MIERCOLES Ť 16 Ť MAYO Ť 2001
Ť Ventaja, que la propuesta de reforma de Funsalud se base en estudio del titular de Ssa
Insiste Soberón en que no se privatizarán servicios médicos
CAROLINA GOMEZ MENA
Luego de admitir que la propuesta de la Fundación Mexicana para la Salud (Funsalud) para reformar la prestación de los servicios públicos cuenta -por sobre cualquier otra- con posibilidades adicionales para ser incorporada en el Programa Nacional de Salud, puesto que se basa en un estudio realizado por Julio Frenk Mora, titular de la Secretaría de Salud (Ssa), Guillermo Soberón Acevedo, presidente de Funsalud, sostuvo que también "desde el punto de vista político es factible" instaurarla.
Al respecto, puntualizó que "la expectativa de cambio que ha generado la nueva administración hace más propicio introducir modificaciones" en "beneficio" de la población, y dejó en claro que si bien el fundamento del proyecto son 30 recomendaciones hechas en 1994 por el actual titular de la Ssa, el proyecto de Funsalud no sería una transcripción íntegra del documento original, pues contiene adecuaciones que la ajustan a las actuales necesidades del sistema nacional del ramo.
Sin ánimo de exponer cuál es la posibilidad real que tiene la propuesta de ser avalada por el gobierno, porque ello equivaldría a ser "arrogante", reconoció que el hecho de que hoy Frenk Mora (antes vicepresidente de la institución) sea uno de los tomadores de decisiones en esta administración, en su calidad de secretario de Estado, "aumenta" las expectativas de que ésta sea "valorada y recogida" por el gobierno federal.
En entrevista con este diario, Soberón Acevedo, secretario de Salud durante el sexenio de Miguel de la Madrid, también descartó que el plan de esa fundación tienda a privatizar la prestación del servicio de salud, y en torno a esto refirió que la palabra privatización ha sido "satanizada" por ciertos sectores interesados en "desvirtuar conceptos para presentarlos como una amenaza".
Explicó que la idea no es hacer inaccesibles los servicios de salud a las clases de menos recursos económicos, si-no todo lo contrario, y sostuvo que ello se logrará al "ordenar" la participación del sector privado en la otorgación de éstos.
Según Soberón, la iniciativa privada ha tenido desde hace mucho "una presencia muy grande en el área de salud", y para corroborar lo dicho planteó el hecho de que hoy existan numerosos hospitales y clínicas particulares, que los médicos que trabajan en el sector público también dedican tiempo a ejercer la medicina privada, y que todos los insumos que llegan al sector salud provienen de esa industria.
Por lo anterior, afirmó que la tendencia es que se incremente la participación del sector privado en los servicios de salud, por lo que deben instaurarse desde ya las "reglas del juego adecuadas", es decir, que estas instituciones cuenten con "calidad y precios justos".
Para calmar los ánimos de quienes temen se privatice la salud en México, el ex funcionario aseveró que "en las condiciones en que está ahora el sector privado no puede enfrentar el reto de tener una mayor participación" en la prestación de servicios derivada de la subrogación.
"Aunque hay hospitales (privados) de excelencia, hay muchos que no tienen la calidad requerida, baste señalar que 85 por ciento de las 24 mil camas que posee este sector están en establecimientos que cuentan con menos de 15, lo que indica su escasa capacidad de respuesta; dígame, Ƒqué economía de escala puede haber allí?" -preguntó.
"La competencia desarrolla calidad"
Expuso que para que la participación del sector privado se incremente debe generarse la competitividad entre ellos y las instituciones públicas, "porque la competencia desarrolla calidad, y eso es lo que esperamos que pase".
Asimismo, negó que el esquema a seguir sea el estadunidense, "el gran modelo del predominio del sector privado", respecto al cual aseveró que "jamás en México se deseará implantar un sistema tan imperfecto, desigual y caro".
Para Soberón, por ser "una locura lo que cuesta" en el vecino país contar con atención médica, y porque deja desprotegida a gran parte de la población, no es deseable establecer en el país un sistema de tales características, el que además de todas las deficiencias citadas incita a la proliferación de la medicina defensiva que encarece aún más el servicio, puesto que los galenos deben realizar infinidad de análisis clínicos (muchos de ellos innecesarios) a sus pacientes, a fin de evitar posteriores demandas por negligencia médica.
Detalló que la propuesta de Funsalud y la original de Frenk recogen lo mejor de los sistemas de salud centralizados, característicos de regímenes como el de Cuba y el de la ex Unión Soviética, así como las partes positivas de los que mezclan la iniciativa privada con lo público, incluido el de Estados Unidos, pero que por sobre todo se basa en las necesidades exclusivas de México.
En cuanto a la subrogación de servicios, Soberón Acevedo sostuvo que esta práctica no significará a los sectores pobres de la población incurrir en gastos de su propio bolsillo, como ocurre en la actualidad, cuando deben recurrir a los hospitales privados, ya que el seguro nacional de salud (una de sus propuestas) cubrirá totalmente la prestación del servicio, y aseguró que el hecho de subrogar también estimulará la competitividad, pues el gobierno elegirá para esta práctica a los prestadores que demuestren otorgar "calidad, calidez y buenos precios".
Por último, Guillermo Soberón sugirió que la propuesta de Funsalud sería "parte de la tercera generación de reformas", las que comenzaron con la creación del Instituto Mexicano del Seguro Social y la Secretaría de Salud, prosiguieron con la descentralización de la Ssa y la creación de los institutos nacionales en la materia, con lo que se allanó el camino para que en la actualidad se combine la prestación pública con la privada.