MIERCOLES Ť 11 Ť JULIO Ť 2001

Ť Juan Trujillo Limones

La Caverna y el legendario cuarteto Liverpool

Liverpool. Recorriendo las calles del puerto de Liverpool, al noroeste de Inglaterra, se se respira un aire beatlemaniaco: la gran afluencia de los miles de turistas que se congregan para una sola meta, conocer los barrios y lugares, pero lo más importante es ser testigo y estar presente en la cuna del grupo de rock más revolucionario, influyente y representativo de todos los tiempos. El aspecto musical del grupo se queda corto frente a sus letras y a la gran revolución cultural que impulsó, la crítica a las guerras, a la sociedad y a los gobiernos autoritarios, el reto a la creencia misma de Jesucristo y a la reina del Inglaterra. The Beatles legaron a millones de personas de todo el mundo una revolución artística, ideológica y musical. Se iniciaron a finales de los cincuenta en los barrios de este puerto, ciudad de la cual son dueños desde hace casi 40 años.

La palabra Beatle es ahora lo mismo que negocio en la zona: recorridos (The Magical Mystery Tour) por las casas y lugares donde los integrantes del cuarteto de Liverpool adolescentes vivían y concurrían, venta de múltiples artículos de recuerdo, museos dedicados al grupo y aquellos lugares donde dos muchachos de 17 y 15 años, respectivamente, compartían gustos musicales al interpretar a Chuk Berry, Little Richard y Elvis Presley. Esos púberes, que en su infancia vivieron en escombros producto de la Segunda Guerra Mundial, imitaban a dichas figuras, llevaban quizá los nombres más añejos y representativos de la época, potenciales genios que se desarrollarían hasta tocar el cielo del éxito: John Winston Lennon y James Paul McCartney.

El sótano más famoso del mundo

Al caminar, en medio de la tenue lluvia, por algunas calles de la ciudad beatle se recuerda toda una historia, toda una idolatría a esos cuatro muchachos que iniciaban sus borracheras fusionadas con el gusto, sensibilidad y capacidad musical en cualquier bar cercano; aquellas reuniones de amigos para tratar de sacar el sonido rocanrol desembocaron en realizar algunas presentaciones dentro del llamado Cavern Quarter, conjunto de cuadras bohemias donde se encuentra la estrecha y empedrada calle Mathew, que a lo largo de su caudal cuenta con distintos bares, a los que en los días laborales llegan habituales asistentes del barrio citadino, quienes se beben unas cervezas y, ocasionalmente, tragos de whisky.

Al caminar se ve de lejos una estatua de John Lennon y a un lado, en el número 10 de la misma calle Mathew, se encuentra el lugar más visitado por los roqueros y nostálgicos conocedores de la historia Beatle: The Cavern Club, sitio que abrió sus puertas el 16 de enero de 1957. En un principio el bar era especialmente de jazz y fue bautizado como Parisienne Jazz Club Le Caveau. Más tarde, el pequeño sótano albergó otros géneros musicales y, en agosto de ese mismo año, con su grupo The Quarrymen, hizo su primera aparición John Lennon (guitarra). McCartney debutó, en el bajo, en enero de 1958 por invitación de Lennon. Así se iniciaría la mejor época del rock en el puerto. Posteriormente, en 1962, se conforman The Beatles, con George Harrison (guitarra), invitado por Paul, y Pete Best, posteriormente llegó Ringo Starr (batería).

En su época más fresa, el cuarteto subió al escenario de La Caverna unas 292 veces, después emigró a Hamburgo con sus managers Brian Epstein y George Martin, y alcanzó la popularidad.

Por problemas La Caverna, cerró por momentos, sin embargo entre 1957 y 1973 grandes figuras del rock, rythm & blues, blues y jazz hicieron escala allí: Eric Clapton, The Rolling Stones, Status Quo, Joe Cocker, The Who, The Kinks, Gary Glitter, Rod Stewart, Queen, Stevie Wonder, Elton John, Edwin Starr, Sonny Boy Williamson, Howlin' Wolf, Jimmy Page y Jimi Hendrix. Los nombres de estos excelentes músicos y grupos se encuentran grabados en pequeños ladrillos de cobre en una de las paredes del club, denominada La pared de la fama.

La Caverna fue demolida en 1973, pero su sótano no sufrió ningún daño, y después de la muerte del alma de los Beatles, John Lennon, en 1980, se inició su reconstrucción con los mismos ladrillos y con un 75 por ciento de su extensión original. Fue abierta al público como tributo.

Museo y bar underground

Hoy día el club inicia actividades todos los días a las 12 horas, y en domingo a la una de la tarde. Los fines de semana, particularmente en agosto, se celebran elCaverna_foto_Juan Trujillo Mathew Street Festival y la International Beatle Week, que este año se efectuará del 22 al 28 de agosto. Esos días este sitio se convierte en un centro de atracción que llega a congregar al turismo internacional y un buen número de viejos y nuevos amantes del rock en busca de conocer innumerables leyendas.

La Caverna es un impresionante sótano que aún tiene las paredes y el techo de ladrillo rojo, algunas paredes remozadas y pintadas de blanco. Conserva ese toque de la década de los sesenta del siglo pasado, idóneo para escuchar buena música y presenciar las tocadas de los nuevos grupos. Cuando no se escuchan vibraciones y sonidos provenientes del subsuelo, a causa de los trenes que recorren por debajo la ciudad.

Algo que llama la atención es el pequeño museo subterráneo de La Caverna, donde las vitrinas albergan documentos que los grandes han dejado en aquellas noches roqueras. Son memorables las fotos e instrumentos de los Beatles, de los que emanan la presencia de cada uno de los integrantes del cuarteto Liverpool, algunos pósters y cuadros de otras importantes leyendas del rock (Jimi Hendrix y Eric Clapton) que han visitado el bar.

Un regreso histórico

En diciembre de 1999 Paul McCartney regresó a ese lugar y ofreció un magistral e histórico concierto después de 41 años de haberlo hecho por primera vez, y afirmó: "Amo Liverpool y este club, es el lugar más fantástico de rock del siglo".

La Caverna afianza cada vez más su fama en el mundo. Es considerada el lugar donde el llamado legendario cuarteto Liverpool empezó a cobrar reconocimiento, acompañado por las vibraciones de multitudes de jóvenes que se daban cita en aquellas noches de principios de los sesenta.

Estar físicamente en esta caverna musical nos sumerge en un amplio viaje por la historia de la música; cerrando los ojos frente al escenario uno puede sentir y escuchar no sólo a los Beatles, sino también a más de mil 800 leyendas que han alimentado la cultura, la música, la historia y la vida de este tan excitante lugar.