MARTES Ť 24 Ť ABRIL Ť 2001

Conservadurismo y ortodoxia, coincidencias

Identificación plena entre los legionarios y el Papa

JOSE ANTONIO ROMAN /II Y ULTIMA

En las últimas tres décadas, pero sobre todo en el pontificado de Juan Pablo II, los Legionarios de Cristo han visto duplicado su número de sacerdotes, seminaristas, laicos comprometidos y ''evangelizadores de tiempo completo'', convirtiéndose en una de las órdenes religiosas más exitosas y eficaces del catolicismo mundial, con un lugar ''preponderante'' e "influyente" en el gobierno de la curia vaticana.

Con el sello de ''hecho en México'', la orden religiosa -fundada por el polémico y controvertido sacerdote michoacano Marcial Maciel Degollado- ha gozado, junto con la Prelatura personal del Opus Dei, de marcadas preferencias y aprecio del papa Juan Pablo II. La razón: ''Ambas son el fiel reflejo del conservadurismo y ortodoxia de este pontificado'', afirma Roberto Blancarte, investigador de El Colegio de México y ex asesor de la embajada mexicana ante el Vaticano de 1997 a 1999.

Ni las acusaciones de abuso sexual presentadas por un grupo de prominentes ex legionarios de Cristo en contra de Maciel -que sufrieron en su etapa de niñez y juventud- han hecho mella en las preferencias que Juan Pablo II dispensa al fundador de la Congregación de los Legionarios. La última, de una larga lista de deferencias que ha tenido hacia el fundador de la orden, es la celebración multitudinaria que encabezó el pasado 3 de enero, en la Plaza de San Pedro, con motivo del 60 aniversario de los legionarios.

Además, la víspera de esa celebración, 37 legionarios fueron ordenados sacerdotes por el prefecto de la Pontificia Congregación para el Clero, el cardenal colombiano Darío Castrillón Hoyos. En tanto, el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Angelo Sodano, bendijo e inauguró la nueva sede del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, institución donde se formarán en Roma los futuros sacerdotes legionarios.

Deferencia papal

Esta misma deferencia papal ha llevado a que el gobierno vaticano ''guarde silencio total'' ante la denuncia que el grupo ex legionarios que acusa a Maciel de abuso sexual presentó ante los Tribunales Eclesiásticos, en el otoño de 1998, situación que hasta esa fecha sólo se había ventilado en los medios de comunicación.

Incluso, el despacho de abogados -reconocidos por el Vaticano para poder litigar ante los Tribunales Eclesiásticos- que asesora a los denunciantes envió a finales del año pasado una misiva al protosecretario de la Pontificia Congregación para la Fe, monseñor Girotti, preguntando sobre el destino de la demanda penal presentada dos años antes. La respuesta a esta nueva carta todavía se espera, pero hay quienes señalan que la contestación ha sido precisamente ese silencio.

Roberto Blancarte, ex asesor de la embajada de México ante el Vaticano durante la gestión de Guillermo Jiménez Morales, reconoce que Maciel posee una ''fuerte influencia'' en muchos dicasterios de la curia romana, como también son conocidas en círculos diplomáticos las acusaciones de abuso sexual en contra de él, ''pero nadie lo comentaba''.

Incluso, en esferas eclesiales y políticas mexicanas se afirma que ''el acceso al Papa es más rápido y seguro a través de los legionarios''. Prueba de ello es lo que en algún momento llegó a confesar en privado el ex nuncio apostólico Justo Mullor, a varios obispos, en el sentido de que durante su gestión fungían de hecho, junto con él, tres nuncios más: Maciel, el arzobispo primado de México, cardenal Norberto Rivera Carrera, y el nuncio emérito, anahuac-3 Girolamo Prigione.

Con ello llegaban a Roma diversas versiones de lo que acontecía en el país. Así se explica su propia salida de México, cuando el Papa lo envió, en una ''promoción'', a hacerse cargo de la Academia Pontificia, institución donde se forman los cuadros de la diplomacia vaticana, pero también el traslado repentino de Raúl Vera, de San Cristóbal de las Casas a la diócesis de Saltillo.

Precisamente, esta cercanía de Maciel y los Legionarios de Cristo al cardenal Rivera ha permitido que los primeros se hayan convertido en la institución que maneja al arzobispo primado de México su imagen y todo lo relacionado con los medios de comunicación, donde la congregación ha tenido una fuerte injerencia, impulsando una ''agresiva política'' de penetración en los medios recurriendo a costosos encartes, sobre todo en los tres diarios que en la ciudad de México posee la Organización Editorial Mexicana: Esto, La Prensa y El Sol de México.

Apoyo a futuro cardenal

De hecho, el cardenal Rivera recibió el apoyo de los legionarios desde que era obispo de Tehuacán y responsable de Pastoral Familiar del Episcopado Mexicano, situación que se acrecentó a su llegada a la Arquidiócesis Primada de México. Incluso, Rivera Carrera es uno de los más ''aguerridos y connotados'' defensores del padre Maciel, señala Edgar González Ruiz, investigador que durante muchos años le ha seguido la pista a las organizaciones de ultraderecha más conservadoras del país, y que recientemente ha editado el libro La última cruzada. De los cristeros a Fox.

González Ruiz señaló incluso que durante la visita del papa Juan Pablo II a México, en enero de 1999, los legionarios y el cardenal Rivera despertaron la animadversión de no pocos religiosos y fieles católicos por su ''protagonismo y excesiva injerencia'' en los eventos. Hay que recordar que unos ocho mil jóvenes de la Universidad Anáhuac y de otras escuelas de los legionarios apoyaron como edecanes durante los actos papales.

Convertida en una de las congregaciones de más rápido crecimiento dentro del catolicismo, en los últimos diez años, los legionarios han duplicado su número de sacerdotes y seminaristas. Actualmente, la legión cuenta con 477 sacerdotes y 2 mil 300 seminaristas, con una edad promedio de 18 años y ''reclutados'' entre los 11 y 17 años, provenientes de 37 diferentes países, y están en 24 seminarios y noviciados, dos centros de estudios superiores de humanidades clásicas y dos sedes del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, en Roma y en Nueva York, respectivamente. En Nuevo León, en el caso de México, disponen de un noviciado y de un seminario menor, en los que se forman 150 jóvenes para el sacerdocio.

Evangelizadores de ''tiempo completo''

Parte importante de su crecimiento se debe al método de los ''evangelizadores de tiempo completo'', quienes reciben un salario que les permite ''vivir dignamente'' y desempeñar con eficacia su misión. Así, por ejemplo, en Centroamérica existen 870 laicos ''evangelizadores'' que trabajan en 5 mil 266 comunidades. Estos evangelizadores, a su vez, han formado y lanzado otros 33 mil 260 catequistas temporales en esas mismas comunidades. Esta misma tarea se repite en todos y cada uno de los países donde tienen presencia.

Los legionarios están presentes en Europa, Estados Unidos, Canadá, América Latina y Australia, en total 40 países, principalmente desarrollados o aquellos que están en ''en vías'' de serlo. Ni Africa ni Asia aparecen en el mapa de las misiones legionarias.

En México, desde 1970, por encomienda del papa Paulo VI, la orden recibió a la prelatura Chetumal-Cancún -que comprende la totalidad del estado de Quintana Roo- para su atención pastoral, nombrando obispo a Jorge Bernal, perteneciente a la orden. Aun cuando la prelatura es eminentemente indígena, Roberto Blancarte señala que esta situación es ''verdaderamente circunstancial'', pues la pastoral que practica la congregación es de elite y exclusividad. ''El Opus Dei cuando menos se ha preocupado por simular cierta preocupación por los sectores más pobres, pero los legionarios ni lo disimulan, su interés está en otra parte, no con los pobres'', dijo.

Entre las organizaciones de los legionarios se encuentran: Mano Amiga, que hoy opera en una decena de países de América y Europa; Juventud Misionera y Familia Misionera; el Instituto Juan Pablo II para la Familia; Juventud Universitaria por los Valores; Fame, Familia Mexicana; Consultorios Familiares Alfa-Omega; Hombre Nuevo; el Centro Integral de Desarrollo Comunitario, y Challange Task Force in Chastity, movimiento que pretende formar ''líderes naturales'' de entre 17 y 30 años de edad para defender la castidad.

Al solicitar ante la Secretaría de Gobernación su registro como asociación religiosa, el 6 de julio de 1995, la orden sólo indicó el nombre de cinco personas como ministros de culto. Sin embargo, se sabe que en 1992 el papa Juan Pablo II ordenó a 60 legionarios de siete distintos países y que en 1994, el entonces nuncio Girolamo Prigione ordenó a otros 57, cifra que continuamente debe ir en aumento considerando los centros de formación sacerdotal con los que cuenta la orden.

Documentación incompleta

Desde ese entonces y hasta la fecha, esta congregación no ha enviado documentación alguna a la dependencia para actualizar la relación de nombres de sus ministros de culto e inmuebles.

Pero esta acción no ocurre solamente con los ministros de culto sino también, en la misma solicitud, relacionó como único inmueble la parroquia ubicada en Lomas Anáhuac sin número, en Huixquilucan, estado de México, que es propiedad de la nación.

No obstante, es público que han fundado decenas de escuelas, varias universidades y centros de formación de laicos.

En sus orígenes, la congregación fue bautizada por su fundador, el controvertido y polémico sacerdote mexicano Marcial Maciel Degollado, como Misionero del Sagrado Corazón de Jesús y la Virgen Dolorosa. Desde su fundación, el 3 de enero de 1941, operó en los sótanos del número 39 de la calle Turín, en la ciudad de México.

Pero el 12 de junio de 1946, Maciel se entrevistó con el papa Pío XII, quien le comentó: ''Líderes, padre Maciel, tenemos que formar y ganar para Cristo a los líderes de América Latina y del mundo... Entonces, deben ser ustedes un ejército en orden de batalla''.

Maciel no necesitó mucho para entender esas palabras pontificias e ''inspirado'' en el modelo de las legiones romanas los llamó ''Legionarios del Papa''. Según su propia concepción, los religiosos deberían estar siempre preparados y dispuestos a trabajar de manera adaptada y eficaz, flexible y realista, valiente y conquistadora.

Aniversario 60

Finalmente, Maciel rebautizó a la congregación con el nombre que la conocemos hasta la fecha: Legionarios de Cristo, que el pasado 3 de enero celebró su 60 aniversario con la ordenación de 60 nuevos sacerdotes y con una multitudinaria concelebración religiosa en la Plaza de San Pedro, encabezada por el mismo papa Juan Pablo II.

Según algunos analistas, la idea de formar un ''ejército espiritual'' brotó de ''manera natural'' en la mente de Maciel, dados sus orígenes familiares. Y es que en la familia del padre Maciel hubo cuatro obispos y casi una docena de curas y monjas. Además, hay que destacar que durante su infancia y primera etapa de formación sacerdotal, el legionario fundador vivió la llamada Guerra Cristera y la persecución religiosa de los años siguientes.

Tíos ilustres

Fueron obispos sus tíos José González Arias, prelado de Cuernavaca; Antonio Guízar y Valencia, de Chihuahua; Rafael Guízar y Valencia, de Jalapa (beatificado el 29 de enero de 1995), y Luis Guízar Barragán, de Saltillo. Tanto Antonio como Rafael Guízar, jugaron un papel importante en la confrontación entre el Estado y la Iglesia, de 1926 a 1929. A lo largo de su vida defendieron con una ''línea dura'' los intereses políticos de la jerarquía.

Primeros discípulos

Otro de sus tíos, Jesús Degollado Guízar, fue general del ejército cristero. Incluso, dado el clima de persecución, Maciel cursó parte de sus estudios religiosos en el Nacional de Montezuma, en Nuevo México, junto con algunos de los que más tarde llegarían a ser obispos mexicanos, tal fue el caso de su condiscípulo Genaro Alamilla, quien en épocas del cardenal Ernesto Corripio Ahumada llegó a ser secretario general del Episcopado Mexicano.

Maciel contó desde el principio con el apoyo del entonces obispo de Cuernavaca, José González Arias, y tuvo como sus primeros discípulos a 13 adolescentes, quienes habitaban con él los sótanos de una casa de la ciudad de México. El mismo obispo apoyó para que la legión se convirtiera en ''Congregación de Derecho Diocesano'', el 13 de junio de 1948. El 6 de febrero de 1965, Paulo VI emitió el decretum laudis, de alabanza por el trabajo de la orden, especialmente en la educación, y la reconoció como ''Congregación de Derecho Pontificio''. En 1985, el papa Juan Pablo II aprobó sus constituciones.

La estructura de gobierno de la legión es la propia de las congregaciones religiosas, según lo establecido por el derecho canónico. A la cabeza de la congregación está un superior religioso, que desde su fundación es el padre Maciel.