MARTES Ť 2 Ť ENERO Ť 2001

Ť El grupo de Jesús Chávez, número uno de música norteña en Estados Unidos

Nos tienen un poquito vetados por los corridos, dicen Los Originales

Ť Las groserías no son para ofender, sino para mostrar cómo vivimos la vida los mexicanos

Ť El éxito no depende de que nos toquen en la radio, afirma el líder y voz de la banda

ARTURO CRUZ BARCENAS

Las buenas conciencias dicen que los conjuntos gruperos que usan groserías en las letras de sus canciones están destinados a la fama efímera. "šTápense las orejotas!", aconseja Jesús Chávez, voz y líder de Los Originales de San Juan, que al igual que sus colegas de La Raza Obrera y Lupillo Rivera les importa (vale) poco (madre) lo que opinen los demás de su trabajo.

En Estados Unidos, agrega, es el grupo número uno en la música norteña. "En el último número de Billboard salimos como número cuatro en ventas a nivel nacional. Arriba de nosotros sólo están Ricky Martin, Oscar de la Hoya y Luis Miguel, pero en un género diferente".

Poca escuela y mucha vida tienen tales artistas. Se nutren del pueblo y a éste dan su arte. Firman contratos en los que se comprometen a grabar un disco de canciones y otro de corridos. El primero puede que tenga algún éxito radiofónico; el segundo, se comenta de boca en boca y los temas se piden en los bailes, en los masivos de los lienzos charros de Texcoco o en las plazas de Estados Unidos.

Dice Jesús Chávez que a su grupo le tiene sin cuidado que no le toquen sus corridos en la radio, pues no depende de eso para tener éxito.

Los Originales surgieron en 1987, aunque su historia se remonta algunas décadas atrás, cuando Jesús Chuy Chávez, a los nueve años, en Arandas, Jalisco, empezaba a cantar.

La transición del sueño a la realidad no fue fácil ni breve. Chuy trabajó en una fábrica de dulces y productos lácteos; más tarde emigró a California, donde desarrolló diversas actividades agrícolas. Periodo duro de 10 años. Cada fin de semana se iba a los clubes nocturnos de Fresno y pagaba para que lo dejaran cantar; formó entonces el Dueto San Juan, que luego sería el Grupo San Juan y ahora el de Los Originales de San Juan.

Su primer salario fue de 160 dólares la noche (35 para cada integrante). El éxito llegó en 1997, con el disco Cantina de mi barrio (canciones). En 1998 lanzó Estos sí sin corridazos... La peda (corridos), en el que también destacarían El rey de cristal y Preso sin culpa, y a finales de ese año Quiero quemarme la boca (canciones), que los hizo famosos en el norte del país, pero a nivel subterráneo. Les llaman intérpretes de la La ley del corrido. originales-san-juan-1-jpg

En 1999, surgió Nací con suerte de rey y el grupo se consolidó con el tema El encabronado y otras rolas de no menor fuerza, como El crudo (especie de noche de verano narca, pues habla de un traficante que sueña que se muere y se lleva al cielo coca y otras pastas, con las que soborna hasta a San Pedro) y la homónima del disco.

La racha siguió en octubre de 1999, con šMexicano hasta la madre! (corridos). En el 2000 lanzó El original (canciones), del que sonó fuerte Tus caderas te traicionan. Ahora dan a conocer La caspa del diablo-corridos a toda ley, que incluye un dueto con El Chapo de Sinaloa, con quien Chuy interpreta el corrido que da título al cidí.

En entrevista en La Rancherita, de Neza, Chuy habla franco, duro y directo: "Y que se tapen las orejotas a quienes no les gusten (los corridos de Los Originales)", expresó mientras lo esperaba ansioso un público de sombrerudos y damas hermosas.

Los Originales llegaron para crispar pelos y dejar estupefactos a los de oídos castos. Desde el principio los fans pedían a todo pulmón El encabronado, pero fue la cuarta, pues antes el respetable tuvo que refinarse El crudo, Nací con suerte de rey y El güero. Eran más o menos las 12 de la noche y ya las bebidas burbujeantes habían hecho estragos. Y es que la música de este grupo despierta una sed de náufrago. Noche de miradas retadoras y peleas esporádicas hacían un ambiente tenso.

Afilando el bigote, Chuy añadió que en el 2000 el grupo se afianzó en varios puntos del país. Han padecido la falta de difusión en la radio, pues usan un léxico para muchos altisonante: "Eso sí lo hemos sufrido. Nos tienen un poquito vetados por esa onda de los corridos. Incluso hemos grabado algunos muy bonitos, pero ya los locutores nos tienen en la mira. Nomás llega alguno (un disco) de Los Originales y se asustan; no se dignan a escucharlo para saber que también tocamos temas románticos y norteños". Critica la preferencia a artistas extranjeros: "Eso siempre ha existido, desde aquel programa de Raúl Velasco, quien siempre tenía favoritismo por los cantantes extranjeros; menospreciaba el talento de México; tenían que ser personas muy importantes como Vicente Fernández para que tuvieran cabida en su programa".

Sobre su caso, agregó: "A nosotros siempre nos ven como el patito feo, en todas partes, por la onda de los corridos, pero, gracias a Dios, el que manda es el pueblo.

"Así hemos ido navegando. No tenemos el apoyo de la radio, pero sí el de la gente. Mientras seamos uno de los grupos más vendedores de discos en la música norteña, no nos importa. Nuestro estilo, creo, ya viene de arriba (levanta la mirada); soy creyente ciento por ciento, igual que los demás Originales. Claro que no cumplimos los 10 mandamientos al ciento por ciento, pero estamos seguros que nadie los cumple, en el mundo".

Apenas están haciendo el esfuerzo para entrar en el gusto del público del DF y sus alrededores (venimos porque hay gente que nos quiere ver, y estar aquí implica, una pérdida de entre 50 mil y 60 mil dólares semanales), pero lo que es en Michoacán, Jalisco, Oaxaca y Guerrero, "ahí sí que jalamos". Han influido en varias agrupaciones, como La Raza Obrera, que radica en Los Angeles.

-ƑQué son para usted las groserías?

-Depende cómo las tomes. A la raza, a la gente, al pueblo, le gusta ese tipo de lenguaje. Depende de quién y cómo vienen. Lo de nosotros no es para ofender, sino para mostrar cómo vivimos la vida los mexicanos.

-ƑLe gusta encabronarse?

-Yo creo que a ti también. Todos nos encabronamos, en cierto momento. No puede haber un ser humano sin sangre en las venas. No hay un trabajo perfecto y tiene que haber un momento en que te cargue la chingada porque algo valió madre.

"A veces -dice- son las únicas palabras para llamarle a las cosas por su nombre. Los mexicanos a veces expresamos lo que sentimos diciéndo: cómo eres pendejo, eres un cabrón, güey, equis".

La caspa del diablo es de Sergio Cáceres Ruiz, según Chuy el mejor compositor de la música norteña. Del disco han vendido más de 150 mil unidades.

-ƑEnriquecen al idioma?

-No, pero tampoco lo ofendemos. Yo no canto para los putos ricos, sino canto para la gente de nosotros.