Acapulco, Gro. El representante de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en México, Alan García Campos, advirtió que la impunidad que prevalece en México en relación con el delito de desaparición, lo convierte en el paradigma del crimen perfecto, desde la visión de organismos internacionales, pues solamente existen 35 sentencias, y la cifra oficial de personas desaparecidas supera los 116 mil.
En el contexto de la inauguración de la vigésimo quinta exposición itinerante de fotografías de personas desaparecidas en el estado de Guerrero, que la tarde del sábado cumplió dos años, montada por el colectivo Memoria, Verdad y Justicia de Acapulco, García Campos subrayó que el 97 por ciento de las desapariciones registradas en el país, ocurrieron de 2006 a la fecha, cuando fue adoptado el modelo de seguridad pública que prevalece hasta la actualidad, con las fuerzas armadas expandiendo sus actividades a diferentes esferas del ámbito civil.
Señaló que la situación se vuelve más compleja, pues quienes perpetran las desapariciones en ocasiones son agentes del Estado, fuerzas federales, estatales e incluso municipales, que actúan en connivencia con el crimen organizado.
En todo caso, recalcó García Campos, es obligación del Estado que la conducta delictiva de la desaparición no se siga reproduciendo, y cuando lamentablemente se materializa, exista una respuesta pronta, sensible, enfática, encaminada a la localización de la persona desaparecida, que se le identifique con certidumbre y que los perpetradores paguen ante la justicia conforme a las reglas del debido proceso.
García Campos enfatizó que "desde organismos internacionales hemos enfatizado la necesidad de que las autoridades asuman la búsqueda y la investigación como una responsabilidad propia, no es posible que en un México lacerado, con más de 116 mil personas oficialmente reconocidas como desaparecidas, que sean las familias las que hagan las investigaciones".
En esta ocasión, madres buscadoras realizaron una caminata simbólica a las 14 horas en el zócalo de Acapulco, en el contexto del segundo aniversario de la exposición fotográfica itinerante, que es montada el primer sábado de cada mes.
La presidenta del colectivo Memoria, Verdad y Justicia, Socorro Gil Guzmán, manifestó que "estamos aquí para seguir exigiendo que los busquen, no son solo números, los desaparecidos no son cifras, son nuestros hijos y son nuestros desaparecidos".
En relación con la exposición de rostros de personas no localizadas, Gil Guzmán explicó que "inconformes porque a nuestros seres queridos no se les busca adecuadamente, no se les busca definitivamente, a pesar de haber hecho todos los trámites legales posibles para la búsqueda en vida, a pesar de haber denunciado ante el Ministerio Público, ante fiscalías estatales y federales, decidimos iniciar esta exposición fotográfica, para visibilizar el problema y que la sociedad haga conciencia".
Subrayó que "las madres hace dos años decidimos ser actoras de nuestros destinos y hacer todo lo posible por visibilizar algunas de las problemáticas que pasamos las familias acapulqueñas por buscar a nuestros seres queridos; que no nos digan locas por buscarlos, que no nos digan ya déjenlos descansar, que nos digan, en algo andaban".
Gil Guzmán, madre de Jonathan Romero, quien fue desaparecido en diciembre de 2018, después de ser detenido por policías municipales en el centro de Acapulco, según las indagatorias de doña Socorro, puntualizó que "no solamente es mi hijo, son más de 100 mil desaparecidos en este país, tenemos que salir a las calles a buscar, gritarle a las autoridades que hagan su trabajo, que hagan lo que les corresponde, pues de otra forma nadie lo hace, si yo como madre no busco a mi hijo nadie lo va a buscar, las autoridades no hacen nada, las carpetas de investigación ni siquiera las tocan, solo están llenas de folders".
Acusó que la justificación de la fiscalía es que las carpetas de investigación se las llevó el huracán Otis, y reprochó que "nos llevan a las búsquedas a pasear a los cerros, ni siquiera están preparados, no llevan el material que deben llevar, solamente van a los cerros a caminar, ni siquiera hacen prospección de los sitios donde vamos a buscar, nos llevan a caminar nada más, a pasear, como si fuéramos de día de campo".