Ť Desde el simple regaderazo hasta realizar el conecte más orgásmico
Una experiencia que va de lo higiénico a lo exótico
Uno de los pocos espacios tradicionales para el culto al cuerpo son los baños públicos; una actividad placentera/estética/higiénica y una experiencia agradable. Al usarlos se adquiere una sensación de frescura/pulcritud/levedad.
La visita comienza con los especialistas de la tijera para que le recorten el pelo y/o arreglen la barba; pasar a la farmacia y comprar una bolsita de champú, un peine, jabón perfumado y estropajo, para luego dirigirse a la taquilla y pagar la entrada por el servicio que elija: vapor y turco (para eliminar las capas viejas de la epidermis) o regadera general o individual.
Después encargar el lustrado del calzado. Se puede asistir sólo o llevar a su pareja para echarse un vaporazo o darse mutuamente un masajito. Para este fin se deberá llevar esencias florales, cremas exóticas... o comprar un aceite de bebé en la farmacia de los baños. Pero si prefiere una masajeada profesional, la mayoría de los baños públicos cuenta con personal de probada capacidad para dar el servicio, en las modalidades de masaje reductivo, relajante y desestresante. Encargar una bebida de la fuente de sodas como: tehuacán preparado, una sangría sin alcohol, un jugo de zanahoria con betabel y apio o meter de contrabando unas cervezas si sus gustos son más etílicos.
La experiencia de los baños públicos puede resultar más exótica, con su cónyuge/pareja/amante, si elige los que cuentan con servicio de jacuzzi o tinas romanas. La experiencia en el jacuzzi es altamente recomendable, pues el agua exquisitamente tibia impulsada a presión crea una atmósfera relajante/romántica/orgásmica; se recomienda usar champú de burbujas o pétalos de rosa para complementar la experiencia. Por otra parte, en las tinas romanas el agua se calienta a 35 grados. Se debe permanecer dentro de ella 25 minutos; luego salir y darse un regaderazo de agua fría, para regular la temperatura del cuerpo y reposar, cubierto con una cobija 20 minutos. El resultado es una sensación celestial.
También están los sui géneris, como los baños San Juan (Eje Central y Salto del Agua, Centro Histórico) que se anuncian y volantean: "Estrictamente para gays. Consigue tu pareja". Ahí los asistentes además de realizar la labor higiénica, acceden a relaciones íntimas. Hay tres tipos de conecte: algunos dejan las puertas abiertas del cuarto individual y si alguien desea ingresar para "conocer mejor al otro" lo puede hacer. El segundo está en la regadera y vapor general, donde las miradas de los asistentes se cruzan y naufragan por los trozos desnudos y genitales; al descubrirse/identificarse/reconocerse piden un cuarto individual o abandonan los baños juntos.
Los baños públicos, aunque disminuidos, todavía están por todos lados; en el centro de la ciudad y al sur; también están al norte y oriente; en las colonias de clase media y en la periferia; seguramente encontrará uno a la medida de sus aficiones.