MARTES Ť 24 Ť ABRIL Ť 2001
Ť Fueron inaugurados los trabajos de la 71 Asamblea Plenaria de la CEM
Demandan obispos al gobierno que en la reforma fiscal no se impongan más cargas a los pobres
Ť Asimismo, llaman a los legisladores a aprobar ''en estos días'' una generosa ley indígena
JOSE ANTONIO ROMAN
Preocupada por la pobreza y la enorme desigualdad que imperan en el país, la jerarquía católica pidió que en la reforma fiscal propuesta por el gobierno ''no se impongan más cargas'' que hagan más pesada la vida a los más pobres, y que los legisladores aprueben ''en estos días'' una ''generosa'' ley de derechos y cultura indígenas, acorde con la nación pluricultural y pluriétnica que somos, señaló el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Luis Morales Reyes.
Al inaugurar los trabajos de la 71 Asamblea Plenaria del órgano episcopal, el también arzobispo de San Luis Potosí señaló que nadie, ni la Iglesia, puede permanecer indiferente ante millones de personas al margen del progreso, condenadas a vivir en condiciones de vida muy por debajo del mínimo requerido por la dignidad humana.
Ante el nuncio Giuseppe Bertello, 84 obispos y arzobispos del país y tres de los cuatro cardenales que actualmente tiene la Iglesia mexicana, Morales Reyes subrayó que dados el ''desconcierto y la decepción'' de nuestros tiempos, la sociedad mexicana cada día espera más de la Iglesia católica y a los obispos les exigen respuestas que realmente incidan en la transformación del país. Dijo que el aporte de la Iglesia es presentar a Jesucristo como salvador y reafirmar su compromiso con los más pobres.
Con un informe del secretario general de la CEM, Abelardo Alvarado, un saludo del nuncio Bertello y el mensaje de apertura del presidente Morales Reyes en la sede episcopal de Lago de Guadalupe, los obispos dieron inicio a su 71 Asamblea, a la que asistirán como ''invitados especiales'' los secretarios de Hacienda, Francisco Gil Díaz, y de Gobernación, Santiago Creel Miranda, aunque podría ser sólo uno. El objetivo es ''tener un encuentro amistoso'' entre lo funcionarios y los obispos, dijo el propio secretario general de la CEM.
Durante los cuatro días que durarán los trabajos de la asamblea -hasta el próximo viernes-, los obispos deberán discutir y aprobar, en su caso, los programas de cada una de las 24 comisiones que conforman la estructura de la CEM, así como el de la secretaría general, luego de que en noviembre pasado fuera relecto casi por unanimidad Luis Morales Reyes para un segundo trienio al frente del órgano episcopal.
En lo que fue su primera presentación formal ante los obispos, el nuncio Bertello -quien llegó a México el pasado 26 de febrero- expresó su ''admiración'' a los obispos por la forma en que, anunciando el Evangelio, ''acompañan'' también al pueblo de México a la edificación de una sociedad basada en los valores de la justicia, la solidaridad y la libertad, y en la forma en que lo orientan para afrontar las diversas situaciones, con una conciencia recta y a través de una progresiva profundización en la fe que ilumina todos los aspectos de la vida personal y comunitaria.
Expresó su deseo de que los trabajos de la asamblea y la conformación de la agenda y los planes y programas se realicen con éxito, tomando en cuenta para su elaboración los documentos pontificios Ecclesia in América, Novo Milenio Ineunte y la carta pastoral de los obispos mexicanos, Del encuentro de Jesucristo a la solidaridad con todos.
Así, luego de ponerse a disposición y servicio de los obispos, y a estar abierto a sus sugerencias, el nuncio Bertello felicitó de manera particular al presidente de la CEM, Luis Morales, porque dentro de pocos días -el 4 de mayo- celebrará sus bodas de plata episcopales.
En tanto, en su informe de los últimos seis meses, el secretario general de la CEM, Abelardo Alvarado, citó -junto con los nuevos nombramientos y traslados de obispos que se han dado desde la pasada asamblea de noviembre- la llegada del nuncio Bertello, la clausura del gran jubileo, la caravana del EZLN a la ciudad de México, la primera reunión de este año de los presidentes y secretarios de las comisiones episcopales, la visita de los restos de Santa Teresita del Niño Jesús y la bendición e inauguración de las nuevas oficinas generales de la CEM.
De la marcha zapatista, dijo que ''haciendo a un lado su carácter kafkiano y surrealista'', ésta fue un ''ejercicio democrático'' que puso de manifiesto el verdadero y real cambio que se ha venido obrando en nuestro país a partir del 2 de julio de 2000, ''gracias a la alternancia en el gobierno: un nuevo clima de libertad para la expresión del pueblo''.
Y agregó: ''Dio lugar también a una guerra mediática de protagonismos en la que no eran claras las intenciones reales de los principales actores; parecía más importante el rating y la cobertura que le daban los medios. Gobiernos, EZLN, legisladores, partidos políticos, intelectuales, grupos y líderes sociales, todos enfrascados en declaraciones con la pretensión de fijar posturas y capitalizar a su favor cada nueva circunstancia'', dijo el informe de la secretaría general.
Sin embargo, tras hacerse varias interrogantes, Alvarado dijo que la Iglesia y sus pastores no pueden permanecer callados o indiferentes ante esta realidad. ''La paz entre el gobierno y la guerrilla zapatista supone todavía un largo camino de acciones políticas, lleno de obstáculos''.
Previo a la asamblea, durante la mañana y el mediodía, los poco más de 20 obispos que conforman el Consejo Permanente de la Conferencia del Episcopado Mexicano sostuvieron una reunión de trabajo donde afinaron los detalles de la asamblea plenaria, la cual inicio a su vez con la celebración de las vísperas, por los 84 obispos presentes.