Economía
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Unión Europea: el mapa y el territorio
L

os partidos de la extrema derecha avanzaron en su posición relativa dentro del Parlamento Europeo. Aun cuando no obtuvieron la mayoría, el resultado ha sido muy significativo. La situación así lo indica en los tres países más grandes de la zona: Alemania, Francia e Italia. Esto ha cimbrado al gobierno del canciller Scholz y también al del presidente Macron, mientras Giorgia Meloni reforzó su liderazgo como primera ministra de Italia. En España, el conservador Partido Popular ganó sólo dos diputados más que los socialistas, lo que clamaron como una gran victoria. En fin, que el gobierno comunitario es un entramado de posturas e ideas políticas y entre sus funciones están las legislativas, que abarcan decisiones que afectan directamente a los ciudadanos, en lo que en buena medida constituye una enorme burocracia con sede en Bruselas, pero con gran influencia a escala regional.

El canal de noticias Euronews ha señalado algunos de los principales asuntos que están frente a la Unión Europea en esta legislatura. El alza de los precios, entre ellos los de la energía, pone en la mesa la política sectorial y, de modo más amplio, la manera de enfrentar el cambio climático.

Un tema candente en el debate político de la zona es, sin duda, la inmigración ilegal. El pacto actualmente existente ha sido definido como perfectamente imperfecto y nadie está conforme: la izquierda lo considera muy de derecha y viceversa. Lo que es cierto es que Europa requiere de la inmigración. Por vez primera desde 1960, cuando el número de nacidos vivos en la UE fue cercano a 7 millones, en 2022 cayó por debajo de 4 millones, siendo una de las tasas de fertilidad más bajas del mundo. La población europea, además, está envejeciendo rápidamente.

En el caso de la defensa, se sostiene que será un asunto crucial para el gobierno comunitario, primero por la guerra en curso de Rusia en Ucrania, que abre la posibilidad de otros conflictos en el continente. Esto sucede en un entorno en que la defensa carece del potencial militar suficiente y no cuenta, necesariamente, con el respaldo que convencionalmente ha tenido de Estados Unidos para reforzar su condición geopolítica.

Destaca entre estas prioridades el tema medioambiental. Se ha fijado la meta de reducir la emisión de gases de efecto invernadero en 55 por ciento para el final de esta década, lo que sin duda constituye una empresa difícil de conseguir. En el seno de la UE hay partidos de derecha que apoyan las demandas de los agricultores de la región frente a las regulaciones existentes, lo que puede llevar a poner en pausa el acuerdo verde existente.

La revista inglesa The Economist señala las posibles condiciones de inestabilidad que enfrenta Europa. Con la ironía propia de esa publicación, apunta que en el quinquenio que recién terminó la UE tuvo un periodo digno de olvido. En mayo de 2019, sólo ocho meses después de la anterior votación, perdió a uno de sus miembros, Reino Unido, que fue el primero en abandonar el bloque creado hace seis décadas. Luego vino el embate de la pandemia e inmediatamente después una crisis energética; la economía regional se contrajo y los partidos de la derecha expusieron con insistencia sus tendencias xenófobas y nacionalistas.

El contexto político emanado de las recientes elecciones, según la misma publicación, pone en evidencia que en los años recientes la UE ha tenido que ir calibrando la decreciente capacidad de las fuerzas más moderadas para contener a los partidos de la derecha. Hoy, con estas elecciones, el mapa político de Europa se ha modificado y este es un rasgo que, como se indicó antes, ha puesto ya de cabeza a Alemania, donde el partido populista y de extrema derecha Alternativa para Alemania alcanzó casi 16 por ciento de los votos y se situó en el segundo puesto tras la fuerza de centro derecha de los Demócratas Cristianos. En Francia, Marine Le Pen, dirigente de Reagrupación Nacional, puso en jaque al gobierno de Macron, que convocó inmediatamente a una elección anticipada. En otros países se han reafirmado o cuando menos refrendado los liderazgos de partidos de derecha. En Italia se fortalece el gobierno de Hermanos de Italia y de su líder, Giorgia Meloni, que se espera tendrá más influencia en la UE. En Hungría salió adelante, aunque un poco dañado, Victor Orbán, y Bélgica quedó con una coalición complicada de gestionar. En Austria el Partido Libertad, de extrema derecha, obtuvo el primer puesto con 25.7 por ciento del voto. En Polonia se sostuvo el partido centrista del primer ministro Donald Tusk, que afirmó su posición política.

Esta incompleta semblanza sólo intenta exhibir los cambios significativos en el entorno político europeo y los conflictos existentes en un parlamento supranacional de esa magnitud. Me he referido al mapa político que sirve como metáfora para apreciar la asociación política de 27 países que delegan parte de su soberanía en las instituciones comunes como el Parlamento Europeo. Pero el mapa no es el territorio; éste corresponde a la configuración de otra escala de las condiciones políticas. Esto no debe olvidarse en los análisis históricos, políticos, económicos y sociales, pues de ser así necesariamente tendremos un entendimiento incompleto de una realidad que tiene una dimensión fragmentada.