Acusada de "terrorismo" y "conspiración para cometer actos hostiles
contra Serbia", la médica albanesa Flora Brovina, fundadora de la Liga
de Mujeres Albanesas y ampliamente conocida por sus actitudes humanitarias
dirigidas primordialmente a las mujeres, fue sentenciada a 12 años de
prisión por parte de un tribunal Serbio en la ciudad de Nis.
La pediatra, fue arrestada el pasado 20 de abril a las puertas de su
casa -ubicada en Pristina- por ocho policías serbios para luego ser
trasladada a prisiones serbias de Lipjan, Pozarevac.
La doctora Brovina ha estado gravemente enferma en este tiempo y nunca
se le ha permitido ser atendida. No obstante que la única prueba ofrecida
por el fiscal fueron los interrogatorios policiales, y que la acusada
dijo que se trataban de respuestas tras 18 interrogatorios de al menos
8 horas cada uno donde "se podía aceptar cualquier cosa con tal de que
me dejaran descansar", y que la defensa presentó todo tipo de pruebas
que la ligaban únicamente con organizaciones humanitarias, el tribunal
determinó "a última hora" que la médica coadyuvó al establecimiento
de "hospitales militares del ELK (Ejército de Liberación de Kosovo)
cuando Yugoslavia permaneció en "estado de guerra" y presentó una fotografía
donde Brovina se encuentra con un supuesto integrante del ELK.
Flora rechazó todos los cargos que se le imputaron y argumentó que su
único objetivo ha sido siempre "ayudar a la gente" médicamente, "no
importando cuál fuera la nación o la región a la que pertenecieran".
Y lamentó el no haber estado con los "miles de servios que fueron expulsados
de sus casas en venganza por las atrocidades cometidas contra los albaneses
durante los ataques de la OTAN".
"Flora no fue juzgada, sino la profesión médica y toda la gente valiente
y humanista que se cruzó por el camino del régimen", dijo el esposo
de la acusada, Ajri Begu.
Ante las formas y procedimientos del juicio, el consejero del Alto Comisionado
de las Naciones Unidas para los refugiados, aseguró que "no se presentó
ninguna prueba válida" en su contra. Por su parte, la organización de
Defensa de los Derechos Humanos con sede en Nueva York, Human Rights
Watch, y hasta el Departamento de estado Norteamericano retomaron el
caso. Flora Brovina pidió a los intelectuales albaneses que "hagan oír
su voz y hablen contra la violencia a favor de la reconciliación". Y
agregó que como mujer "ofrecería su mano a las mujeres serbias pues
esto es lo que las mujeres deben hacer para construir puentes, ayudar".
Cuando fue sacada del tribunal, luego de la condena, Mujeres de Negro
pusieron sus manos en las ventanas del auto que se la llevaba. Ante
el hecho, la policía serbia gritó: ¿para qué hacen eso? ¡ella está en
buenas manos!
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