La educación pública es hoy uno de
los espacios donde se lucha por definir quién decide el futuro del
país. Las políticas neoli-berales de los últimos veinte
años han buscado poner a la educación, y a la nación
entera, al servicio de los intereses del mercado. Como en la UNAM, en el
último año ha surgido un movimiento de resistencia en las
normales rurales en contra de estas políticas.
La protesta de la normal de El Mexe es la punta del iceberg
de un conflicto nacional en ciernes. Desde Campeche a Zacatecas, de Oaxaca
a Morelos, los normalistas reclaman: "Nosotros defendemos la Normal Rural
porque es la única escuela para los pobres". En el último
año, los estudiantes de 11 normales rurales dispersas en todo el
país se han movilizado para defender su derecho a la educación.
La mayoría de ellos son jóvenes pobres del campo cuya única
oportunidad es ingresar a la educación normalista.
En 1999 las autoridades educativas amenazaron con cerrar
las normales rurales de El Mexe, Hidalgo; Amilcingo, Morelos; Ayotzinapa,
Guerrero; Hecelchakán, Campeche, y la normal de maestros de San
Marcos, Zacatecas. En todas ellas hubo protestas estudiantiles. En otros
planteles, los alumnos se oponen a la reducción de la matrícula,
al cierre de los internados, a los recortes presupuestales o a los cambios
en planes de estudios dispuestos por los directivos, como sucedió
en los planteles de Teteles en Puebla, Acaponeta en Nayarit, Atequiza en
Jalisco, y en Tiripetío y Cherán en Michoacán.
La Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas
de México ha anunciado movilizaciones para detener el cierre de
las normales rurales que todavía existen en el país, que
en 10 años han pasado de 27 a 16. El gobierno planea desaparecerlas
"por el alto grado de politización que adquieren los estudiantes".
En el último año los normalistas han recurrido
a la toma de instalaciones, al paro de labores, a marchas, mítines,
bloqueos de carreteras y movilizaciones para buscar una respuesta satisfactoria
de las autoridades. En la mayoría de los casos la respuesta ha sido
la represión o el incumplimiento de acuerdos.
Hijas de campesinos de Morelos, las 90 alumnas de la
Normal Rural Emiliano Zapata, en Amilcingo, llevan más de veinte
días en paro por la reducción de la matrícula. El
secretario de Educación del estado, Oscar Puig Hernández,
señaló que "se habrá de restringir su matrícula,
ya que sólo de esa manera podremos formar docentes con una gran
calidad en la educación". Las normalistas y los maestros del plantel
se han negado a reanudar labores porque el gobierno estatal no cumplió
los acuerdos firmados desde finales de febrero y no reintegró ni
alimentación ni becas a las alumnas. La escuela permanece vigilada
por la policía estatal. El conflicto comenzó en mayo del
año pasado cuando las estudian-tes protestaron ante la baja de la
matrícula que contempla 60 lugares para 500 aspirantes. Solicitan
también la contratación de personal académico con
el perfil adecuado, suministro de agua potable, alimentos suficientes y
la contratación de sus egresadas. "No es que queramos exigir o pedir
todo a las autoridades del gobierno, sólo demandamos que administren
bien los recursos que reciben a través del pago de impuestos" declararon
las paristas.
A principios de febrero un grupo de estudiantes de Amilcingo,
junto con integrantes de otras cinco normales del país, se dirigieron
a El Mexe, Hidalgo, para solidarizarse con la lucha de la Normal Luis Villarreal,
pero fueron interceptadas a la entrada de Pachuca impidiéndoles
reunirse con sus compañeros hidalguenses. Las 24 prisioneras permanecieron
8 horas incomunicadas en los separos de la Policía Judicial del
estado, las trasladaron a Cuernavaca y las presentaron ante la procuraduría
morelense. Su libertad se condicionó a no regresar a Hidalgo, bajo
la amenaza de ser encarceladas. Durante su detención, las normalistas
fueron fichadas, sometidas a interrogatorios y vejadas; se les obligó
a permanecer hincadas y con las manos en la nuca mientras los policías
les preguntaban sobre los dirigentes del movimiento, su lugar de origen,
el nombre de sus padres y sus direcciones.
En la Mixteca poblana, estudiantes de la Normal Rural
Carmen Serdán, de Teteles, enfrentaron al gobierno local en junio
de 1999 por exigir el aumento de la matrícula, mejores condiciones
en el internado y el otorgamiento de plazas en primarias a quienes egresan
de la institución. El secretario de Educación Pública
rechazó la petición argumentando que no hay vacantes en la
entidad en ese nivel y que, para obtener trabajo, las normalistas deben
presentar un examen de oposición. Las alumnas de la Carmen Serdán
provienen de familias de escasos recursos económicos, la mayoría
de ellas sólo viaja a sus casas una vez al año. El gobernador
poblano, Melquiades Morales acusó a las alumnas de ser "subversivas,
comunistas y zapatistas" y de "estar infiltradas por agitadores profesionales"
por movilizarse a la capital del estado para exigir la solución
a su pliego petitorio. El 26 de junio del 1999 las normalistas tomaron
las oficinas de la SEP en Puebla pero fueron desalojadas con violencia
por la policía antimotines. Las estudiantes fueron introducidas
por la fuerza a varios camiones y regresadas a Teteles, escoltadas por
patrullas policiales. Tras la ocupación de las instalaciones, las
estudiantes fueron denunciadas penalmente ante la Procuraduría General
de Justicia del estado (PGJ) por el delito de despojo y privación
de la libertad.
En julio del año pasado estudiantes de la Escuela
Normal Rural Justo Sierra Méndez, ubicada en Hecelchakán,
al norte de Campeche, se movilizaron para protestar ante la Secretaría
de Educación, Cultura y Deportes (Secud) por la implantación
de calificaciones mínimas a estudiantes de nuevo ingreso, para exigir
mejores equipos de laboratorio, rechazar las evaluaciones externas y solicitar
la instalación de un internado para mujeres. El 25 de julio, los
normalistas marcharon por las principales calles de la capital del estado
y se instalaron en plantón permanente en los bajos de palacio de
gobierno en espera de dialogar con las autoridades. Los estudiantes afirman:
"Somos hijos de campesinos en extrema pobreza y lo único que exigimos
es consideración por parte del gobierno hacia nosotros". Expusieron
que con tal medida el gobierno estatal y la Secud acabarán con las
aspiraciones de decenas de hijos de campesinos que ven en la Normal Rural
una alternativa. La Secud afirmó que no dará marcha atrás
a la medida. A principios de diciembre unos 400 estudiantes se declararon
en huelga, secuestraron 15 vehículos y bloquearon la carretera Campeche-Mérida
al radicalizar sus protestas por la negativa de las autoridades. En estas
acciones fueron apoyados por padres de familia.
En Acaponeta, Nayarit, estalló en octubre una
huelga en la Escuela Normal Experimental porque la comunidad exigió
la destitución del director Daniel Jiménez, quien busca reelegirse
en el cargo.
El 9 de noviembre en Michoacán, alumnos de Tiripetío,
Cherán y Morelia, intenta-ron incendiar la puerta principal del
palacio de gobierno en Morelia. Su demanda era que algún funcionario
los recibiera para plantearle la posibilidad de ampliar la matrícula
estudiantil. De acuerdo con los voceros de los normalistas, les "molestó"
que a su arribo les fuera cerrada la puerta y se estableciera un cordón
policiaco para resguardar el acceso, lo que motivó un forcejeo con
los elementos antimotines.
El mismo mes en Jalisco, 300 estudiantes de la Escuela
Normal Rural de Atequiza se declararon en huelga y el 12 de noviembre ocuparon
durante cuatro horas el Congreso del estado. Los alumnos exigieron que
el gobierno de Alberto Cárdenas Jiménez establezca una partida
presupuestal extraordinaria para garantizar empleo a los egresados de las
dos escuelas normales de la entidad. En los últimos dos años
sólo fue contratado 60 y 15 por ciento de los alumnos egresados
de las dos normales que hay en el estado.
El pasado enero, al tiempo que ocurría la lucha
de El Mexe, 400 estudiantes ocuparon la Normal Rural de Loreto en Zacatecas,
apoyados por los padres de familia y grupos de normalistas de Michoacán,
Tlaxcala, Puebla, Chihuahua, Durango, Guerrero, Yucatán y Oaxaca.
El 20 de enero tomaron el palacio de gobierno del estado para demandar
un diálogo con el gobernador Ricardo Monreal ya que no se han cumplido
los acuerdos firmados con anterioridad.
Aunque estos movimientos estudiantiles han pasado desapercibidos
para la sociedad, expresan una crisis del sistema educativo y son consecuencia
de las políticas impuestas por el gobierno federal subordinadas
a los dictados del mercado.
El rezago educativo se incrementa gradualmente. Si bien
ha aumentado el presupuesto público dedicado a la educación
en relación con el gasto total del gobierno, la inversión
per cápita ha venido disminuyendo desde hace varios años.
La reducción de la planta magisterial afecta directamente a los
niños en edad de estudiar y a los jóvenes formados como maestros,
hoy condenados al desempleo pese a que en el país hay más
de 10 millones de analfabetas. La ofensiva neoliberal contra la educación
pública se aplica con particular virulencia contra las normales
rurales. Surgidas de la tradición liberal que vislumbró la
educación pública como un elemento emancipador y modernizador
del pueblo mexicano, en particular de las zonas más marginadas,
las normales rurales y las normales de maestros constituyeron uno de los
ejes de la educación popular desde los años veinte y treinta.
La educación en las zonas rurales fue una de las principales conquistas
de la revolución mexicana y hoy la defienden los normalistas en
lucha.
La disputa por la educación es estratégica
para el futuro del país. Un pueblo educado puede defender mejor
sus derechos y puede mejorar sus condiciones de vida.