DOMINGO Ť 11 Ť MARZO Ť 2001

Ť Los expulsó el gobierno de Zedillo, según la diócesis

Gestiona el obispo Felipe Arizmendi retorno de 7 sacerdotes extranjeros

ANGELES MARISCAL CORRESPONSAL

Tuxtla Gutierrez, Chis., 10 de marzo. El obispo de la diócesis de San Cristóbal, Felipe Arizmendi, gestiona el retorno de siete sacerdotes extranjeros que fueron expulsados del país por el gobierno de Ernesto Zedillo, acusados de tener vínculos con el EZLN.

De la lista de religiosos expulsados, el sacerdote francés Michel Chanteau será el primero en regresar, dieron a conocer fuentes de la diócesis.

Y es que, según el reporte elaborado por el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, de 1995 a 1998 fueron expulsados de forma violenta cinco sacerdotes, y a dos más se les impidió el retorno, luego de que habían salido momentáneamente del país.

Estas acciones se dieron como parte de los ataques del gobierno de Ernesto Zedillo contra la diócesis de San Cristóbal, y formaban parte de "las ofensivas del gobierno federal contra el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y contra todos aquellos que definió como enemigos en el marco de la guerra".

Las agresiones más graves hechas por el gobierno de Ernesto Zedillo contra la diócesis fueron la expulsión de sacerdotes del país; en concreto, en junio de 1995 la Secretaría de Gobernación expulsó a los sacerdotes Jorge Barón (argentino), Loren Riebe (estadunidense) y Rodolfo Itzal (español).

Al mes siguiente se prohibió la entrada del religioso Pablo Nadolny. En ese mismo sentido, al padre Alberto Mahoney, de origen canadiense, se le prohibió ingresar al país. Además, a partir de entonces el INM no respondió a ninguna solicitud de visas para misioneros.

Asimismo, el INM citó al religioso Nicolás Julián Fernández de Gaceo Uriarte, de origen español, para comparecer en sus oficinas. Ahí le dieron 48 horas de plazo para que abandonara el país.

Gracias a la intervención del nuncio apostólico de ese entonces se pudo, de alguna manera, arreglar que no fuera expulsado; pero en febrero de 1998 la Secretaría de Gobernación expulsó al sacerdote francés Michel Chanteau.

En marzo de 1998 fueron detenidas arbitrariamente, e interrogadas durante dos horas, las religiosas de la parroquia de San Sebastián, Comitán, por agentes de Migración.

Todas estas acciones, añade el reporte del Centro de Derechos Humanos, responden a la "estrategia de guerra de baja intensidad" que se desarrolla en Chiapas.

"Los ataques contra la diócesis están en la sincronía con las ofensivas que realiza el gobierno federal contra el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y contra todos aquellos a quienes ha definido como enemigos en el marco de la guerra", se señala en el informe.

Ahora, la diócesis de San Cristóbal dio a conocer que su obispo, Felipe Arizmendi, gestiona el retorno de los sacerdotes expulsados, y será en las próximas semanas cuando se resuelva la solicitud para cancelar las órdenes que hasta el momento impiden el retorno de los religiosos.