Lunes en la Ciencia, 1 de mayo del 2000
La gran conjunción planetaria
Antonio Sánchez Ibarra
Entre el 3 y el 5 de mayo próximos ocurrirá en el cielo una conjunción planetaria en la cual participarán los planetas Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno, además del Sol y la Luna. Tal acontecimiento, por ocurrir junto con el Sol, no será perceptible al perderse la visibilidad de tales cuerpos por el resplandor del día.
Las conjunciones son aproximaciones aparentes en el cielo
de dos o más cuerpos celestes. Son efectos porque esto es
visible sólo desde nuestra referencia, la Tierra, y en realidad
los cuerpos participantes distan entre sí grandes
distancias. Es común observar en el transcurso del mes, por
ejemplo, conjunciones de la Luna con planetas y estrellas conforme
efectúa su recorrido en torno a nuestro planeta.
Las conjunciones múltiples en las que participan varios cuerpos son raras. Entre las más notables en las que han participado los planetas antes indicados junto con el Sol, se cuentan las de los años 1953, 1576 y 1059 antes de la Era Cristiana. Posteriormente se han dado en 1186, 1226, 1385, 1524 y 1941. Le sigue la de mayo del 2000 y otra más ocurrirá el 8 de septiembre del 2040. En 1982 se dio una gran conjunción en la que participaron los nueve planetas, el Sol y la Luna en una ángulo de cielo de 98 grados. Esta conjunción habría de ser aprovechada por las misiones Pionner y Voyager para visitar cuatro de los planetas externos del Sistema Solar.
En cada una de las fechas mencionadas y en la conjunción de 1982 se divulgaron, como ya comienzan a hacerlo, múltiples versiones respecto a los efectos en la Tierra de estos fenómenos. El argumento principal que se maneja es que la atracción gravitacional acumulada de todos los cuerpos puede ocasionar terremotos, maremotos y otros efectos en nuestro planeta. En la ocasión presente y desde hace varios meses, los catastrofistas han retomado la situación con la próxima conjunción.
Recientemente, el astrónomo belga Jean Meeus efectuó cálculos para determinar la influencia gravitacional de la conjunción a ocurrir, y descubrió que esta no es ni siquiera mayor al "jalón" gravitatorio que recibió la Tierra cuando la Luna se encontró en fase llena y en el perigeo o mínima distancia a la Tierra, el pasado 22 de diciembre de 1999. Conclusión con elementos de cálculo sumados a la experiencia de pasadas conjunciones: no ocurrirá absolutamente nada en nuestro planeta.
Otro cálculo fue realizado por Donald W. Olson y Thomas E. Lytle sobre la atracción gravitacional de los planetas durante la conjunción. La perturbación es visible en el estudio, pero de igual forma no es mayor a otras ocurridas, por ejemplo, en los años 1632, 1703, 1775, 1846, 1941 y 1990. Así, tampoco hay prospectivas de que el Sol tenga un incremento en su actividad por este fenómeno.
En conclusión, la conjunción planetaria del año 2000 será un acontecimiento que no tendrá efecto alguno sobre nuestro planeta, ni siquiera será posible contemplarla.