LUNES 15 DE MAYO DE 2000

 


* Alejandro Nadal *

Montes Azules: puntos de calor

En desplegado de plana entera, científicos y ambientalistas alarmados piden salvar la selva Lacandona. Solicitan la intervención de las autoridades para reubicar al ''grupo de invasores'' instalado en la reserva de la biosfera de Montes Azules (La Jornada 12-V). Acusan a este ''grupo invasor'' de provocar incendios, deforestar, cometer el delito de despojo de tierras de la comunidad lacandona y violar la ley al invadir la reserva.

En el contexto actual, con un fuerte operativo del Ejército y de la Policía Federal Preventiva (PFP) en Los Altos, y otros llamados para que la PFP intervenga en Montes Azules, en un tenso clima político electoral en Chiapas, el llamado de estos científicos merece un análisis cuidadoso.

En primer lugar, el texto identifica incorrectamente la noción de ''grupo invasor'' con la de ''asentamientos irregulares''. El texto también es impreciso en la descripción geográfica al pasar en un mismo párrafo de las lagunas de Ocotal y Suspiro, en el noroeste de la reserva de Montes Azules (en donde afirma que los ''invasores'' están deforestando e incendiando) a una referencia vaga de que los fuegos ''afectan una gran extensión de la Lacandona''. Este último dato es apoyado con una referencia a información sobre puntos de calor de la página de Conabio en Internet.

ƑQué son los puntos de calor? Un punto de calor es un elemento espacial mínimo de una imagen geo-referenciada al interior del cual los sensores de radiación infrarroja de un satélite han detectado una temperatura elevada. En los mapas de puntos de calor de Conabio esa temperatura mínima diurna es de 42 grados centígrados y nocturna de 25 grados centígrados. La superficie incluida en esa unidad de medida depende del grado de resolución del mapa.

Pero hay dos precisiones importantes sobre los puntos de calor. La primera es que no todos los puntos de calor son incendios. El desplegado no aclara este tema. Las fuentes de calor son múltiples. Los satélites pueden detectar, además de incendios, otras fuentes de calor. Un caserío de techos de lámina, con fogatas y salidas de humo puede ser una fuente de calor. El calentamiento de motores de camiones militares y Hummers puede ser otra fuente de calor.

En la fase actual del ciclo agrícola es probable que la mayor parte de los puntos de calor sean incendios, pero no se puede descartar la presencia de otras fuentes de radiación infrarroja. Sólo la verificación in situ permite establecer el tipo preciso de fuente de calor.

La segunda precisión es que muchos de los incendios identificados como puntos de calor son incendios sobre tierras ya sujetas a cultivo y acahuales, y no de nuevos desmontes. Esta actividad es típica en esta fase del ciclo agrícola y está por concluir con la llegada de las lluvias. No se trata de minimizar el problema de los incendios, pero es sorprendente que esta importante aclaración haya sido omitida en el desplegado.

ƑDónde se ubican los puntos de calor?

Los mapas de Conabio revelan que la mayoría de los puntos de calor en el perímetro de la reserva están cerca de asentamientos viejos. En la vecindad de estos asentamientos hay importantes emplazamientos militares. Es el caso de la zona que va de Taniperla al Zapotal en el perímetro noroeste de la reserva, en San Quintín en el perímetro occidental, y el de Pico de Oro en el perímetro este-sureste de la reserva.

Ni una palabra en el desplegado sobre esta fuerte presencia militar y su capacidad de generar incendios y deforestar con pistas, helipuertos, caminos, campamentos y parques de estacionamiento de sus vehículos.

La mayor densidad de puntos de calor está en la zona Marqués de Comillas (la zona entre el río Lacantún, el Usumacinta y la frontera con Guatemala al sur) que está fuera del perímetro de la reserva de Montes Azules. Aquí está la mayor parte de los 112 puntos de calor identificados entre el 2 de marzo y el 25 de abril de este año. En esa zona se ubica una gran cantidad de asentamientos regulares e irregulares. La carretera fronteriza constituye un polo de atracción a nuevos flujos migratorios.

En la reserva de Montes Azules y sus zonas de amortiguamiento existen alrededor de 68 comunidades con un total de 27 mil habitantes. En la reserva propiamente dicha hay 9 mil 822 habitantes según el Censo de Población de 1990. En esta zona hay una constante migración bien documentada desde hace cuatro décadas, y el propio INE reconoce desde hace años la presencia de 200 asentamientos irregulares.

Según el INE, una importante amenaza para Montes Azules es la falta de un plan de uso de recursos conocido y aceptado por todos en la zona de la reserva. Esa confesión del INE es la mejor prueba del descuido de las autoridades para administrar la reserva. Los llamados de los científicos debieran más bien dirigirse a estas autoridades.

Este desplegado se publica precisamente cuando recrudece la represión en Chiapas. Parece aprovechar los últimos días de incendios ligados al ciclo agrícola para pedir la intervención de la fuerza pública. Por su imprecisión y falta de rigor, su llamado es más bien un intento por legitimar la presencia de la PFP en Montes Azules, que un esfuerzo para salvar la selva Lacandona.