Carlos Fernández-Vega
GENEROSO QUE ES, GEORGE W. BUSH ofrece trabajar ''con nuestros amigos de México'' en la norteamericanización del mercado energético americano. Pero ese acto de nobleza encuentra la mejor traducción en la advertencia de Spencer Abraham, secretario estadunidense de Recursos Energéticos: ''el acceso a la energía es el cimiento de nuestra seguridad nacional''. Y el mundo sabe cuál es el precio que se paga.
PERO EN UN DESTELLO DE INOCENCIA aún no aclarado, comenzaron los deslindes por la parte mexicana. Extraoficialmente (Miriam Posadas, La Jornada) fuentes de la Secretaría de Energía señalaron que en Canadá lo único que se firmó con los gobiernos estadunidense y canadiense fue ''una carta de intención en la que no se compromete nada, que representa sólo el inicio de la evaluación de la conveniencia de que México y Estados Unidos se conecten para la venta de gas, y que de haber avances al respecto sería un proceso que se llevaría mucho tiempo''. Dicha carta establece que ''podrá servir como marco para la cooperación'' y da como plazo un año para la firma de ''memorandas'' de entendimiento en las áreas de eficiencia energética, entre otros renglones.
AUN ASI, LA INVOLUNTARIA traducción del secretario Spencer Abraham, que se manifiesta también por ''el libre flujo de la energía, el capital y la información'', establece: ''nuestro enfoque (para acceder a la energía y cimentar la seguridad nacional de Estados Unidos) consistirá en mirar primero hacia nuestro propio vecindario''.
PERO SI DE SEGURIDAD NACIONAL se trata, el gobierno mexicano debería dejar a un lado las buenas intenciones -que no son sinónimo de buenos resultados- y abocarse a apagar los focos rojos que se han encendido en materia económica y estar atento, muy atento, a los que reflejan ya un tono amarillo de advertencia.
MIENTRAS EL PRESIDENTE VICENTE Fox y su vocera Marta Sahagún se aferran a desmentir al gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz, por sus discordantes proyecciones de crecimiento en el país (y las sostiene, porque ''soy menos optimista que el gobierno''), la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD) alerta a México sobre la posibilidad de que la desaceleración estadunidense -que todo mundo empieza a ver, reconocer y padecer- se convierta en una recesión mundial y provoque una crisis financiera frente a la cual México nada podría hacer, aun cuando reformara su sistema financiero y fiscal.
EN SU INFORME SOBRE EL comercio y el desarrollo 2001, el organismo de la ONU explica que las posibilidades mexicanas de crecimiento económico son ''bastante limitadas'' debido a la reducción de los precios petroleros (menos de 20 dólares por barril), los problemas fiscales derivados del rescate bancario y la fragilidad del sistema financiero. Estos factores, de acuerdo con la UNCTAD, revelarán la verdadera magnitud del desequilibrio mexicano en la cuenta corriente de la balanza de pagos, lo que, sumado a un escenario de turbulencia financiera, podría derivar en una crisis cambiaria como la de 1994, a pesar de los 38 mil millones de dólares en reservas internacionales.
PARA EL ORGANISMO DE LA ONU, según lo establece el informe citado, las reformas realizadas por México desde los errores de diciembre (saneamiento de las finanzas públicas, salvamento de la banca, apertura comercial y a la inversión extranjera, desregulación de los mercados, entre otros) son insuficientes para impedir una nueva crisis financiera. A pesar de lo anterior, la UNCTAD subraya la necesidad de reconocer que las causas reales del desorden financiero internacional se encuentran en los países industrializados (con los que México está agarrado de las piernas) y, en consecuencia, se requiere imponer restricciones a los flujos internacionales de capitales especulativos, exactamente lo contrario de lo propuesto en la Cumbre de las Américas, a la que asistió el presidente mexicano.
Y A PESAR DE LOS RECLAMOS lanzados desde Los Pinos, Guillermo Ortiz retomó el asunto de la tasa de crecimiento del país. Ayer habló en el Club de Banqueros y a juicio del gobernador del Banco de México la diferencia ?que no ''enfrentamiento'' ni ''descalificación''? entre él y Vicente Fox estriba en que ''no somos optimistas sobre el comportamiento económico de Estados Unidos, que mostrará un avance de 2 por ciento (en 2001), cuando mucho; así que, por lo que está pasando en el mundo, en América Latina, un 3 por ciento de crecimiento para México es razonable''.
HORAS ANTES DE LA NUEVA exposición del ex secretario de Hacienda, la vocera presidencial, Marta Sahagún, hizo un recuento de las inversiones comprometidas para México por parte de los empresarios nacionales y extranjeros, y reiteró que ''este gobierno trabaja con metas y nuestra meta es crecer al 4.5 por ciento y sobre ello se está trabajando''.
DE UNA U OTRA SUERTE el secretario de Economía, Luis Ernesto Derbez, coincidió con la vocera presidencial, pues según lo dicho por el ex funcionario del Banco Mundial los inversionistas ''perciben solidez en la economía y confían en los programas de gobierno''. Aunque descarriló, para efectos de Los Pinos, pues dijo que el punto crítico de la economía mexicana, motivado por la desaceleración económica estadunidense se mantendrá, al menos, hasta septiembre.
EN ESTE ORDEN NO ES POSIBLE dejar a un lado el informe de la Secretaría de Hacienda sobre la balanza comercial mexicana. El déficit comercial creció un alarmante 77.88 por ciento en el primer trimestre de 2001, con respecto a igual lapso del año anterior, como resultado -dice la dependencia- de que el valor de las exportaciones petroleras se redujo en 330 millones de dólares (18.2 por ciento) y a que las manufacturas fueron afectadas ''por la desaceleración de la economía de Estados Unidos''. Tampoco hay que perder de vista que la importación de bienes de consumo creció el doble que los bienes de capital. Y prendemos los focos rojos de los muy alegres años 1993 y 1994.
Las rebanadas del pastel:
ALBRICIAS: LOS ULTRADEMOCRATICOS y progresistas
bancos Mundial e Interamericano de Desarrollo lanzaron una advertencia
para que hasta los sordos la escuchen: no otorgarán créditos
a ''dictadores, golpistas y gobiernos antidemocráticos''. Resulta
en extremo alentadora y oportuna la amenaza, toda vez que los Somoza, los
Trujillo, los Batista, los Stroessner, los Videla, los Baptista Figuereido,
los Pinochet y demás jauría militar y golpista, que gozaron
amplia e impunemente de los generosos financiamientos que les otorgaron
ambas instituciones, ya no están en el poder.
Fax: 55451253