La Jornada 28 de marzo de 1998

A Paulina le dio sida porque la ``castigó'' el escritor, quien, finalmente, es un hombre: Margarita Gralia

Margarita Gralia

Columba Vértiz de la Fuente Ť ``Me da pena que una telenovela que siempre se manejó con inteligencia y que nunca pretendió ser moralista, ahora se pueda confundir como tal, por este final que le da el escritor a Paulina. Se contrapone a todo lo que veníamos haciendo. Por eso, le pido a la gente que tenga la suficiente adultez, el criterio y la fuerza para golpearle la jugada a ese mensaje extraño que nos están queriendo dar y aproveche quitarle al sida ese estigma de enfermedad de castigo, porque nadie considera castigo un infarto, un cáncer o una hepatitis'', dice la actriz argentina Margarita Gralia, quien está en boca y en la mira del público mexicano como Paulina de Mirada de mujer.

``No permitamos -comenta- que nos confunda una telenovela, finalmente escrita por un hombre. La Paulina que todos queremos no es promiscua, sólo defiende sus derechos. Lo que es válido en un hombre, lo es también en una mujer''.

-¿Qué puede dejar este final de Paulina?

-La lucha de las mujeres por la liberación, de que sus derechos sexuales sean tan válidos como los de del hombre, no debe dar marcha atrás. Creo que lo importante es no involucrarse en relaciones destructivas (lo que llevó a Paulina a este mal momento donde ve que puede morir) que empieza con humillaciones y después con golpes. Eso es lo que las mujeres deben aprender. De darse su lugar y ser respetadas.

No obstante. Margarita Gralia manifiesta que está contenta de ser parte de este éxito de Mirada de mujer. ``Siempre había pedido algo que llamaba las dos `p', de popularidad y prestigio. Y en este caso se dieron las dos cosas con el personaje que realicé''.

Para la actriz, el secreto de Argos es que es una productora que respeta a los creativos, actor, escritor y directores de arte, de fotografía, de cámaras y de escena. ``Ellos son los ejecutivos, los que hacen posible esto, pero sin imponer, manipular, censurar o poner condiciones.''

Angélica Aragón

Todos los actores de Mirada de mujer interpretaron como un castigo el que Paulina se contagiara de sida y se lo dijeron al autor. ``Nos quejamos mucho. Sentíamos que se traicionaba al personaje. Si le daba esta enfermedad debíamos suponer que había sido una mujer irresponsable a lo largo de su experiencia con varias parejas y eso la volvía una mujer tonta, mala e inconsciente. Entonces buscamos aclarar que este no había sido el caso. Que ella fue infectada y violada por el mismo amante que tenía. Un hombre violento y abusador. De esa manera le quitamos a ella la responsabilidad'', explica.

Y prosigue: ``De pronto este personaje se volvía muy confuso porque entonces de qué se trataba presentar a una mujer que aparentemente vivía feliz, satisfecha con su libertad e independencia y su excesivo celo para mantenerse joven, que la hacían encantadora y simpática. Luego entendí que es importante mostrar que es una enfermedad que ataca, no los casos mas obvios, sino que todos podemos ser víctimas del sida, que el cuidado debe ser intenso''.

-Pero la gente está muy molesta

-Si a Marcos, el amante de Paulina, lo hubieramos visto enfermo, porque nada más se menciona y se charla de todas las mujeres a las que pudo haber contagiado, la gente hubiera tomado el asunto con mucha más distancia. Concluiría que nunca se iban a encontrar con alguien como él. Que el sida no le incumbe.

-¿Qué va a pasar con Ignacio San Millán?

-Este pobre hombre se va a quedar solo y viejo. Finalmente, habría que perdonarlo.

La protagonista de la telenovela menciona que cada personaje expone una circunstancia de vida y propone un camino, una resolución. Entonces cree que aunque muchas personas estén en desacuerdo con los temas que se han tratado en este drama, como la propuesta es inteligente y seria, se puede discutir. Con esta telenovela, expresa, se terminaron los finales irreales, rebuscados e impuestos.

También, Angélica Aragón destaca la amistad entre Paulina y María Inés: ``La protagonista busca romper prejuicios teniendo muy cerca a esta otra figura femenina, con la que posiblemente no comparta todos los puntos de vista. Es su amiga de la infancia, la quiere a pesar de todo. En el bien y en el mal. La quiere feliz, deprimida, enamorada, culpable por abandonar a sus hijas, enferma de sida, guapa y exitosa en todas las fiestas''.

Angélica Aragón platica que ante el momento histórico y político que se vive en México, de esa aparente apertura hacia la democracia, hay una toma de conciencia muy particular. Por ello, cree que la popularidad de Mirada de mujer ``expresa un instinto. Y el hecho de que las mujeres se identificaron tanto con María Inés, es un indicativo de la urgencia que hay de organizar esta sociedad de manera mucho más equitativa entre hombres y mujeres''.

A partir de la discusión que ha habido entre las familias durante los comerciales y después de ver los capítulos del teledrama, la actriz señala que ``se puede ver una sociedad de mujeres mucho mása seguras de sí mismas, a raíz de que estos espacios ya existen dentro de la casa. Antes la familia no hablaba ante la televisión''.

-¿Qué se siente ser parte de todo esto?

-Para mí se siente muy justo. Así tiene que ser. Dentro de Televisa rompí, muy bajita la mano, varios estereotipos.

También hace énfasis en la calidad de la novela y el gran elenco y propone: ``Tenemos que aprovechar la existencia de nuestra industria cinematográfica para incorporar a toda la gente de cine y enriquecer la televisión. Proyectos como éste van a lograr mucho en ese sentido porque se vuelve un medio menos despreciado y meno despreciable''.


Mirada de ¿Mujer?

Patricia Berumen Ť Mirada de mujer ha sido sin lugar a dudas la telenovela que más ha tocado al público en general. Sus personajes son tan reales que todos se pueden identificar con alguno. Los diálogos son como los nuestros, como hablamos todos los días. Su temática se instala en la vida cotidiana y, aunque sabemos que sus personajes pertenecen a una clase más que acomodada donde nadie se preocupa por problemas económicos, puesto que no los tienen, las situaciones son las mismas en todas las clases sociales.

El matrimonio de 27 años, donde él se aburre y ella se consume. La amante joven. El amante joven. La amiga liberada y divertida. El cáncer de mama. La violación, el aborto. La suegra metiche y tradicionalista. La violencia intrafamiliar. El papá solo con hijo. El acoso sexual. La frustración. El engaño. El amor. La solidaridad. La amistad.

Temas algunos, nunca antes tratados en telenovelas y otros no en la forma que lo hizo Mirada de mujer. Aquí, la amante, es una brillante abogada que toma sus propias decisiones. Vive sola y se mantiene más que bien. No busca a Ignacio por su dinero ``para ver qué le saca'', diría Mamalena, sino por amor.

Paulina vive su libertad sexual a plenitud, aunque es esclava del consumismo y su belleza.

Por todo esto, aunado a sus aciertos de producción, elenco y actuación todos vimos Mirada de mujer.

Al final, la novela se traicionó a sí misma. No sólo en capítulos sosos en los que no pasaba nada, con tal de alargarla. Las mujeres acaban siendo (a exepción de la amante y Consuelo, que toman las riendas de su vida en sus manos) dependientes, castigadas, lastimadas, sometidas, minimizadas. Vaya fiasco, qué decepción.