Ojarasca, número 33, enero de 2000
La modernidad
anquilosada
Guillermo Delgado
El
término quechua Pachakuti sugiere una transformación o re-vuelco
de largo alcance tanto espacial como temporal. Alude al cambio ejecutado
por obra de un líder del mismo nombre cuyo plan fue constituir un
Estado inca concebido en la aglutinación de cuatro suyus
con sus respectivas extensiones (también aglutinadas a la manera
de la lengua). Naturalmente, la aglutinación se refleja en el modo
operativo de la lingüística quechua. El término se conservó
en la diaria enunciación de la lengua humana (runasimi) para
traducir la transformación incoada por la presencia, primero española,
y europea después que, en efecto, produjeron una irreversible entropía.
Un
uso más distanciado de este fonema se desea implicar en la noción
del paso de un milenio a otro. Empero, esta acepción más
limitada mal podría traducirse en el término Pachakuti que
pertenece a un modo de pensar no occidental, o post occidental ahora. La
noción de milenio es expresivo del pensamiento occidental y cristiano.
Por ejemplo, este cambio, paso, o transformación, entre los más
supersticiosos se ha visto muy asociado al apocalipsis juánico que
también deslumbró a aterrados neófitos, convencidos
militantes de los llamados movimientos milenaristas. El paso ilustra un
momento preciso desde el instante que empezamos a escribir "año
dos mil". Echémosle la culpa a Dionisio Exiguus que en el siglo
vi le hizo
caso a un teólogo que, para
contar, adoptó la noción del mil. Hablando de precisión,
los últimos rayos del milenio murieron en el Glaciar Dibble de la
Antártica, cuando la Ciudad de Gisborne (Nueva Zelandia) se deslumbraba
con los primeros rayos del año dos mil. Bolivia lo experimentó
veintiún horas después.
Pachakuti,
como concepto, sin embargo, posee un elemento de prolongación tiempo-
espacial. No es un lapso específico que ocurre al final de 365 días
sino una especie de onda o periodo que, en el pensamiento occidental, podría
ilustrarse en la ruptura de los conceptos de modernidad y postmodernidad.
Uno podría preguntar: ¿cómo se comenzó a dar
esa ruptura? No es que los tiempos sean postmodernos, sino que existen
complementarias y alternas formas del decir, el estar, el ver y el ser
que problematizan a aquellas anquilosadamente modernas. Pachakuti es una
manera de estar y ver, de decir y de ser, anuncia periodos de transformaciones
radicales. El término quechua dice sin peligro de anacronía
alguna, pues ya nadie puede negar la indetenible transformación.
Otra cosa es predecir si el nuevo milenio será tan patético
como el último siglo del segundo milenio.
Guillermo Delgado, originario
de Bolivia, es uno de los intelectuales indígenas más importantes
del continente americano. Actualmente es investigador en la Universidad
de California, en Santa Cruz. Colabora frecuentemente en Ojarasca.
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