LUNES 1o. DE MAYO DE 2000

* Los bomberos arrancaron el aplauso de los asistentes


Según Televisa, 4 millones de personas acudieron a su desfile

Jaime Whaley * Los organizadores del desfile con motivo del Día del Niño, que recorrió un buen tramo de Paseo de la Reforma, dijeron que šcuatro millones de personas! se congregaron a lo largo del trayecto. La capacidad de convocatoria de Televisa ųel quinto poder, como alguien ya dijoų quedó una vez más incólume.

Al cabo de casi dos horas de un continuo desfilar de fugaces figuras de la empresa y sus patrocinadores, las cuadrillas de barrenderos del Gobierno capitalino se dieron a la tarea de recoger los miles de kilos de desechos que dejaron los asistentes a la celebración dedicada a la ecología.

Detrás de la acostumbrada descubierta de motociclistas, la cantante Tatiana encabezó la caravana con tonaditas de Cri Cri ante el sufrimiento del personal de la seguridad privada, los arrogantes Lobos, los policías auxiliares y los propios organizadores, que nada más no podían ante el empuje de la turba que anhelaba estar lo más cerca posible de las pasajeras estrellas que fabrica el Canal de las ídem. ƑO acaso la muchedumbre estaría en estado de fuga por el nauseabundo hedor que emanaba de los sani-port, esas casetitas azules frente al Museo de Arte Moderno, sumamente utilizadas por la concurrencia desde hora temprana?

La plataforma de la madre Tierra no aguantó, y a la altura de Niza, en plena Zona Rosa, debió ser sacada del desfile, a causa de una ponchadura. Apenas fue uno de los incidentes ųno mayores afortunadamenteų que se registrarían en la parada.

Ya al final, por los guoki tokis de la logística se informaba que al remolque de Graciela Mauri ųque cerró el desfileų se le había roto el brazo, por lo que debió ser retirado frente a la estatua Colón, dos cuadras antes de llegar al punto final.

El reconocimiento del público se volcó al paso de una escala de los heróicos bomberos, al igual que con las arriesgadas maniobras-pirámides de las juveniles porristas de Mary Jo Márquez, que ya van siendo contingente infaltable en desfiles capitalinos o de provincia.

Eucario, un tamalero, hace saber que su masudo cargamento se le acabó pronto. Para las siete y media de la mañana, 150 minutos antes de comenzar la festividad, no quedaban más que los tres botes vacíos.

El hoy internético Chabelo podría decirse que fue el gran ausente, si acaso se valiera el adjetivo, en esta pasarela de los personajes de la cretinización infantil.

Al final sólo quedaron los reclamos de los ávidos de cultura que deseaban ingresar al Museo de Arte Moderno, pero que se encontraban con que las puertas se abrirían hasta las dos de la tarde, luego de que se desmontara el centro operativo que ahí fue instalado.