La Jornada miércoles 1 de diciembre de 1999

DINERO Ť Enrique Galván Ochoa

Ť Zedillo: las deudas
Ť ƑCómo atarle las manos? (2)
Ť Un mexicano en Bélgica

Escuela querida, mi Leona Vicario, faro que iluminas mi débil razón
Tu nombre bendito es un relicario que guardo en el fondo de mi corazón.
Himno escolar de la Leona Vicario

Alguna ocasión les comenté que, cuando niño, mis papás me inscribieron en la escuela primaria Leona Vicario y luego en la Secundaria 18, ambas de mi natal Mexicali. En ellas también estuvo el doctor Zedillo. Cuando supe que se convertiría en presidente de México no dudé que sería algo que me llenaría de orgullo. Figúrense: pocas personas tienen la suerte de haber asistido a una escuela por la que pasó un presidente; yo estuve en dos. He venido deseando de todo corazón que el doctor Zedillo, aunque no alcanzara la talla de Juárez o Cárdenas, al final de su sexenio rindiera buenas cuentas --modestas, pero buenas-- a la nación.

Hoy comienza su sexto y último año de gobierno y leo en The Wall Street Journal una información de Vicente Corta, el director del Fobapan (IPAB), en el sentido de que en el nuevo año se endeudará con 80 mil o 90 mil millones de pesos más para continuar el rescate bancario. La suma se agregaría a los 60 mil millones de pesos del presupuesto federal que se discute estos días en la Cámara de Diputados. ƑY cómo piensa don Vicente endeudarse? Es deprimente, pero está echándole ojo a los ahorros de los trabajadores, es decir, al importante capital que manejan las afores. Si su plan funciona, quedaríamos en la situación de que las pensiones de 15 millones de trabajadores irán al barril sin fondo del rescate.

Deudas, pobreza

Un balance objetivo de los cinco años de gobierno del doctor Zedillo tal vez arrojaría como resultado que ha aumentado el número de pobres y de deudas. De acuerdo con Standard & Poor's, al final del presente año éstas habrán alcanzado una cifra superior a los dos millones de millones de pesos, entre deudas viejas y nuevas. Obviamente sobrepasan la capacidad de pago de un país donde, por otro lado, la pobreza crece a diario. La cifra no es definitiva, por supuesto. Todavía le quedan 12 meses para incrementarla, excepto que se encontrara una forma jurídica, constitucional, de atarle las manos. Les decía al principio que he venido deseando que aquél niño que pasó por mis dos escuelas y llegó a la Presidencia, al final tuviera buenas cuentas que darle a los mexicanos. Lamentablemente mis esperanzas se han visto frustradas.

Tenemos un e-m@il

Después de haber estudiado en la Universidad de Amberes encontré trabajo y me quedé a vivir acá. Mi pareja con quien vivo es belga y pues mi vida ya está hecha así. El hecho de tener acceso al muy superior nivel de vida de Bélgica me despierta muchos rencores hacia los tecnócratas que han saqueado y llevado a México a la ruina. Mientras aquí, sobre todo en la parte flamenca donde vivo, el nacionalismo crece, en México el discurso nacional es inexistente. Mientras aquí los servicios y derechos sociales se fortalecen (la seguridad social, las pensiones, la educación, la cultura, la justicia) en México se desmantelan. Salvador Marroquín-García, [email protected], Amberes, Bélgica

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