Buenos Aires. Esta capital y un par de provincias argentinas se quedaron sin suministro de gas, afectando además a grandes industrias, al transporte y a miles de hogares ante la falta de previsión del gobierno del ultraderechista presidente Javier Milei, que fue advertido, como señala un informe, con suficiente anticipación, lo que evidencia las grandes debilidades y la impericia de esta gestión.
Desde 1984, tras la recuperación de la democracia en Argentina es la primera vez que falta el Gas Natural Comprimido (GNC). El gobierno dispuso la interrupción temporal de la provisión de gas a las industrias y al expendio de GNC ante la falta de combustible por problemas en el pago de importaciones del combustible desde Brasil, dijo Manuel Adorni, vocero del manddatario.
"Nosotros emitimos el pago y hubo un rechazo de la empresa" brasileña Petrobras, indicó Adorni y aseguró que "el problema se terminó solucionando", sin dar mayores detalles sobre el motivo del rechazo.
En esta capital así como en San Luis y Córdoba también se restringió el gas en las estaciones de servicio y en industrias, pero al cierre de esta edición comenzaba a normalizarse lentamente el suministro de gas por redes, que permitiría en las próximas horas restablecer el servicio de carga de GNC en estaciones de servicio y probablemente el abastecimiento del combustible a la mayor parte de grandes industrias.
Argentina, con una de las mayores reservas de gas del mundo, está obligada a importar el combustible hasta que que finalicen las obras del gasoducto Néstor Kirchner que debe transportar el fluido desde la cuenca de Vaca Muerta en la Patagonia. El proyecto quedó trunco al ordenar Mieli suspender las obras públicas.
En medio de una nueva crisis por falta de gas, en el sector energético aseguran que “no hay plata” como sostiene Milei lo que “fue tan brutal” que ni siquiera se contempló terminar en tiempo y forma obras importantes, como algunas aledañas al gasoducto Néstor Kirchner, vitales para que el caño que trae el gas desde Vaca Muerta cargue lo suficiente para pasar el invierno.
“Exageraron sin razón. Hay que ser razonables y organizados: se pueden recortar obras, pero no podés pegarte tiros en los pies por sobreactuar ahorro”, resumió un alto ejecutivo de una de las principales empresas energéticas del país, de acuerdo a Infobae.
En otro frente, quedan 24 de las 72 horas que el juez federal Sebastián Casanello dispuso en una orden al ministerio de Capital Humano para que entregue cinco mil toneladas de alimentos a los comedores populares, que adquirió en noviembre pasado el anterior gobierno para repartir como le correspondió hacer al nuevo gobierno de Milei, que asumió el 10 de diciembre pasado y no lo hizo.
Desde hace seis meses se suspendió el envío de alimentos a los 44 mil comedores populares y escolares, transformando la situación en una crisis humanitaria. Los despidos de las últimas semanas suman los 240 mil, a los que se agregan los 200 mil de la construcción.
En la provincia de Corrientes, un trabajador entre varios despedidos intentó suicidarse al conocer la decisión de la empresa. Se suma esto al levantamiento de policías, docentes, trabajadores sanitarios y otros que cumplieron más de diez días de protestas acampando en las calles de Posadas la capital de Misiones.
El gobierno aceptó las última propuestas de los policías en huelga. Los voceros policiales solicitan una respuesta para los docentes, los trabajadores sanitarios y otros, cuyos salarios son tan miserables que ni siquiera alcanza a la mitad de lo que cuesta la canasta básica.
Coincidiendo con estas situaciones y los cambios en el gabinete del gobierno el presidente Javier Milei viajó el martes a Estados Unidos, en el sexto viaje, desde que asumió, cinco de los cuales son personales para participar en reuniones de la derecha internacional con fondos del Estado y ausentándose en plena crisis de energía a los que no da respuesta. El país arde ante una catarata de aumentos de servicios públicos que es imposible pagar.