Ť El rey Juan Carlos entregó al novelista el Premio Cervantes de las Letras 2000
Francisco Umbral: el autor de El Quijote es vanguardia y como rebelde deja herencia
Ť Fustigó la ''cultura de pícaros que ha tenido como rehén al buen burgués perezoso''
Ť Por los 25 años del galardón, se rindió homenaje a los mexicanos Paz y Fuentes
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Madrid, 23 de abril. Francisco Umbral recibió hoy, en el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, el Cervantes de las Letras del año 2000, máximo galardón de la literatura en español. El novelista, memorialista, periodista y ensayista señaló en su discurso ''Un hidalgo y un fantoche llenos de sol y de viento'', que Miguel de Cervantes ''es vanguardia, como vanguardia es rebeldía y como rebelde deja herencia".
Umbral elogio la ''rebelión" de Góngora, Quevedo, Calderón de la Barca, las generaciones del 98 y del 27 y de la ''juventud venidera" contra la ''mediocridad" de la ''cultura de pícaros que ha tenido como rehén al buen burgués perezoso".
Umbral nació en la todavía republicana ciudad de Madrid de 1935. Su madre le mostró por primera vez la ''obra y la grandeza" de Manuel Azaña, de cuya figura quedaría prendado y de la que heredaría uno de sus géneros preferidos: el memorialismo. Su carrera literaria la inició hace 40 años, cuando emigró, con una pequeña maleta y una vieja Olivetti que todavía utiliza para escribir, de Valladolid a Madrid.
La obra del Premio Cervantes incluye más de un centenar de libros y abundante material hemerográfico, ya que Umbral, implacable en la crítica y experimentador insaciable del lenguaje es considerado, por la prensa española, el más fiel sucesor de Azorín y Ortega y Gasset.
En 1975 escribió su primera novela con ''estilo propio" y que le valió el premio de la Crítica, Mortal y rosa. Más tarde publicó Ramón y las vanguardias, Diccionario de la literatura en España de la posguerra a la posmodernidad, Las ninfas, en su faceta de cronista de la ciudad; Trilogía de Madrid, El socialfelipismo, El hijo de Greta Garbo y su reciente libro de memorias Un ser de lejanías.
''Biblia del español''
Umbral comenzó su discurso de recepcion del galardón con una cita de Voltaire: ''Yo, como don Quijote, me invento pasiones para ejercitarme", a su juicio la más ''fina y sutil interpretación de Cervantes" y de la que se valió para desarrollar la interpretación de la ''Biblia del español": El Quijote la Mancha.
''Don Quijote principia, o casi, por hacer realidad una metáfora, los molinos que se parecen a los gigantes, y arremete contra una realidad literaria que le desbarata, como tantas otras otras le van a desbaratar a lo largo de su nuevo camino. Pero aprendamos esto: Don Quijote nunca se enfrenta sino contra metáforas del vivir, desface alegorías y yangueses, o se reposa en unos duques, de modo que la locura empieza con la realidad y no antes."
Umbral su suma a la cosecha selecta de premios Cervantes, 12 escritores latinoamericanos y 14 españoles, como Octavio Paz, Carlos Fuentes, Jorge Luis Borges, Jorge Guillén, José Hierro, Ernesto Sábato, Miguel Delibes, Jorge Edwards y Rafael Alberti, entre otros.
''Don Quijote es la metáfora de España, sí, pero no en el sentido festival y dominical en que lo dicen quienes suelen. España se inventa pasiones para sobrevivirse a sí misma, para ser algo más que una majada bien regida y una provincia del latín que llamaremos castellano. La pasión de América, la pasión del Imperio, la pasión de Europa, la pasión del mundo mueven Españas y nos ponen a la cabeza del siglo, de los siglos", añadió Umbral, quien dijo ver en Cervantes al ''hombre metafórico", que ha resistido el paso del tiempo.
Umbral reconoció en la ''novela de caballerías" una ''cultura de pícaros que ha tenido como rehén al buen burgués perezoso". Y abundó:
''Esta continuidad en lo mediocre la rompe el barroco, la rompe Cervantes, la rompe el 98, la rompe el 27, la rompe siempre una juventud venidera, y el heroísmo irónico de Cervantes está en hacer el solo la revolución de los jóvenes cuando ya es un viejo. Admitamos prudentemente que España es un país de clases medias, también en lo intelectual, y con ellas pacta el escritor o el artista por conveniencia, supervivencia o acomodo. Este pacto es lo que explica la tardanza de nuestro país en algunos momentos de la historia, pero ya vemos que esa tardanza se resuelve pronto con un libro, con una espada, con un caballero andante. Cervantes, sí, viene a romper el compromiso burgués de la novela de caballerías, abriendo brecha para una nueva literatura, que es la de Quevedo, Torres Villarroel, Góngora, Calderón de la Barca, etcetera".
Cervantes, sostuvo Umbral, fue el hombre que puso a España patas arriba al hacer arder la ''cultura vieja" y permitir la entrada de la ''modernidad" con sus dos máquinas de guerra: un hidalgo y un fantoche llenos de sol y viento.
Aseveró que ''Cervantes es vanguardia, como vanguardia es rebeldía y como rebeldía deja herencia. Nadie en nuestra entraña progresista ha renegado de él, aunque muchos lo hayan utilizado como tintero de oro de sus escribanías inquisitoriales. Sólo tenemos el presente, los hombres templados, y presente purísimo, activísimo, es la vida de Cervantes, Don Quijote y Sancho Panza, con sus caballos y rucios. Sólo a eso hemos venido hoy aquí. A conquistar el presente para todos".
El rey Juan Carlos, por su parte, señaló que la obra de Umbral es un acercamiento a los registros ''culto y popular", pues él ''es solo toda una biblioteca, todo un universo que sabe ser generoso y dadivoso".
El premio consta de unos 80 mil dólares. Con motivo del vigesimoquinto aniversario del Cervantes, la fundación decidió homenajear a los escritores mexicanos Octavio Paz y Carlos Fuentes, al entregar a la familia del primero y a Fuentes en propia mano una escultura conmemorativa.