Ť Ofreció un recital en el contexto de la Feria Internacional del Libro


Rojas: todo lo mío es como vaivén pendular entre lo claro y lo oscuro

Ť ''Formación rigurosa sí la tuve, pero mantengo un diálogo profundo entre vida y poesía''

Ť Soy un animal de rescate y descreo de la invención por la invención, señala

César Güemes, enviado, Guadalajara, Jal., 3 de diciembre Ť Dice de sí Gonzalo Rojas que es un animal lentígrado, que se demora, que para él la vida avanza a ritmo de cámara lenta. No es verdad, don Gonzalo, poeta mayor de Chile, no se detiene nunca más que para leer en voz alta, para privilegio y solaz de quienes están cerca de él. No se detiene, escribe, camina, participa en tantos actos públicos como se lo requiere la FIL y ofrece recitales como el de la tarde del pasado jueves. Una conversación con él, pues, no ha de ser breve, al contrario.

ųƑCómo vive un poeta el día a día?

ųMe levanto temprano, no por viejo, sino porque siempre lo hice. A las 6 de la mañana tomo una ducha fría, como corresponde, y hago unos ejercicios desde muchacho que consisten simplemente en ir a unas barras que tengo en casa. En ellas me levanto hasta la barbilla, hasta el pescuezo, 10 o 12 veces. Es muy sano porque te permite airear los pulmones y jugar rítmicamente con la cosa, es un respiro que coincide con mi respiro poético.

Atreverse con la sintaxis

ųƑTiene relación esta vida cotidiana con su poesía?

ųNo, más bien la poesía se refleja en ella. En el caso mío se imbrica la cotidianidad, lo que no es una excepción. Los alemanes lo llaman vida y poesía. Yo en realidad nunca hice una distancia mayor entre ambas y asumí la poesía como una conducta desde pequeño, desde joven. No me gustaba el poeta que tuviera exclusivamente una visión que se fundara en lo bello o en lo estetizante.

''No es ese mi juego. Formación rigurosa sí la tuve, pero te digo que anduve en ese diálogo profundo entre vida y poesía y eso lo mantengo. Y aunque mi poesía aparece a veces como hermética o crítica, la verdad es que todo lo mío es como un vaivén pendular entre lo claro y lo oscuro. Todo es conjetura.''

ųƑCuál es su ritmo de escritura?, Ƒcambió con el paso del tiempo?

ųClaro, son circunstancias diversas. En los días que vivía mi segunda mujer, que fue la que más me acompañó a lo largo de 30 años, yo era a la par profesor de teoría literaria y esas cosas. En ese caso no podía escribir tan temprano debido a las faenas docentes o de investigación. Pero ahora trabajo en la mañana. Pertenezco a los animales poéticos cuyo crepúsculo no es el vesperal, el de la tarde, sino el crepúsculo matinal.

''A mí me gusta el sol o, diría mejor, me agrada la luz previa a la aparición del sol. Esa media hora o esa hora en que está anunciándose el sol que es una belleza y también es un crepúsculo. Yo mismo soy así. Mi ejercicio de pensar y de ser es de la mañana.''

ųAlgunas ocasiones parece que su poesía es cada vez más entrecortada, más económica.

rojas-gonzalo-6-jpg ųBueno, eso no sé si sólo responda a una dificultad respiratoria que tenía de niño, una especie de asma traducida en tartamudez. Era muy divertido. Una tartamudez que seguramente respondía a una neurosis infantil, porque los niños son tan neuróticos como la gente mayor. Creo que era una cosa de tipo neurótico, de chico hiperquinético. Entonces, esto tiene que ver un poco con eso y a la vez con una idea que tengo del ejercicio poético.

''Para mí, la poesía es un gran balbuceo. Soy un bárbaro fonético, un aprendiz de la vibración sónica. ƑQuién no sabe que la poesía se hace con visiones y al mismo tiempo con palabras, sobre todo con palabras? Por eso hay que ganar un lenguaje.

''Un lenguaje que uno aprende, porque nadie es original. Eso es una tontería. Todo es un gran contagio hermoso. Entonces uno lee y elige. Leer ya tiene que ver con la palabra. La palabra leer, en latín, se enlaza con la palabra elegir. Uno lee a los clásicos y a sus contemporáneos.

''Yo me acuerdo que de niño por una oreja recibía la plasticidad áurea de los autores del XVII: españoles o franceses y también a los clásicos greco-romanos, que en mi tiempo no era tan remotos. Nada es tan remoto. Nos enseñaban latín y a mí me gustaba la filología clásica; estudié griego y latín y me leí a mis grandes escritores. No a todos, por supuesto, a algunos. Entonces, por un lado recibía la plasticidad y por otro la muy moderna poesía de las vanguardias, que han envejecido todas, salvo tal vez el surrealismo. El resto ya no son vanguardias, sino retaguardias.''

ųUsted, sin embargo, es heredero de las vanguardias.

ųSoy un animal del rescate. No creo en la invención por la invención, ni en la moda por la moda. Todo es legítimo y a mí no me asusta nada. Cuando Cortázar me presentó el año 66, en La Habana, dijo: ''He aquí un poeta singular, un poeta del rescate". Es decir, uno que miraba hacia atrás y hacia adelante, a la par. No era un delantero ni un invencionista.

ųEn el homenaje a Neruda hablaba de la contaminación, del contagio.

ųUno aprende casi por contagio y a la vez hay una impronta que los poetas grandes, no en edad, sino en virtud creadora, extienden o imparten sobre los poetas jóvenes. Neruda de joven tenía un carisma fenomenal, porque él era un precoz y consiguió asomarse a una construcción poética muy temprano. Influyó con su talento. Lo mismo que Vallejo, en Perú, que fue tan grande como Neruda.

''Pero es importante decir esto: no hay que nerudizar el mundo. Me aburrió muchísimo el homenaje a su figura. No es para tanto. Neruda es un buen poeta, de excelencia sin duda, pero no se puede decir todo el siglo XX sólo con Neruda. No es así. Hay mucha poesía honda en todo el orbe.

''Ahora en la América hispánica hay unos cuantos nombres de jerarquía mayor. Eso no cabe duda. Si me exiges un poco, menciono aquellos que me gustan más. Huidobro fue un poeta muy importante para mí.

''Yo tenía unos 20 años y él unos 45 cuando lo vi. Eso influyó en mi trabajo y le dio cierto desenfado. No es que haya copiado su desenfado. Yo lo traía conmigo y sintonicé con el desenfado suyo. Borges me dio, sin duda, una especie de conciencia del límite y del rigor. El obstinado rigor, como diría Leonardo da Vinci. No excederse, no andar adjetivando con derramamiento.

''Y luego César Vallejo, él me importa mucho, porque con él sintonicé a fondo. Vallejo me dio el despojo. Eso me gusta mucho, el quedarse con pocas palabras. Atreverse con la sintaxis. ƑY qué quiero decir con eso de atreverse con la sintaxis? Pues desarmarla, vivificarla y no tenerle miedo a la invención, a los neologismos. Claro, no hay que andar a cada rato haciendo neologismos. El neologismo se impone cuando de repente una palabra no está registrada en el herbario de la Academia de la Lengua."

Obsesiones que persisten

ųƑDiría usted que con los años variaron sus temas, se han enriquecido o acaso restringido?

ųBueno, sí, aunque a mí me gusta hablar más de las obsesiones que uno tiene de muchacho y persisten. Hay cuatro o cinco obsesiones que lo persiguen a uno o uno las persigue a ellas, llama los motivos, los temas. Ahora, claro, también están los grandes temas, las grandes cuerdas temáticas como el amor o la muerte. Y, claro, todo depende cómo uno asume esas claves: a mí el eros me funcionó desde temprano; las personas creen ver en las palabras mías más un ejercicio de poesía erótica que de poesía numinosa. No digo luminosa. Lo numinoso se refiere al alumbramiento.

''A propósito, hay una palabra alemana que equivale a 'lo santo sagrado', que en mí tiene mucho sentido: cambiemos los santos por la palabra enigma.

''El enigma me funciona y hablemos bien corto y bien claro. Tengo este pie dañado, así que voy a hablar del bueno. Yo puedo escribir desde el piso, desde la circunstancia inmediata; puedo escribir desde la mesa, que implicaría un grado de abstracción con respecto de la realidad; y de repente escribo desde una altura, un nivel distinto que yo no sé, ese nivel para mí es enigmático, es lo desconocido.

''Entonces, en ese sentido hablo de lo numinoso, lo que casi es sacro. Por ejemplo, hay un poema que se llama Al silencio, que nació de una circunstancia concreta muy inmediata: vino un apagón de luz; salí a una azotea y no había ni luz, ni oía nada porque se me apagó el mundo, entré en la oquedad mayor, en el hueco del mundo; y de repente, cuando ya regresó la luz, yo también regresé a la habitación y me puse a escribir ese poema. Eso es un ejemplo de poesía numinosa fundada en lo que no se sabe."

ųƑFue un descubrimiento, don Gonzalo?, Ƒuna disciplina?

ųMe gusta la idea de lo numinoso, o mejor: no es que me guste sino que se me da.