DOMINGO 5 DE MARZO DE 2000
Una frontera irreconocible
La
tecnología
de la muerte
Naomi ADELSON
Más de mil 800 vehículos, 12 helicópteros, bardas cada día más tecnificadas para que sean imposibles de trepar, miras infrarrojas, luces de estadio y mil sensores magnéticos y sísmicos han obligado a los mexicanos que quieren cruzar ilegalmente la frontera con Estados Unidos, en la porción del estado de California, a desplazarse a rutas más peligrosas
Un migrante familiarizado con el cruce de la frontera México-Estados Unidos hacia California hace 10 años no la reconocería actualmente.
Tras cinco años de que entró en vigor la Operación Guardián, la frontera se ha transformado en un laberinto de cercas altas, luces y tecnología de punta, elementos introducidos para impedir que los migrantes entren a Estados Unidos.
En los años ochenta, alguien que viajaba a la frontera encontraba un lugar donde se juntaban migrantes durante el día, esperando la noche para ir al norte. Sólo unos postes, clavados en la playa, separados por un metro de distancia, marcaban el límite entre las dos naciones.
"Antes había de 100 a 500 personas en el lado de Estados Unidos esperando la noche. Había hasta fogatas y comerciantes ambulantes", dice Mario Villarreal, agente de comunicación social para el sector de San Diego de la Patrulla Fronteriza estadunidense.
Pero aquellos días, cuando los migrantes se sentaban justo adentro del territorio estadunidense esperando el cobijo de la noche y una oportunidad para entrar en las ciudades sin ser detectados, ya terminaron.
A finales de los ochenta, la Guardia Nacional ųuna dependencia del ejército estadunidense responsable de asuntos internosų empezó a cambiar la cara benévola de la frontera. Instaló cercas de placas de metal ųdesechos del ejército, originalmente utilizadas en pistas de aterrizajeų en el sector de San Diego. Las cercas estaban diseñadas "para detener el cruce de vehículos", según Villarreal, y en aquel entonces no consideraban contener el tráfico humano.
Pero "lo que realmente cambió nuestra postura de vigilancia" ųseñala Villarrealų fue la Operación Guardián, que comenzó en octubre de 1994, cuando el mundo festejaba la apertura de las fronteras con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
Antes del inicio de la Operación Guardián, una cuarta parte de las entradas ilegales ocurría en la playa entre las ciudades de San Diego y Tijuana conocida como Imperial Beach. En una franja de 23 kilómetros, que incluye a Imperial Beach, se registraban 40% de todos los arrestos de la frontera del suroeste. "Antes de Guardián, sólo reaccionábamos. Estábamos escondidos lejos de la frontera", afirma Mario Villarreal.
La hora de la Patrulla Fronteriza
A partir de la Operación Guardián se asignaron recursos y tecnología sin precedente a la Patrulla Fronteriza con el objetivo específico de detener los cruces ilegales en el sector de San Diego. El sector abarca los primeros 106 kilómetros de la frontera entre California y México, incluyendo las ciudades de Chula Vista e Imperial Beach, "los lugares más frecuentemente violados del país", dice Villarreal. El programa Operación Guardián se inició en la playa, en "la esquina inferior izquierda" de Estados Unidos. Después de levantar 73 kilómetros de cercas de placas de metal, se instalaron luces de estadio a lo largo de unos siete kilómetros en Imperial Beach y Chula Vista. Estas luces alumbran grandes secciones de la barda ahora, haciendo que se parezca al Muro de Berlín. Nada más faltan las torres de seguridad con los francotiradores.
La patrulla tiene actualmente más de mil 800 vehículos: Bronco, Expedition, vans, sedanes, motocicletas "toro", bicicletas, y también caballos. Además, 12 helicópteros apoyan a los agentes en tierra, alumbrando a los migrantes y facilitando su captura.
ƑAlgo más? Se enterraron más de mil sensores magnéticos, infrarrojos y sísmicos en el sector de San Diego para detectar a los migrantes que persiguen el sueño americano sin saber de la guerra tecnológica lanzada en su contra. Los sensores perciben los movimientos de las personas y mandan señales al centro de comunicaciones de la Patrulla Fronteriza, el cual avisa a los agentes en el campo.
Los agentes también cuentan con el apoyo de miras infrarrojas en su labor de detener el tráfico de migrantes. Con las miras, la Patrulla Fronteriza puede ver a los migrantes en la obscuridad. Así, migrantes que llevan horas caminando piensan que no han sido detectados, pero la Patrulla Fronteriza los espera pacientemente para capturarlos luego en zonas de mas fácil acceso. En el sector de San Diego se utilizan actualmente 40 de estas miras.
Con la Operación Guardián, también se duplicó la cantidad de agentes asignados a la zona. Ahora hay unos 2 mil 200 agentes en el sector de San Diego.
Dado que las cercas de placas de metal instaladas en un principio son fáciles de trepar, la Patrulla Fronteriza empezó a construir otros tipos de cercas. Se instalaron cercas tipo "bollard" en unos tres kilómetros de frontera, justo al este de la puerta de entrada de San Ysidro. Hechas de columnas de concreto reforzado de cuatro metros de altura, separadas por 15 centímetros, con una extensión de malla de casi un metro, inclinada hacia el lado mexicano, estas cercas son muy difíciles de cruzar. Sin embargo, "sólo fue un prototipo", que resultó "muy caro", así que ya no se van a instalar más, dice Mario Villarreal.
La Patrulla Fronteriza sigue buscando opciones menos caras. El sector de San Diego cuenta ahora con 16 kilómetros de cercas de "malla segura", de cuatro metros de altura con una extensión de malla de poco menos de un metro. Según Villarreal, no tienen "dónde meter los pies y no hay manera de subirlas a menos que tengas un garfio".
La gente sigue llegando
Con la aplicación de la nueva tecnología y la derrama de recursos por la Operación Guardián mejoraron las estadísticas de la Patrulla Fronteriza, lo que da la apariencia de que California está logrando disminuir la cantidad de entradas ilegales. En el año fiscal de 1995 (de octubre a septiembre) se hicieron 524 mil 231 arrestos en el sector de San Diego. Ya en 1996, la cifra disminuyó a 483 mil 815. En 1997 hubo una disminución mayor, con 283 mil 889 arrestos. En 1998 se arrestó a 248 mil 92 personas que intentaban entrar a Estados Unidos sin documentos, y en 1999 se arrestó a menos de 200 mil, "la cifra más baja en el sector de San Diego en los últimos 23 años", dice Villarreal.
Entonces, Ƒha cumplido la Operación Guardián con sus objetivos de bloquear los ingresos ilegales al estado de California? No exactamente. Hoy en día quedan 32 kilóme tros de frontera en el sector de San Diego que están totalmente abiertos. "No hay cercas allí porque no podemos subir la maquinaria por la montaña de Otay", señala Mario Villarreal.
A partir de la playa la topografía de la frontera es plana a lo largo de 23 kilómetros yendo hacia el este, hasta que de repente la tierra se eleva abruptamente, y se forma una franja de cerros que alcanzan hasta mil 700 metros de altura. Allí, el ambiente cambia dramáticamente de chaparral a montañas desérticas y barrancas profundas. Muchos migrantes, al ver las luces, cercas, vehículos y agentes en el sector de San Diego, han optado por intentar las rutas desérticas para entrar a California, lo que ha aumentado el peligro para ellos.
Y la Patrulla Fronteriza admite que ha jugado un papel en el cambio de las rutas de los migrantes.
"Una de las razones por las que se estableció la Operación Guardián fue porque el tráfico pasaba más por la zona de San Diego, donde uno podía estar en San Ysidro en sólo tres minutos. (Guardián) empujó el tráfico al este, donde tenemos más capacidad de aprehender a los migrantes. Por eso, ahora los traficantes de migrantes se fueron a Mexicali", menciona Mario Villarreal.
La cuota de la muerte
Las estadísticas de la Patrulla Fronteriza documentan la disminución en la cantidad de muertos en el sector de San Diego para comprobar el éxito de la Operación Guardián. Tras su puesta en marcha murieron 82 personas en el sector. En 1996 disminuyó a 52 esta cifra, 42 en 1997 y 41 en 1998, según la Oficina del Médico Forense del condado de San Diego. Pero la estrategia de empujar a los migrantes a cruzar en las zonas más peligrosas en el desierto, donde no está concentrada la alta tecnología de la Operación Guardián, ha sido mortal.
Desde que empezó la Operación Guardián, 395 migrantes han fallecido en toda la frontera de California. En 1999, 41 migrantes murieron en esta área, 16 en San Diego y 25 en el condado Imperial, ubicado precisamente en el desierto. De los 41, 19 fallecieron debido a insolación e hipotermia. Los migrantes, la mayoría de los cuales jamás han conocido un desierto, sencillamente no se preparan ni para las temperaturas extremas ni pueden cargar suficiente agua para sobrevivir.
En un momento en que el estado de California y su gobernador Grey Davis buscan mejorar sus relaciones con México, no se puede hacer caso omiso de las muertes de los migrantes en la frontera. "Ya no se puede decir que (la frontera) es de competencia federal con la finalidad de no hacer nada ųafirma Claudia Smith, de la California Rural Assistance League (Liga de Asistencia Rural de California, organización que busca ayudar a los migrantes)ų. Esta estrategia mortal también es responsabilidad del gobernador Grey Davis. El estado de California apoya la Operación Guardián con personal de la Guardia Nacional y le proporciona mucho equipo".*