Ť Rafael del Castillo, titular de la FMF en 1987, ordenó no tocar al silbante
Arturo Brizio, otro de los árbitros protegidos en el caso de soborno
Ť Gobernación mandó poner fin a la corrupción Ť Urrea, Leanza y Junco fueron despedidos
Miguel Angel Ramírez /II y última Ť Arturo Brizio, mundialista en 1994 y 98, fue el otro árbitro al que se protegió en el caso de soborno de 1987. "El doctor Rafael del Castillo dijo que Brizio era su alumno consentido y ordenó que no lo tocaran, porque (Alfonso) González Archundia sí quería correrlo", señaló Jorge Humberto Rojano.
El ex presidente de la Asociación de Arbitros aseguró que todos en la Federación Mexicana de Futbol estaban enterados de la existencia del casete del León, donde se involucraba a 10 árbitros en casos de soborno. "Se sabía que el doctor Del Castillo (titular de la institución en ese entonces) lo tenía en su poder. También, que se involucraba a (Edgardo) Codesal y a Brizio, y a otros que fueron corridos como Urrea, Leanza y Oscar Junco".
Incluso, dijo que el problema fue tan serio, que hubo intervención de la Secretaría de Gobernación. "Un coronel, que estuvo a cargo de la seguridad en el Mundial del 86 fue el encargado de realizar la investigación, y le entregaron sus conclusiones a la federación", explicó el ex silbante.
Un integrante del Consejo Nacional de ese entonces, que pidió no ser identificado, confirmó la intervención de Gobernación, que ordenó poner fin a la corrupción en el arbitraje. Los integrantes de dicho consejo eran: Rafael del Castillo, presidente; Rafael Lebrija Saavedra (padre el actual titular de la primera división), primer vicepresidente; Antonio Pérez Contreras, segundo vicepresidente; Jesús Alvarez y Guzmán, tercer vicepresidente; Manuel Aceves Montenegro, tesorero; Ramón Martínez, secretario; Gerardo Gallegos, protesorero; Rafael Castellanos, vocal, y Francisco Javier Cantú, prosecretario.
Las dos caras de González Archundia
Como presidente de la Comisión de Arbitraje, González Archundia siempre negó la existencia de la grabación que hicieron los del León y recurrió a la avanzada edad ųcomo silbantesų de Enrique Mendoza Guillén, Jorge Alberto Leanza y Joaquín Urrea, para justificar su repentina separación del arbitraje. Brizio y Codesal ya eran árbitros internacionales en 1987, pero como sólo fueron marginados de la liguilla, no se alimentaron mucho las sospechas sobre ellos.
Rojano comentó que González Archundia solamente no estuvo de acuerdo en proteger a Brizio, pero acató la decisión de Del Castillo. No sería la única ocasión en que lo hizo. Cuando Alfredo Tena agredió al árbitro Carlos Castillo en las instalaciones del América ųdespués de un partido amistosoų, el presidente de los silbantes obligó a modificar su cédula, pues de lo contrario le esperaba una suspensión de un año por lo menos al zaguero de Coapa.
En la cédula del árbitro se establecía: "En el vestidor, cuando me desabrochaba un zapato, Tena se apareció y seguía empecinado: vengo a partirte la madre" (La Jornada, 23 de septiembre de 1987). Y lo cumplió. La herida en la ceja derecha fue inocultable, por lo que el entonces dirigente del América, Francisco Hernández, ofreció disculpas "y me pidió que nos arregláramos".
El verdadero rostro de González Archundia salió a la luz pública a fines de 1987. El despechado Epifanio Baños ųlo corrieron por alterar unos viáticosų proporcionó a la entonces Imevisión, la grabación de una charla del presidente de la Comisión de Arbitraje con los silbantes. "ƑEstamos puros árbitros aquí?", se cercioró primero, y después arremetió contra medio mundo. "Convénzanse que es un infeliz, porque no es otra cosa... Acaba de salir del cascarón, tiene uno o dos años jugando al futbol y se atreve a criticar a Marcel Pérez Guevara, uno de nuestros mejores árbitros. Marcel tiene 24 años como árbitro... Ese güey qué sabe de futbol... šEs un pendejo! šCómo dice por televisión que el árbitro echó a perder el partido!"... "Ahora tengo que ver la pinche televisión a fuerza, porque me tengo que enterar de muchas cosas que los rodean a ustedes. Yo con gusto no vería la televisión, con esos méndigos que no saben ni hablar. Media hora estuvieron gritando esos estúpidos que no era penal una jugada en un partido del Guadalajara. Media hora... Viene la repetición y resulta que sí era penal... šAh! que jijos de la chingada, ya cuando pusieron al árbitro como quisieron"... "El 10 de marzo leí en un periódico que un árbitro mató en Colombia a un cabrón. Yo estoy recontento. šDeveras, hombre; dirán que estoy loco, dirán que me rebota!, pero no. Dado lo que veo šputa! apenas me están pagando. En verdad hombre... Claro que no me debo reír ni poner contento, pero de contento se me salen las lágrimas y dicen que buen actor el cabrón. Yo aquí me río y allá lloro. Aquí ustedes son unos y allá otros y son actores, señores actores; deberían estar ubicados como primeros actores..." (Unomasuno, 5 de diciembre de 1987). Después de esto, nadie preguntó a González por qué se iba del arbitraje.
Se le acabó la protección a Brizio
Marcel Pérez Guevara sustituyó a González Archundia en enero de 1988. Fue la primera vez que ostentó el cargo de presidente de la Comisión de Arbitraje. La segunda ocasión, en 1994, también fue por un escándalo en la FMF: la sanción a la institución por parte de FIFA, debido a la publicidad que portaron los árbitros en sus camisetas. Pero esta vez le pusieron una condición para ocupar el cargo del despedido Codesal: que cambiara las designaciones para los partidos finales del torneo. Nuevamente sospecharon de los árbitros. "Aunque no se lo hubieran pedido, Marcel hubiera quitado a Brizio de esa final entre Tecos y Santos. Todos los árbitros sabían de la relación que había entre Brizio y algunos directivos", señaló Rojano, quien trabajó estrechamente con Pérez Guevara en esa comisión.
Pese a que ha intervenido algún promotor, son los dirigentes quienes van de la mano con los árbitros en los casos de soborno. El comentarista José Ramón Fernández confesó (En Caliente, 6 de septiembre de 1999) que Rafael Puente le prestó el casete y sabían que "las dos voces que se escuchaban en la línea telefónica (eran) del vicepresidente del León y de un árbitro con acento sudamericano. De cuánto costaba un punto, cuánto costaban dos puntos".
El ex árbitro Fermín Ramírez Zermeño, uno de los invitados al programa, señaló que supo de la existencia del casete y que los mencionados "inmediatamente salieron" del arbitraje. Los tres coincidieron en algunos de los silbantes involucrados: Urrea, Leanza, Oscar Junco, Codesal y Brizio.
Puente dijo que había una parte complementaria en la grabación, "en la que se hacía referencia que por instrucciones del entonces regente de la ciudad (Ramón Aguirre), el Atlante no podía irse a la segunda división".