MARTES Ť 24 Ť ABRIL Ť 2001
Ť La gente prefiere comer que darse un duchazo, lamenta el presidente de la Canaibal
Los baños públicos, una tradición y necesidad social que se extingue
Ť Hace diez años existían 550 en la capital; hoy, sólo quedan 200, y 700 en todo el país
JORGE CABALLERO
Cuando había 550 baños públicos en el Distrito Federal, hace diez años, era un buen negocio; ahora sólo quedan 200 y en el Estado de México hay 100; a nivel nacional suman 700, contando los balnearios que hay en el interior. Están desapareciendo por "el alto costo de los insumos principales: el agua la pagamos a 35 pesos el metro cúbico, el combustible industrial a 3.80 pesos y el diesel 4.30 pesos y la energía eléctrica que sube mes con mes", según informa Francisco Navarrete, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Baños y Balnearios (Canaibal).
Desde hace diez años ya no existen licencias de baños públicos en el DF, a diferencia de Puebla, donde sí hay facilidades. El gran problema de dichos establecimientos se da en la capital del país.
Otra de las razones por las que se han visto disminuidos es porque "un gran número de gente que acude a los baños públicos tiene un bajo nivel de poder adquisitivo; depende de un salario mínimo y prefieren comer que darse un duchazo", agrega Navarrete.
Los baños públicos proporcionan los servicios de: regadera individual, vapor individual y vapor turco, esencialmente; algunos tienen jacuzzi, sauna y tinas romanas. Hay cuatro categorías: chico, mediano, grande y especial; el primero cuenta nada más con regadera y vapor individual; el mediano cuenta con estos servicios pero es más grande en sus dimensiones; el grande tiene vapor general y sauna, servicio de masaje; el especial, además de todo lo anterior, cuenta jacuzzi o alberca como los baños Taxqueña, Dos Naciones, Mirasol o El Lupita, que tiene gimnasio.
Desde obreros hasta empresarios
Ningún baño público cobra más de 35 pesos por alguno de estos servicios: una toalla, una sábana, dos medios baños, o la ubicación y amplitud del lugar; si sus instalaciones tienen mármol, cuartos individuales o fuentes de sodas; si tiene vidrios polarizados o sus instalaciones son más modernas. A este punto, Navarrete precisa: "El servicio que prestan los baños públicos es para las clases más necesitadas: obreros, turistas nacionales; pero también acuden políticos y empresarios. Lo que buscamos es que el cliente se sienta satisfecho con el servicio".
En las últimas décadas el uso del baño público constituyó toda una cultura, pues al ampliarse con los servicios de peluquería, fuente de sodas y farmacia, las clases populares los veían como recintos para el culto al cuerpo y la belleza. Román Acuña recuerda: "Llevó treinta años de frecuentarlos. Los sábados era tradicional que los obreros, mecánicos, albañiles, judiciales y carpinteros, acudieran a echarse un vaporazo y estrenaban su ropa interior Zaga, camisa y pantalón; šsalían bien a la línea!; listos para el compromiso social o ver a la novia. Los domingos iban más a curarse la cruda con un tehuacán preparado o cervezas que metían a escondidas y su masaje para sentirse un poco más rehacidos".
A este punto el presidente de la Canaibal apunta: "Hemos tratado de revivir esa tradición sensibilizando a las autoridades para que aquel baño público que quiera ampliarse lo pueda hacer; estamos hablando de los baños que no tienen estética, cafetería, tienda de deportes o gimnasio; para hacer un baño público integral, en el cual haya todos los servicios y la gente acuda y salga perfectamente pulcro. En la actualidad el baño público no es rentable. Otros han preferido poner su inversión en el banco aunque les de mínimo de porcentaje sin problemas de inspecciones sanitarias ni laborales. La mayoría nada más los tenemos por cariño y lo solventamos con otros negocios que tenemos".
A curarse la cruda con un vaporazo
-ƑSe abarató porque las parejas los utilizaban como hoteles?
-Sí, porque comparativamente el baño sale más barato que el hotel, higiénicamente es mejor. Esa práctica no la llevamos a cabo; el objetivo no es ese. Pero sí, las parejas los utilizaron por economía, principalmente en los ochenta.
El baño público consta de dos calderas que valen cada una 100 mil pesos, tubería, saunas, jacuzzis, espejos; la inversión es millonaria si se suma el predio y la construcción. Un gran número son arrendados, no son dueños del terreno; eso acarrea un problema: al no ser dueños del predio el impuesto predial y el agua no se pagan; hay quienes tienen adeudos millonarios en estos dos conceptos.
Algo en lo que están al día los baños públicos es en los programas de sanidad: "Tratamos de mantener nuestras instalaciones ciento por ciento higiénicas. Se dice que éstos son centros de prostitución, focos de infección, insalubres y todas esas cosas, lo que tratamos los empresarios es darle una nueva imagen porque son una tradición y una necesidad para la sociedad. En caso de que decidiéramos cerrar todos los baños públicos, ocasionaríamos un grave problema social porque mucha gente está acostumbrada a presentarse a su trabajo limpia, arreglada; no porque no tenga regadera sino porque como se dice en el argot va a echarse un vaporazo o, Ƒpor qué no?, curarse la cruda o un día de desvelada con las bebidas reanimadoras, no alcohólicas, que ahí se preparan".
Un baño público es regulado por las delegaciones políticas, la Comisión de Aguas del DF, Protección Civil, la Dirección de Trabajo y Previsión Social del DF, la Procuraduría General del DF, la Secretaría del Medio Ambiente y la Secretaría de Gobernación.
Las obligaciones de los baños son: tener los cuartos bien aseados, la tarifa visible, no hacer prácticas monopólicas, no tener rayadas las paredes, no entrar con mascotas, no introducir bebidas embriagantes o drogas, dejar los objetos de valor en cajas de seguridad, entregarles las llaves a los usuarios, mantener las instalaciones en buen estado, tener a la vista este reglamento. Este es el primer reglamento oficial a que están sujetos, antes solo había reglamentos internos.