguez basta darle una mirada a su gran palmarés:

Participó en 55 Grandes Premios de Fórmula Uno.

Ganó el Gran Premio de Sudáfrica en la pista de Kyalami con un Cooper T81 Maserati en 1967, así como el de Bélgica en 1970 con un BRM P153, También fue primero en la Copa de Oro de Oulton Park, en Inglaterra, con un BRM P160 en 1971.

En las clasificaciones por el título mundial de pilotos fue decimonoveno en 1964 con un punto, decimocuarto en 1965 con dos, sexto en 1967 con 15, sexto en 1968 con 18, decimotercero en 1969 con 3, séptimo en 1970 con 23 y noveno en 1971 con 9, en la temporada en que murió. No participó en 1966.

Su hermano Ricardo también fue corredor de Fórmula Uno y participó en cinco Grandes Premios, en 1991, sin obtener puntos en la clasificación mundial de pilotos, mientras en 1962 quedó decimosegundo, con cuatro unidades, también justo en la campaña cuando falleció.

Pedro ganó también con un Volvo los 500 Kilómetros de la Ciudad de México, en la inauguración del autódromo de la Ciudad Deportiva, en 1959.

Con Ricardo, Pedro ganó los Mil Kilómetros de París, a bordo de un Ferrari en categoría sport en1961. Repitieron en la misma prueba en 1962.

Además, Pedro Rodríguez ganó las tradicionales 24 Horas de Le Mans con un Ford GT40 en 1968, llevando como compañero al italiano Lucien Bianchi.

Asimismo, entre muchas otras carreras ganó las 24 Horas de Daytona en dos ocasiones (1969 y 1971), con autos Porsche.