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Explora el poeta Christian Peña la figura paterna
 
Periódico La Jornada
Lunes 17 de junio de 2024, p. 3

La paternidad, su ausencia y las formas en que se manifiesta son el puente que conecta el poemario Quirón (Vaso Roto) con el ensayo Padres huérfanos (Elefanta Editorial), explicó el autor de ambos libros, Christian Peña: uno nunca termina del todo de ser hijo ni padre.

El escritor dijo a La Jornada que la figura paterna, esa lengua paterna y la deuda que tienes con la lengua que hablas es lo que me ha interesado explorar desde distintas avenidas, puede ser el padre de Kafka, mi padre o la poesía como esa lengua que se adopta.

Peña (CDMX, 1985) obtuvo con Quirón el Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines y, a mediados de mayo pasado, el Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores 2023.

El jurado del Villaurrutia dictaminó que el poeta conjuga diversos elementos que interactúan entre sí para crear una constelación poética que exhorta a redefinir la relación entre el pasado y el presente del poeta, como hijo y como padre. También explora temas como el amor, la muerte, la identidad, la moralidad y la naturaleza del ser humano.

El poeta precisó que Padres huérfanos investiga “la orfandad de mi padre, de la mano de una indagación y una lectura sobre la orfandad de Juan Rulfo, presente tanto en su vida como su obra; por otro lado, Quirón, si bien toca el tema de la relación con mi padre desde mi visión como hijo, su tema central radica en mi perspectiva como padre de mi hijo”.

El poemario “ahonda en Quirón, el centauro por excelencia, curiosamente mentor de muchos héroes huérfanos. Me interesaba la figura de un hombre cargando a su hijo sobre los hombros y cómo en esa especie de metáfora se creaba un animal distinto con ambos.

Transita también por el dolor de Quirón como elemento mitológico, cuando es herido en la rodilla con una flecha envenenada con la sangre de la hidra. Es una herida mortal, pero como él es un ser inmortal está destinado a vivir con ese dolor y curar el de los demás. Para mí eso es el ejercicio poético: hay cosas que la poesía no alcanza a resolver sobre las lesiones propias y alguien puede sentirse próximo y encontrar una suerte de alivio.

Christian Peña contó que Padres huérfanos empezó como ensayos sobre la obra de Rulfo, pero luego notó la cercanía de las historias del padre de Rulfo y del suyo. Quirón lo escribió alrededor de un año después.

El también ensayista recordó que su primer título, Lengua paterna, “tiene que ver con la imprecisión de la figura del padre. Tenemos una lengua materna, pero hay otra que se puede aprender y es imprecisa. Tiene que ver con el oficio poético. La figura del padre, aún si está presente o ausente, es borrosa. La tienes que ir armando poco a poco, como si intentaras ver de noche las formas precisas de una estatua”.

El escritor consideró que Juan Rulfo, aunque es conocido sobre todo por su narrativa, tiene en Pedro Páramo espacios de poema en prosa y con ello es de los mejores poetas del siglo XX.

Rulfo, continuó Peña, es autor de una obra casi mitológica y es muy importante su intento de traer el habla de su tierra, como sostenía en entrevistas, “como el que si le preguntaba a alguien cuánto faltaba para llegar al siguiente poblado en vez de decir que eran 20 minutos o tres horas, le respondían: ‘Te hace falta caminar mucho sol para llegar’. Ahí hay un lenguaje interesante, poético sin duda.

“Rulfo es una figura envuelta por su propio mito: escribe los libros, trabaja como vendedor de neumáticos, era fotógrafo, alpinista, publicista; el suyo es una especie de retrato impreciso. Quién sabe quién pudo haber capturado la imagen real de Rulfo o si Rulfo realmente pudo haber hecho un autorretrato de sí mismo.

“Por otro lado, como lo menciono en Padres huérfanos, me parece que es el padre huérfano de la literatura mexicana. Tiene esos dos libros, decide educar, crear, darnos una lección de paternidad con esos dos libros y luego se va.”

Peña sostuvo que el poeta no es cronista de las emociones, no escribe en una especie de acto reflejo de lo que le sucede en la vida, “el poeta canta e inventa y narra y ensaya y reflexiona a lo largo del poema que está escribiendo.

“Es importante el ejercicio y la reflexión y quizá por eso Padres huérfanos es el primer libro de prosa que escribo, si bien tengo ensayos sobre autores mexicanos importantes para mí: Antonio Deltoro, Francisco Hernández y de la generación de los 40, pero sobre Rulfo necesitaba expresar que es una figura fundamental para mi escritura y abordarlo como huérfano y como poeta.”