Ť La danza de cara al futuro. 100 propuestas para el cambio
Bailarines y coreógrafos piden terminar con verticalismos
MIRYAM AUDIFFRED
Debido a que uno de los graves problemas que enfrenta
la comunidad dancística nacional radica en el dedazo y la
"inadecuada" selección de funcionarios, parte del gremio propuso
ayer a un equipo de trabajo para ocupar la Coordinación Nacional
de Danza, aún dirigida por Horacio Lecona.
Integrado por los coreógrafos Marco Antonio Silva
y Lydia Romero y por el promotor cultural Héctor Garay, dicho equipo
se erige como una de las alternativas más viables para impulsar
el desarrollo de esta disciplina artística que, hoy, comienza un
nuevo capítulo debido a la organización de los diversos representantes
de danza contemporánea que decidieron levantar su voz para asegurar:
"no creemos en presidencialismos, en organizaciones verticales ni en la
existencia de representantes omnipresentes".
Por eso, se reunieron ayer en Los Talleres ?como lo anunció La Jornada el lunes? para exigir que las instituciones cuenten con funcionarios que gocen de la "confianza y credibilidad" de la comunidad dancística del país, a fin de llevar a efecto, en el corto plazo, el plan nacional de desarrollo La danza de cara al futuro. 100 propuestas para el cambio.
Redactado para resumir la problemática vivida por el gremio en las últimas dos décadas, el documento ya fue entregado a autoridades de seis instituciones; entre ellas el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, el Instituto Nacional de Bellas Artes, el Centro Nacional de las Artes y el Instituto de Cultura de la Ciudad de México. Esperan que éste sirva de "tarjeta de presentación" y de punto de partida. No obstante, Miguel Angel Díaz, Cecilia Appleton, Isabel Beteta, Javier Contreras, Roberto Aguilar, Gerardo Delgado y Héctor Garay, entre muchos otros, afirman que aun en el caso de no ser escuchados, seguirán adelante. "Estamos acostumbrados a trabajar con y sin el apoyo de la Coordinación Nacional".
Si bien el plan nacional presenta el análisis de temas tan diversos como la participación de la comunidad de danza en la toma de decisiones, la formación de públicos, la promoción en los medios de comunicación y el financiamiento; la seguridad social, la descentralización y la revaloración de esta disciplina se yerguen como los asuntos medulares.
Para bailarines y coreógrafos, urge que la danza contemporánea sea considerada patrimonio cultural, "como lo arqueológico o folclórico". "No negamos que contamos con una serie de apoyos pero éstos no tienen estabilidad ?opina Héctor Garay?. Esto significa que la mayoría de los bailarines y coreógrafos de este país deben dedicarse a la sobrevivencia".
De acuerdo con los cerca de 30 firmantes, no existe una política cultural en los ámbitos estatal y federal que garantice un desarrollo sostenido, pues los presupuestos para la danza se encuentran a la zaga de otras disciplinas artísticas y hay pocos espacios para la expresión. "No tenemos promotores culturales profesionales, no se ha generado una vocación crítica del producto artístico y no contamos con órganos de representación gremial...existen nuevos públicos a los que no hemos llegado".
Este documento se puede consultar en danzaria.net .