LUNES Ť 9 Ť JULIO Ť 2001

BALANCE DE LA JORNADA

Ť Una selección al vapor y sin el capitán, a la Copa de Macondo

Ť Pumas olvida a sus fuerzas básicas; prefiere la cantera de Guillermo Lara

Ť Extraña relación entre directivos y promotores

CARLOS HERNANDEZ

Aunque tuvo que formar una selección nacional al vapor, Javier Aguirre no recurrió a elementos del Toluca ni de las Aguilas para una Copa América que patrocinadores y políticos se empeñan en realizar en Colombia.

El Vasco prefirió convocar a seis elementos nuevos en relación con su primera lista. Llamó a Adrián Martínez (Santos), Ignacio Hierro (Atlante), Heriberto Ramón Morales (Morelia), Ramón Morales (el de Chivas), Sigifredo Mercado (León) y a Antonio de Nigris (Monterrey) .

Como se esperaba, tuvo que dar descanso a los elementos de Cruz Azul, de los que sólo convocó a Oscar Pérez, el popular Conejo que con sus buenas actuaciones está dejando en el recuerdo a Jorge Campos, quien se afirma regresará a sus orígenes universitarios.

Aguirre le sigue apostando a sus viejos conocidos del Pachuca, como Manuel Vidrio, Alberto Rodríguez, Octavio Valdez (ahora en América) y Cesáreo Victorino (que jugará en Cruz Azul), además de confirmar entre sus titulares a Rafael Márquez, Jesús Arellano, Gerardo Torrado, Alberto García Aspe, Jared Borgetti y a los atlistas Miguel Zepeda, Juan Pablo Rodríguez y Daniel Osorno.

Lo que sí sorprendió fue que Aguirre haya dejado de lado al ya eterno capitán Claudio Suárez, con todo y su récord mundial de partidos con la casaca nacional, aunque el técnico argumentó que fue para darle descanso.

Pese a la premura con que llamó a la que podría ser la selección B, Aguirre demostró que tiene un amplio conocimiento de los jugadores mexicanos y del esquema que pretende para el Tri. No pasará mucho tiempo antes de confirmarlo, ya que la aventura empezará el jueves ante un Brasil renovado; el domingo frente al siempre recio Paraguay y el miércoles 18 ante un Perú de capa caída.

Los mexicanos, así como el resto de los participantes, tendrán equipos integrados de última hora gracias a la presión de patrocinadores y del gobierno colombiano que desean realizar, a costa de la que sea, un devaluado torneo que llaman la Copa de la Paz.

En Colombia se le conoce también como la Copa de Macondo. Sin embargo, para realismo mágico no hay que ir tan lejos. Basta con observar lo realizado aquí por los directivos mexicanos, en especial los enredos que traen el dueño del León, Roberto Zermeño, y el vicepresidente de Pumas, Javier Jiménez Espriú, con el promotor Guillermo Lara de por medio.

El año pasado, la directiva universitaria en voz de Jiménez Espriú argumentó que el club no negociaba con promotores, con lo que impidió la salida de Luis Ignacio Gonzo González, mientras Gerardo Torrado de último momento encontró un sitio en Tenerife. Esa vez desairaron a José Manuel Sánz, también representante de Hugo Sánchez, quien al final salió de casa no sin antes lanzar toda clase de improperios contra Jiménez Espriú.

Sin embargo, para esta campaña que se inicia en dos semanas, los Pumas relegaron de plano a sus fuerzas básicas y a la única cantera a la que están recurriendo es a la de Lara, nombrado hace años persona non grata por la FMF.

Del equipo de Lara, la UNAM contrató al chileno Mauricio Donoso y a los brasileños Joao Batista y Leandro Augusto, cuyo caso ha sacado a relucir muchas anomalías.

Zermeño y Lara pelean por el contrato de Leandro, mientras la directiva auriazul se muestra más generosa con el promotor que con sus jóvenes futbolistas y le prestó 300 mil dólares.

Surgen entonces calificativos de rata rinconera, respuestas de que 'el león cree que todos son de su condición', amenazas de demandas penales, acusaciones de robo, fraude y hasta evasión de impuestos, en esa extraña relación que directivos y promotores establecen antes de cada torneo, y en la que el jugador queda relegado a un tercer término.

Y es que, parafraseando a Mejía Barón, antes de que ruede el balón, lo primero que se patea son los derechos de los futbolistas.