La reserva de la Biosfera Sierra Gorda
Qué es una reserva de la biosfera
Las reservas de la biosfera son áreas con ecosistemas no alterados significativamente por el hombre que contienen al menos una zona bien conservada, donde se encuentran especies de flora y fauna consideradas endémicas y en peligro de extinción. En ellas está prohibido el establecimiento de nuevos centros de población. Una reserva de la biosfera cuenta con una superficie mínima de 10 mil hectáreas. Dichas reservas ocupan la categoría más alta dentro de la jerarquía del Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas.
Hasta este año, son 117 las áreas decretadas que cubren poco más del seis por ciento del territorio nacional (trece millones de hectáreas). El objetivo central es proteger su excepcional riqueza de especies y ecosistemas. La administración de estas áreas es competencia del Instituto Nacional de Ecología y de la Secretaría del Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca. El 19 de mayo de 1997 se estableció la de Sierra Gorda, en Querétaro, con carácter de Reserva de la Biosfera y una superficie de casi 400 mil hectáreas.
El manejo de un área natural protegida puede definirse como el conjunto de acciones y estrategias tendientes a combinar las funciones de conservación, desarrollo económico, investigación y recreación, o entenderlo como la conciliación entre el aprovechamiento y la conservación. En todo ello es esencial la participación de los habitantes locales mediante la apropiación de su reserva y en proyectos de desarrollo sustentable que les sirvan como alternativas productivas.
La creación de la Reserva de la Biosfera Sierra Gorda así como su Programa de Manejo, recientemente aprobado, son elementos adicionales a los esfuerzos del gobierno mexicano para cumplir los compromisos incluidos en el Convenio de Diversidad Biológica firmado por numerosos países en la Cumbre de Río, en junio de 1992. En dicho convenio se enfatiza que la exigencia fundamental para conservar la biodiversidad es la conservación in situ de los ecosistemas y hábitats, así como el mantenimiento y recuperación de poblaciones viables de especies en su entorno natural. Igualmente, promueve la utilización sostenible de los componentes naturales por parte de las comunidades locales.
ƑDónde se ubica Sierra Gorda?
Esta reserva es una extensión de la Sierra Madre Oriental, y se encuentra en la confluencia de tres grandes biorregiones: Neártica, Neotropical, y Mesoamericana.
La reserva se localiza en el centro oriente de México, en el norte del estado de Querétaro.
Abarca en su totalidad los municipios de Arroyo Seco, Landa de Matamoros, y Jalpan de Serra, y gran parte de Pinal de Amoles y Peñamiller.
Limita al norte con el río Santa María, al noreste con la Sierra de Xilitla, al sur con el río Extoraz, al sureste con el río Moctezuma, al oeste con la Sierra Gorda de Guanajuato.
Se localiza entre los paralelos 20o 50ƀ y 21o 45ƀ de latitud norte y los meridianos 98o 50ƀ y 100o 10ƀ de longitud oeste. Su extensión representa el 32 por ciento del territorio del estado de Querétaro. Cuenta con 11 zonas núcleo que abarcan una superficie de 25 mil hectáreas, mientras su zona de amortiguamiento es de casi 359 mil.
Características
El área fue declarada como punto clave por ser representativa de la biodiversidad mexicana. Igualmente, región prioritaria para la conservación en el taller multidisciplinario nacional realizado por la Comisión Nacional de Biodiversidad en marzo de 1996. Fue enumerada con el polígono 103 y denominada Cañones y afluentes del Pánuco. La reserva figura como una de las 24 áreas naturales protegidas prioritarias de México.
La principal característica biológica que hace relevante a la Sierra Gorda es la ecodiversidad. Ésta indica que en una superficie relativamente pequeña se localiza un elevado numero de ecosistemas distintos con una alta diversidad de formas de vida.
De todas las áreas naturales protegidas en México, la de Sierra Gorda ocupa precisamente el primer lugar en cuanto a ecodiversidad, lo que se debe a su posición geográfica y al hecho de que presenta una gran complejidad fisiográfica, con una diversidad de alturas que van desde los 300 hasta los tres mil 100 metros sobre el nivel del mar. Esto, aunado a una heterogénea precipitación pluvial, propicia numerosas variaciones climáticas que han favorecido el establecimiento de una notable diversidad de tipos de vegetación, asociados a algunas poblaciones frágiles de vida silvestre.
Su flora y vegetación
Durante la última glaciación del Pleistoceno (glaciación Wisconsin), la región fue refugio para la flora del desierto chihuahuense, cuando la mayor parte de la misma se vio severamente afectada por el descenso de las temperaturas. Por su antigüedad, Sierra Gorda ha servido como centro de especiación y de endemismo de cactáceas, especialmente en los cañones xéricos de los ríos Extoraz y Moctezuma, que junto con los desiertos de San Felipe, en Baja California Sur, y la zona de Tehuacán-Cuicatlán, entre los estados de Puebla y Oaxaca, es una de las áreas desérticas más antiguas y estables del país, con cerca de 50 millones de años. Asimismo, cabe destacar que el matorral micrófilo tiene en esta área su distribución más sureña a nivel continental. Es, además, un gran reservorio de germoplasma para las cactáceas con superficies relativamente grandes en buen estado que pueden y deben ser conservadas.
En 1970, el listado de especies vegetales de la región ascendía a mil. Hoy son ya mil 724 especies de plantas vasculares y 124 de hongos macromicetos (Pedraza et al.). En estudios recientes se encontraron especies nuevas, como una aún no descrita del género Magnolia (comunicación personl del biólogo Sergio Zamudio, del Instituto de Ecología) y Velascoa recondita (Crossosomataceae) que pertenece a un género monotípico endémico localizado exclusivamente en la zona núcleo llamada Cañada de las Avispas y descrito en 1997. Es importante hacer notar que existen grandes porciones de la reserva todavía no estudiadas, por lo que el número de especies seguramente es mayor.
De las mil 724 especies de plantas vasculares reportadas, 25 se encuentran bajo alguna de las categorías de protección: 11 amenazadas, cinco en peligro, cuatro sujetas a protección especial, y seis raras. De los 124 macromicetos reconocidos en la zona, cinco se encuentran en la categoría de protección.
Dinerstein et al. (1995) consideran a los bosques de encinos, de coníferas y mesófilos de montaña de la Sierra Madre Oriental, como de máxima prioridad de conservación por su endemismo, la carencia de estudios adecuados y su elevada tasa de destrucción. Dentro de Sierra Gorda aún existen grandes porciones de estos bosques en buen estado de conservación que pueden y deben ser cuidados con esmero.
La reserva dispone, además, del remanente más norteño de selva siempre verde (la llamada alta perennifolia) que, si bien cuenta con apenas 500 hectáreas, es la porción mejor conservada entre los estados vecinos, dadas las altas tasas de deforestación en Hidalgo y San Luis Potosí. Por ello, su valor como refugio de germoplasma no debe ser despreciado.
Dentro de las especies vegetales en peligro de extinción se encuentran la biznaga gigante (Echinocactus grandis: Cactaceae), el chapote (Diospyros riojae, Ebenaceae), el aguacatillo (Litsea glaucescens, Lauracea), la magnolia (Magnolia dealbata, Magnoliaceae) y el guayamé (Abies guatemalensis, Pinaeceae).
Entre las especies amenazadas figuran la magnolia (Magnolia schiedeana, Magnoliaceae), la espada (Dioon edule, Cycadaceae), el granadillo (Taxus globosa, Taxacea), el cedro blanco (Cupressus lusitanica, Cupressaceae), el cedro rojo (Cedrela dugesii, Meliaceae), y el palo escrito (Dalbergia paloescrito, Fabaceae) y el copalillo (Psedotsuga menziesii, Pinacea).
Entre las especies endémicas principales están: B. zimapana, Fouquieira asciculata
(Fouquieiracea), Lophophora diffusa (Cactaceae), Neobauxbamia polylopha, Mamillaria bucareliensis, Coryphanta jalpanensis, (Cactaceae), Yucca queretaroensis (Agavaceae), Pinguicola acnata (Lentiburialaceae), Pinguicola montezumae (Lentiburialaceae) y Velascoa recondita (Crossosomataceae).
La fauna
A la enorme diversidad en la vegetación de la reserva se agrega una igualmente notable diversidad faunística. Se tienen 588 especies de vertebrados reportados en la región. De este número, 363 son aves, el único grupo bien estudiado.
Los mamíferos, con 131 especies; los reptiles, con 71, y los anfibios, con 23, han sido poco estudiados, por lo que su número probablemente es mayor. Caso especial son los peces de los cuerpos de agua dulce, sobre los que no hay estudios, a pesar de que la pesca ha sido una actividad practicada por ciertas comunidades.
La riqueza faunística del área queda de manifiesto por los reportes sobre el oso negro (Ursus americanus), el mono araña (Ateles geoffroyi), la cojolita (Penelope purpurascens, Cracidae: Galliformes), y la guacamaya verde (Ara militaris, Psittacedae: Psittaciformes). Estas especies son representativas de faunas neárticas y neotropicales, lo que sugiere que Sierra Gorda puede considerarse una de las zonas de transición entre regiones biogeográficas más importantes y mejor conservadas en el país.
En la reserva existen poblaciones de las seis especies de felinos que habitan el territorio nacional: jaguar (Panthera onca), puma (Puma concolor), lince (Linx rufus), tigrillo (Leopardus wiedii), ocelote (Leopardus pardalis) y jaguarundi (Herpailurus yagouaroundi).
Asimismo, Sierra Gorda es sitio de paso y descanso de la mariposa monarca (Danaus plexippus) en su ruta migratoria hacia sus refugios invernales en los estados de México y Michoacán.
Dentro de las especies endémicas encontramos a la tuza (Pappogeomys neglectus, Gepmyidae: Rodentia) con una distribución restringida y en una zona cada vez más deteriorada, y la mariposa (Autochton siermadrior), así como una serie de artrópodos y peces cavernícolas en proceso de descripción.
Dentro de las especies en peligro de extinción que habitan en la reserva se encuentran el jaguar (Panthera onca), la mariposa de Humboldt (Eucheira socialis), el oso negro (Ursus americanus), la guacamaya verde (Ara militaris, Psittacidae: Psittaciformes) y la perdiz veracruzana o chivizcoyo (Dendrortyx barbatus, Phasianidae: Galliformes). Un estudio reciente iniciado por el Center for the Study of Tropical Birds, señala a Sierra Gorda como área clave para la conservación del chivizcoyo, ave endémica de nuestro país y en serio peligro de extinción dada la generalizada destrucción de los bosques mesófilos, su hábitat, en los estados vecinos de Hidalgo, Veracruz y San Luis Potosí (Eitniear et al., por publicarse).
Entre las especies amenazadas encontramos a la nutria (Lontra longicaudis: Mustelidae: Carnivora), el mono araña (Ateles geoffroy, Cebidae: Primates), el puerco espín (Coendu mexicanus, Erethizontidae: Rodentia), y el tucán verde (Aulacorynchus prasinus, Ramphastidae: Piciformes).
Situación socioeconómica
Aunque esta región alberga una incalculable riqueza natural, también se distingue por la extrema pobreza de sus pobladores, los cuales ejercen fuerte presión sobre los recursos naturales, en la mayoría de los casos ineficiente e inapropiada. Por ello, la Sierra Gorda está considerada como zona de atención prioritaria. Hay muchos problemas que deben resolverse, todos ellos relacionados entre sí.
La deforestación excesiva ha ocasionado erosión, pérdida de especies de flora y fauna, así como una considerable pérdida de humedad. La producción de basura y la contaminación de las aguas también se ha convertido en un gran problema. La falta de servicios sanitarios apropiados es común en las poblaciones. El crecimiento desordenado y geométrico de las comunidades, y el empobrecimiento de las fuentes de agua mantienen a la región severamente presionada.
Otro factor importante en la Sierra Gorda es la migración de 35 mil serranos cada año a Estados Unidos. Se van en busca de trabajo, dejando familias abandonadas y, en la mayoría de los casos, madres solas sin entrenamiento productivo ni educación.
Por si fuera poco lo anterior, la población que permanece en la región vive inmersa y regida por una ignorancia tremenda que provoca que los usos tradicionales de la tierra, el crecimiento demográfico y la falta de destrezas productivas presionen cada vez más los recursos.
Todos estos problemas deben manejarse regional e integralmente con acciones de corto, mediano y largo plazo. Ante todo, consiguiendo involucrar a la sociedad en actividades de regeneración, vigilancia y saneamiento. Sólo así, el impacto de las acciones que se realicen por parte del sector gubernamental, la iniciativa privada y los grupos sociales organizados será significativo para la reserva.
La problemática
Tan apreciable riqueza natural y cultural enfrenta serias dificultades para su conservación y manejo. Entre los aspectos más sobresalientes que necesitan solucionarse figuran los siguientes:
* La deforestación. Sin duda ha sido el factor que más ha contribuido a la degradación del medio de la región y del resto del país. Aunque en su mayor parte se realizó en el pasado por las necesidades alimentarias de la población y por la incomunicación que la Sierra Gorda tuvo hasta la década de los años sesenta, la deforestación no ha desaparecido, sobre todo en los lugares más apartados.
* La erosión. Al dejar sin vegetación grandes áreas de vocación forestal para dedicarlas a la agricultura y la ganadería, se han perdido miles de toneladas de suelo.
* Pérdida de hábitat. Al mismo tiempo, desaparecieron las condiciones naturales de numerosos sitios donde vivían incontables especies, muchas de ellas tal vez no conocidas.
* Disminución de manantiales. Al deforestar importantes áreas de recarga hidrológica, los manantiales (únicas fuentes de agua de la región) se han visto disminuidos y, en muchos casos, agotados.
* Los incendios forestales. Casi en su totalidad son provocados por quemas con fines agrícolas. Falta presencia de la autoridad, aplicación estricta de la ley para evitar esta práctica nociva. Pero, sobre todo, programas de capacitación entre los campesinos para que utilicen técnicas no depredadoras.
* Contaminación del agua. A pesar de contar sólo con pequeñas corrientes superficiales de agua, éstas han sido contaminadas con basura y drenajes. Éstos también van a parar a sótanos y contaminan corrientes subterráneas. Actualmente, ningún poblado ubicado en la reserva y sus áreas cercanas cuenta con sistemas tratamiento de aguas residuales.
* El mal manejo de los residuos sólidos.
* Falta de políticas forestales. No existe una política forestal que permita el uso racional de nuestros bosques. En cambio, hay tala clandestina, no hay saneamiento de áreas plagadas y lo común es el aprovechamiento del recurso en forma desordenada y sin técnica con el consiguiente daño del bosque. Hacen falta programas y vigilancia que eviten los daños.
* Cacería. Aunque en menor grado, se sigue practicando la cacería furtiva que afecta diversas especies, algunas en peligro de extinción.
* Obra pública irresponsable. Sobre todo en la apertura de caminos vecinales y de brechas para la introducción de energía eléctrica.
* Carencia de opciones productivas que diversifiquen las actuales actividades de la población y generen empleo.
* El crecimiento demográfico. Es un factor que presiona sobre los recursos locales.
Flora y Vegetación
En la Reserva de Sierra Gorda existen 15 tipos de vegetación:
Selva alta perennifolia
Selva media subcaducifolia
Selva baja caducifolia
Matorral xerófilo
matorral submontano
matorral crasicaule
matorral micrófilo
matorral rosetófilo
encinar arbustivo
Pastizal ų vegetación relictual y de ubicación restringida
Bosque de encinos
Bosques de coníferas
Bosque mixto de pino-encino
Bosque mesófilo de montaña
Vegetación acuática y subacuática
Especies por grupo de fauna silvestre
Grupo Sierra Gorda Total nacional %
Aves 363 1 050 34.0
Reptiles 71 750 9.5
Mamíferos 131 452 29.0
Anfibios 23 290 8.0
Lepidópteros 700 2 000 35.0
Trabajando para hoy y mañana
La grave crisis que enfrenta nuestra sociedad en todos sus aspectos ųsocial, económico, ambientalų es un llamado a la reflexión. El presente nos exige respuestas que verdaderamente abran opciones que le den al futuro alternativas con esperanza; modelos de desarrollo social y económico regidos por una nueva relación con la naturaleza; hábitos, prácticas y actividades que permitan recuperar, sanear y conservar la casa que nos cobija y que es realmente la única verdadera herencia para los que estamos y los que están por llegar a ella.
La experiencia de Sierra Gorda ha sido un trabajo fraguado desde la base, con el desenvolvimiento de una cultura sustentable como el eje del rescate integral de la región para la concientización y organización de las comunidades a través de pequeñas acciones de conservación donde participan, desde hace varios años, todos los actores del escenario serrano: niños, padres de familia, maestros, autoridades locales. Creemos que ésa es la sinergia local de la que salió el impulso para lograr el decreto del Ejecutivo federal por el cual se estableció la región como Reserva de la Biosfera.
Hoy, a dos años y medio del decreto, hemos avanzado en muchos aspectos. Contamos con un Programa de Manejo ųdocumento diseñado después de muchas reuniones de consulta, consenso y aceptación a todos los nivelesų que es ahora el eje rector del desarrollo regional. Estamos en un proceso de regulación y ordenamiento de las actividades públicas y privadas, y también efectuando trabajos de saneamiento y restauración. Sabemos que el éxito de las acciones contenidas en el Programa de Manejo será el fruto de una intensa negociación. A esas acciones debemos darles un puntual seguimiento todas las instituciones involucradas, a fin de conseguir la coordinación que permita orientar hacia la sustentabilidad la obra pública, renglón que ya está rindiendo sus frutos en la reserva.
La Reserva de la Biosfera Sierra Gorda, con sus 600 comunidades y sus cien mil habitantes, constituye un inmenso reto: conciliar la conservación con el desarrollo social y económico, elemento básico para que los objetivos de la reserva se consigan. Esto incluye el desarrollo de habilidades y procesos productivos que diversifiquen las oportunidades económicas, asunto fundamental para aliviar la presión de una población que crece y demanda satisfactores y que generará nuevas cargas al ambiente.
Todos estos elementos se conjugan en nuestra reserva: una participación social entusiasta, una estructura jurídica que nos da el marco legal a través del Programa de Manejo; la coordinación institucional a través de un Consejo Técnico Asesor, muy atento en conseguirla; una experiencia que sabe que sólo atacando los problemas desde diferentes facetas y regionalmente conseguiremos el tránsito a un futuro con oportunidades para los habitantes y la biodiversidad. En esa tarea estamos empeñados los queretanos con el apoyo del gobierno estatal. Todos decididos a conseguir el rescate integral de esta hermosa joya verde, último santuario vivo en el centro del país.
Martha Isabel Ruiz Corzo
Directora de la Reserva
Quienes deseen tener más información sobre el
tema que nos ocupa pueden comunicarse a :
Juárez 9, Jalpan de Serra, Qro.
Polar 122-3,
C.P. 76340
Tel. 01 (429) 60
229
Fax: 01 (429) 60 242
Correo electrónico: [email protected]
Col. Observatorio
Querétaro, Qro.
Tel. 01
(42) 223 6211
Fax: 01 (42) 213 8428