n La actriz cobró nuevos bríos con el homenaje por sus 45 años de carrera
Kitty de Hoyos, leyenda democrática a la que amamos, dijo Monsiváis
n Con sus esplendideces me ha regalado momentos de verdadera felicidad, señaló Argüelles
Angel Vargas n Con la emoción reflejada en su delgado rostro, Kitty de Hoyos dejó la butaca que ocupaba y subió al foro donde cinco de sus muchos amigos hablaron de ella durante casi 45 minutos. Luego de abrazarlos, se dirigió al público que desbordaba la sala 3, Fernando de Fuentes, de la Cineteca Nacional y manifestó su incredulidad ante lo que vivía.
''No lo puedo creer", repitió en tres ocasiones y con su ronca voz enfatizó: ''Llevo tres años que no sé si lo que vivo es una pesadilla de horror o una noche de amor, pero los últimos 10 meses han sido realmente (sólo) una pesadilla de horror".
La actriz aludía a una enfermedad que, incluso, la ha llevado a pensar en rendirse, a no continuar una lucha por la vida que comenzó desde su nacimiento, hace 58 años.
Pero desde anteanoche, la idea de sentirse derrotada quedó fuera de su pensamiento, según subrayó ella misma, pues el homenaje que se le rendía con motivo de sus 45 años de trayectoria, así como las inumerables muestras de afecto y amistad que en él se le brindaron, dieron pie a que su sentir fuese otro.
''Mi vida, no llores ųle dijo tiernamente al actor Roberto D'Amico, quien junto con Jacqueline Andere condujo la veladaų porque después de esta noche ahora sí ya tengo más ánimos de seguirle (sic) luchando".
Sin duda, ese momento disparó la gran carga de emotividad que, al igual que el húmedo y penetrante calor, se esparcía, constreñida, por cada uno de los rincones de la sala cinematográfica. La emoción se había impuesto. Y alcanzó su cenit con las palabras de agradecimiento y despedida de Kitty de Hoyos.
''Creo que con todas las vibras de esta noche, al igual que le dije el otro día a Dios que ya no, espero que me dé fuerzas, que me dé esas fuerzas y que podamos seguir adelante mucho tiempo; pero, si no, gracias a Dios que me permitió decirles a todos ustedes que están aquí esta noche que los amo. Gracias, que Dios los cuide y que nos siga dando vida.''
La irrupción de cientos de palmas batiéndose en ensordecedora ovación, acompañada con gritos de šbravo!, despidieron a la artista, quien minutos antes había dicho que hasta este homenaje sentía lo que eran 45 años de trabajo y se había manifestado feliz por haber logrado ''en mis años de vida el mejor regalo que, ya sea ahora o más tarde, me pueda llevar": el amor y la amistad de muchas personas.
Ese nudo en la garganta que mantenían algunos se deshizo en forma de lágrimas, como en el caso de las otrora divas del celuloide nacional Luz María Aguilar y Ana Luisa Peluffo, quienes se encontraban en las primeras filas al lado de otras figuras del ambiente artístico. Carmen Salinas, María Victoria, Alicia Montoya, Margarita Sanz, Silvia Pasquel, Marco Antonio Muñiz y Susana Alexander, entre ellas.
La Marilyn Monroe mexicana
Esa, la última parte del homenaje quedó como testimonio fehaciente de hasta dónde llega la calidad humana de la actriz, así como del aprecio y amor que ha logrado conformar.
Ambos rubros fueron subrayados por Carlos Monsiváis durante el desarrollo del acto, el cual contó, además, con la participación del dramaturgo Hugo Argüelles, la actriz y senadora Silvia Pinal, el periodista Joaquín López Dóriga y el actor Aarón Hernán.
El autor de Los rituales del caos dijo: ''Una reunión de amigos como ésta califica una trayectoria, una capacidad artística, una calidad humana, una incapacidad de olvidarse de los afectos. Más que cualquiera de estos discursos, es la asistencia de hoy (la noche del lunes) la que describe lo que ha sido Kitty de Hoyos: una actriz que se ha dado tiempo para hacer una atmósfera de amistad y de amor".
Desde casi una hora antes de que comenzara el homenaje, la sala Fernando de Fuentes había alcanzado su capacidad máxima. Cual si fuese alguna ceremonia de premiación, algunos hombres y mujeres vestían de gala y de sus cuerpos el aroma de finas fragancias se desprendía. Ante lo repleto del recinto, no sería posible asegurar que ellos eran los más o los menos, pero lo que sí se puede hacer es señalar que también había gente del pueblo, no con vestimentas tan ostentosas, pero ahí estaba presente, en la velada de reconocimiento de ''la Marilyn Monroe mexicana", título que le atribuyeron a Kitty de Hoyos en Canadá a principios de esta década.
Después de que en voz de Andere y D'Amico se dio la semblanza artística de la homenajeada, entre cuyos puntos se resaltaron las 70 películas y las 35 obras de teatro en las que ella ha participado, así como su incursión en todas las gamas de la actuación: radio, tv y doblaje, entre ellas, Argüelles hizo uso de la palabra, aunque aún no llegaba la actriz.
Cuando comenzaba a platicar cómo fue que la conoció ųuna noche de agosto de 1963, durante el rodaje de Los cuervos están de luto, película basada en una de sus obras de teatroų, el dramaturgo interrumpió su participación para dejar paso al tributo que de pie le brindaba el público a la artista, quien entraba a la sala. Camarógrafos y fotógrafos la rodearon hasta que ocupó su lugar.
Si alguna frase pudiera sintetizar lo que ha sido la vida y la trayectoria de De Hoyos, sería la acuñada por Argüelles, quien una vez restablecido el orden y tras referirse a la capacidad y a las cualidades histriónicas de la actriz, aseguró que ella ''aprendió a ser guerrera y triunfadora".
El dramaturgo concluyó así su recreación sobre la amistad que lo une con la artista desde hace 36 años: ''Sé qué magnífica resulta su amistad y sé qué gratificante es el verla interpretar mis textos, pero lo que sé, sobre todo, es que la amiga, la actriz, la intérprete, la siempre brillante y creativa Kitty apareció en mi vida y en mi obra para regalarme maravillosos momentos de verdadera felicidad... Por todas tus esplendideces, šmil veces mil gracias, Kitty!
El escándalo de provocar escándalos
Monsiváis puso el toque sociológico a la velada, aunque sus palabras no estuvieron desprovistas de matices afectivos.
El escritor justificó el porqué en alguna ocasión caracterizó a De Hoyos como una leyenda democrática: ''A lo largo de sus 45 años de carrera artística, de películas, obras de teatro, obras de televisión, programas de radio, presentaciones, festivales, anécdotas y murmuraciones de signo variado, es la condición de leyenda, de personalidad que incursiona en la vida real pero que jamás pertenece del todo ni siquiera esencialmente a esos dominios, lo que mejor señala o distingue a Kitty de Hoyos.
''Ella pertenece a la última etapa de la época de oro del cine mexicano o como se llame a la zona de encuentro entre una industria cinematográfica y la sociedad entera, entre las películas, convicciones, pasiones, sentimientos, fobias y filias de sus espectadores."
Mientras los asistentes combatían el calor con improvisados abanicos, hechos con los programas de mano del acto, Monsiváis se adentró en uno de los tópicos característicos de la artista, el escándalo: ''A ella la hace famoso el escándalo del desnudo, un escándalo que comparte en ese momento con Ana Luisa Peluffo (...) Y luego, también la señala el escándalo de provocar escándalos. Ella provoca escándalos sin ser escandalosa".
Tras afirmar que la actriz no se ha privado de nada, de obras de teatro buenas y malas, lo mismo que de películas espantosas y decorosas, el cronista concluyó: ''Y por todo eso, Kitty me resulta una leyenda democrática, la estrella a la que no agotan ni determinan la distancia o la continuidad. Es una actriz dueña de una gran carrera; es una actriz a la que amamos, queremos y admiramos, porque se ha dado siempre el supremo lujo de no abandonarnos".
Pinal, López Dóriga y Hernán se encargaron de la rúbrica. El último, en su carácter de secretario general de la ANDA, entregó a Kitty el reconocimiento por sus 45 años de trayectoria artística.
Para cerrar la memorable noche, se proyectó Los cuervos están de luto, cinta dirigida por Francisco del Villar y por la que De Hoyos recibió premios nacionales e internacionales, entre ellos una Diosa de Plata.