DOMINGO 30 DE JULIO DE 2000
La prostitución de lujo en el DF
Todo para
"mantener
el
nivel de vida"
Carolina VELASQUEZ
En una noche, las sexoservidoras de "casas" para clientes de altos ingresos pueden ganar hasta cuatro mil pesos. Varias de ellas narran sus razones y la forma en que funcionan negocios que, para sus dueños, dejan infinitamente más ingresos. "Es un trabajo normal, como cualquier otro -dice Carlota-. ƑQue requiere de sangre fría? Sí, si quieres durar"
N o fue difícil para Karla encontrar trabajo en una "casa". Se enteró por un amigo, quien le dio un número telefónico. Llamó, hizo la cita. Bastó con una entrevista y que la vieran. No es bonita, afirma, pero su tipo les gustó.
-Antes de la entrevista, me empiné una botella de vino blanco. Me armé de valor.
Divorciada, madre de dos hijas, con estudios de licenciatura, Karla pasaba por una mala racha. No tenía quién cuidara a las niñas y no recibía pensión. Los gastos iban saliendo gracias a algunos trabajos contables que realizaba en casa. Empezó a angustiarse. Fue cuando se decidió. Han pasado dos años desde entonces.
-Mira, ya me acostumbré. Primero me sentía un poco mal. No creas que es fácil, no. Te voy a confesar, hay algo que no aguanto, las desveladas, y la mirada de los clientes cuando te van a escoger. Me siento como en el mercado de esclavos; me cuesta más trabajo eso que acostarme con un tipo.
Para Karla es importante no bajar de nivel social. Sin dejar la contabilidad, su actual empleo es un complemento fundamental para sacar los gastos: un departamento en la colonia Condesa, automóvil del año, comida y ropa de las niñas y el pago de la colegiatura.
-El trabajo es bueno, no me tratan mal. Si alguien se quiere pasar, lo reportas y, šlisto!, lo saca el mesero. La casa es segura. Me gusta vivir bien. ƑTú crees que haciendo balances contables la voy a hacer?
En una noche, Karla puede ganar entre mil quinientos y cuatro mil pesos. Los trucos ayudan, tanto con los clientes como en la familia.
-Mis hijas saben que soy edecán y por eso trabajo de noche. Una nana me las cuida. Ya que entras a la casa no puedes salir. Procuro tener el celular siempre conmigo y no salir los fines de semana. Sólo de vez en cuando con un servicio especial. Con los clientes te las ingenias para salir del paso, no siempre es posible, pero se puede. A veces prefiero trabajar con otra compañera, entre dos simulas más.
En fecha reciente, en Barcelona se realizó el Simposio Internacional sobre Prostitución y Tráfico de Mujeres para la Explotación Sexual. Especialistas en el tema manifestaron que la prostitución no es una expresión de la liberación de la mujer y no puede ser considerada una profesión porque atenta contra los derechos humanos.
Carlota opina lo contrario. "Con su cuerpo cada quien hace lo que quiere. Aquí nadie te obliga a nada. Llegas por tu propio pie. Somos prostitutas, ese es el nombre, un trabajo normal como cualquier otro. ƑQue requiere de sangre fría? Sí, si quieres durar, claro. Yo prefiero no meterme ideas en la cabeza. Hay gente que piensa que escogemos un camino fácil, quien lo vive sabe que no es así. Con todo es mejor estar aquí. La calle es muy peligrosa".
Muchas veces la gente opina por opinar, señala. "Nunca sabes qué hay detrás de cada puerta. Viven de la simulación, te ven salir de noche y ya sospechan; todavía vivimos de los prejuicios, más en lo sexual. Nadie sabe a qué me dedico, ni tiene por qué señalarme. Vivo sola, no meto hombres, ni ando borracha. Mi vida es completamente normal. Los vecinos piensan que soy modelo. Tengo mi dinero, mal ganado o bien, Ƒqué les importa?"
Cuando se trabaja en una "casa" hay reglas básicas que respetar. No deben existir arreglos personales. El servicio debe hacerse con condón, dura una hora exacta y se paga al final a quien lleva la caja. Ya adentro la decisión es de cada quien, explica Carlota.
"Tú sabes si te arriesgas. Yo no acepto ni sexo anal, ni que se vengan en la boca. Muy rara vez tengo un orgasmo. Hay clientes muy mañosos que hacen todo lo posible por alargar el encuentro, otros con el sexo oral se vienen en un momento. Trato de no involucrarme con ellos, ni recordar nada en especial. Así lo vivo yo, otras no sé".
En la "casa" donde Carlota trabaja, al igual que ella la mayoría de las chicas son menores de 25 años y del interior de la República, lo cual facilita las cosas: no tienen que darle cuentas a nadie. Varias son madres de familia, algunas tienen pareja y saben a qué se dedican. "Hasta vienen por ellas". Es el caso de Malú.
"Entré aquí por él. Tenemos una relación de varios años. El en su casa y yo en la mía. Me acompaña. Lo quiero, no estoy enamorada, pero así me siento más protegida. Ambos conocemos a nuestra familia. Lo único que me preocupa es que se enteren mis hijos".
Su ilusión es juntar dinero, volver a su tierra, Michoacán, y poner un negocio. Sabe que no le queda mucho tiempo, este año cumplirá los 34.
"Las muchachas se burlan de mí. 'Más tardas en irte que en regresar', me dicen. Afuera no está fácil, pero aquí tampoco. En cualquier momento puedes pisar la cuerda floja. No todas ahorran. Tiran el dinero en alcohol, drogas o en cirugías. Algunas dicen que sólo tomadas pueden aguantar a los clientes. Difícilmente encuentras una amiga. En la calle nos vemos y procuramos no hablarnos. La mayoría llevamos una doble vida".
*El Club Uriarte
De acuerdo con el Código Penal, en México no se castiga la prostitución, sólo el lenocinio, es decir, la explotación del comercio carnal. Un caso reciente relacionado con este delito es el de María Antonieta Espinosa, la Madame de Las Lomas, detenida en mayo de 1998 por la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, quien luego de salir bajo fianza huyó a Estados Unidos, donde fue detenida y más tarde extraditada a México.
El pasado 21 de enero el juez 24 de lo penal dictó a María Antonieta sentencia de cuatro años, cinco meses y siete días por lenocinio y cohecho, absolviéndola del delito de lenocinio agravado contra una supuesta menor de 17 años.
Ampliamente conocida en los círculos de poder -sobre todo entre funcionarios públicos, comerciantes y empresarios- de esta ciudad capital y considerada como "intocable", la Madame se distinguía de otros lenones por el tipo de clientes a los que atendía, su astucia para crear una amplia red que le permitía mantener contacto con ellos y la variedad de oferta en sus servicios.
Bajo el nombre de El Club Uriarte, el negocio operaba dedicado en apariencia a organizar fiestas y desfiles de moda, con una cartera de 5 mil nombres, construida principalmente a través de los mismos clientes con un requisito principal: tener solvencia económica.
Cada uno era investigado minuciosamente por el equipo de la Madame: nombre, edad, domicilio, trabajo, ingresos. Una vez registrado el cliente, recibía invitaciones con cortesía de una botella de bebida nacional o extranjera por llevar dos amigos a una "fiesta". Ahí recibían atención personalizada.
La señora María Antonieta trabajaba mucho con base en la confianza de la gente, expone un cliente: "Se podía pagar con cheque o tarjeta de crédito, hasta con vales si eras muy conocido. Entre la cama y la bebida, mínimo dejabas cinco, seis mil pesos, a veces más. Por una hora pagabas tres mil pesos. Las fiestas eran un convivio y, pues, un gancho, una especie de reconocimiento del terreno, nada más".
El teléfono era la otra vía. Ya sea por la llamada casual de alguna operadora ofreciendo los servicios o al marcar un teléfono que se repartía en una tarjeta de presentación en oficinas de empresas, bancos o instituciones a ejecutivos y funcionarios públicos. Para comunicarse simplemente había que preguntar por el ingeniero Uriarte. Funcionaba en las despedidas de soltero.
"En los bancos es común que los amigos organicemos una fiesta sorpresa de despedida a los amigos antes de casarse. Pides por teléfono un número de chicas. Nada del otro mundo. Llegas a un departamento, ahí están las muchachas, un mesero, un guarura que cuida la puerta. Bailas, juegas a veces a la botella o cuentas chistes, como en una reunión. Luego cada quien se va con su cada cual a lo que tenga que hacer", comenta otro cliente.
ƑEl resultado? Ganancias cuantiosas para la Madame: cuatro millones de pesos mensuales, un manejo diario de 50 a 200 sexoservidoras, autos del año, propiedades inmobiliarias y muchas inversiones más.
Parece que no era suficiente.
Hace un par de semanas, Víctor Ojeda Espinosa, hijo de la Madame, salió de prisión luego de que le fuera reducida la condena. Originalmente aprehendido por robo de autos, Ojeda Espinosa -al frente del negocio de su madre tras la aprehensión de ésta- fue procesado por posesión de un vehículo BMW, según su abogado, Alberto Muñoz, quien fue el segundo defensor de la Madame.
María Antonieta aún se encuentra detenida en el Reclusorio Preventivo Femenil Oriente, y su caso está en la Suprema Corte de Justicia. El Ministerio Público apeló la sentencia de enero pasado, por considerarla benévola, el expediente se remitió a la décima sala del Tribunal Superior de Justicia y en mayo los magistrados dictaron una nueva pena: ocho años, nueve meses y 22 días. La acusada interpuso un amparo para que los tribunales colegiados de circuito determinen si revocan la sentencia dictada por la décima sala, le aplican la primera pena o la disminuyen.
Este año la PGJDF detuvo a otras mujeres por lenocinio: María Nava González, La Maru, por habilitar un departamento como casa de citas en la colonia San Miguel Chapultepec; Yolanda Alcaraz, La Martell, acusada de explotar a un grupo de sexoservidoras, detenida en la colonia Doctores; así como Maritza Jiménez y María de Jesús Contreras, quienes administraban una casa de citas en la colonia Roma.
Estos datos indican que tras la detención de la Madame, la principal operadora de casas de citas con altos precios en la capital del país, el negocio sólo se diversificó.*
MINA
Todo por amor, telenovela que bajo el sello de Argos transmite el Canal 13, presenta un caso controvertido. Una joven, Mina, hija de una familia de clase media venida a menos, se dedica a la prostitución de catálogo, o más conocida como de "alto nivel". Inconforme por la precaria situación económica que vive, sin cuestionamientos aparentes, un buen día decide ganar dinero por esta vía.
Aun cuando el tema no es nuevo, llama la atención la forma como se presenta. Tratamiento poco común que busca anular prejuicios y mostrar la historia como parte de la vida real.
ƑPor qué se prostituye Mina?, se pregunta Ricardo García, autor de la adaptación de esta telenovela de origen colombiano, La madre, de Mónica Agudela. "Por gusto, simplemente, algo denso de entender sobre todo para Carmen, su madre. Hay una estructura mental indescifrable para ella contra la que siempre va a chocar y nunca va a comprender, nunca".
Al saberlo, la familia se consterna; sin embargo "los problemas son internos, de cada personaje, nunca les preocupa el 'qué dirán', sino qué hago yo con esto, cómo lo resuelvo. O la tratan de entender, o la condenan. Un conflicto sumamente difícil que cada uno procesa a su manera", expone.
A través del caso de Mina, lo importante para García fue plantear preguntas, no dar respuestas, en una versión más libre y menos superficial que la original.
"Quisimos enfrentar a la gente con la situación y ponerla a pensar sobre ella, con toda la extensión de la complejidad que está ahí. Sin moralismos. Antes de escribir el guión conocí algunas chicas que se prostituyen de esta manera. Algunas son de familia con dinero. No se cuestionan si está bien o mal. Viven en buenos departamentos, tienen carro del año, algunas estudian. Lo hacen porque les da la gana. Una situación más densa de entender, más profunda, que hacerlo sólo porque no tienen dinero".