PARABOLA Ť Emilio Lomas M.
Otra vez Laguna Verde
La discusión sobre las condiciones en las que actualmente opera la central nucleoeléctrica de Laguna Verde no deben limitarse a la simple condena de proselitismo, pues si bien es cierto que hoy ningún tema queda al margen del proceso electoral, también es un hecho que desde que la planta veracruzana comenzó a funcionar se ha presentado una serie de incidentes que han llevado, incluso, a suspender las operaciones en ésta, evidenciando serios riesgos de contaminación radiactiva.
La posibilidad de un accidente en Laguna Verde amenaza a una población importante, por ello la discusión sobre las medidas de seguridad bajo las que opera y los riesgos que representan, no sólo debe estar en los espacios de las campañas electorales. Este tema debe extenderse a los terrenos de expertos nucleares y, aún más, hacia la sociedad civil, confirmando la existencia de un país plural y democrático capaz de decidir la forma de conseguir autosuficiencia en el terreno energético.
En la central nuclear de Laguna Verde los márgenes de seguridad se han comprimido peligrosamente. El ingeniero nuclear David Lochbaum, responsable de seguridad nuclear de la Union of Concerned Scientists, la organización independiente más importante de Estados Unidos en esta área, confirma ese juicio sobre la nucleoeléctrica. Su opinión se basa en el análisis del informe de la Asociación Mundial de Operadores de Plantas Nucleares (WANO, por sus siglas en inglés) sobre el desempeño de la planta de Laguna Verde.
WANO llevó a cabo una evaluación de la planta nuclear entre octubre y noviembre de 1999 y pronto se filtró la mala noticia: la central recibió una mala calificación en materia de seguridad. Los miembros de la Comisión de Ecología y Medio Ambiente (CEMA) de la Cámara de Diputados y los senadores de la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales solicitaron al director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Alfredo Elías Ayub, una copia del documento. Pero la CFE rechazó la petición alegando que se trataba de un informe confidencial protegido por la legislación en materia de derechos de autor. Esa fue la respuesta textual.
A pesar de que la legislación sobre derechos de autor claramente consagra el principio según el cual el interés público predomina sobre el privado, la CEMA no volvió a insistir en su demanda, como si hubiera aceptado la explicación del director de CFE. La organización ecologista Greenpeace-México obtuvo el documento y lo entregó a expertos como Lochbaum para su evaluación, la cual confirma que la sociedad mexicana corre un riesgo inaceptable al mantenerse en operación una planta nuclear en la que se presentan fallas importantes en los sistemas de seguridad.
Ahora procede que el Congreso convoque al titular de la Secretaría de Energía, al director de la CFE y al responsable de la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardas (CNSNS) para que rindan cuentas sobre el peligroso estado que impera en Laguna Verde y expliquen cómo pretenden resolver los problemas.
Melée
Por el lado del Poder Ejecutivo no parece haber interés en resolver los problemas que afectan a la central nuclear. Si el Congreso no interviene, aumentará el escepticismo de la sociedad mexicana en las instituciones públicas... La cultura de inseguridad en Laguna Verde es un ejemplo del abandono en que la política económica de la actual administración ha sumergido al sector eléctrico. Pero la diferencia es que un accidente nuclear tendría consecuencias gravísimas para los habitantes de este país.. La ley reglamentaria del artículo 27 constitucional en materia nuclear establece que la seguridad es primordial en la operación de toda instalación nuclear. Los responsables del sector eléctrico deben cumplir esta ley y el Congreso es la única entidad capaz de poner algo de orden en este caos. Si los diputados y senadores de las comisiones de medio ambiente y recursos naturales no toman cartas en este asunto, estarán demostrando que la transición democrática está, como siempre, en entredicho.