Editorial
Ver día anteriorMiércoles 8 de diciembre de 2021Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Vacunación: tercera ronda
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a aplicación de las dosis de refuerzo de la vacuna contra el Covid-19 en adultos mayores de 60 años se inició ayer en Chiapas, Ciudad de México, Oaxaca, Jalisco, Sinaloa y Yucatán. Durante la conferencia de prensa matutina que se llevó a cabo en Zapopan, el subsecretario de Salud Hugo López-Gatell informó que no se requerirá registro previo y que las personas podrán acudir a los centros de vacunación de forma directa para recibir el biológico de AstraZeneca, sin importar si en la primera ronda de inmunizaciones se les aplicó alguno de los otros disponibles.

El arranque de esta nueva fase de vacunación es un recordatorio de que la pandemia ha obligado a todos los países a planear e implementar sus estrategias sobre la marcha, conforme avanza el conocimiento científico en torno al coronavirus. En este caso, la dosis de refuerzo responde a la necesidad de extender el periodo de protección que brindan los inmunizantes, el cual da señales de ser más corto de lo deseable, y es también el avance paulatino de los estudios el que ha llevado a ampliar la aplicación de las vacunas a los adolescentes con independencia de si presentan o no comorbilidades, así como el que impulsa el debate en torno a la idoneidad de inmunizar a los niños de menos de 12 años ante el incremento de casos de la enfermedad entre ellos.

En el mismo espíritu de responder ante la evidencia que se recoge en el día a día de la lucha contra la enfermedad, Hugo López-Gatell planteó la posibilidad de retirar los cuestionarios que se realizan en los puntos de llegada al país –especialmente los aeropuertos– para saber si el viajero podría ser un eventual propagador de Covid-19, pues hasta ahora no han mostrado ninguna utilidad para frenar la proliferación del virus y, en cambio, estorban a la dinámica de las terminales aéreas.

Siempre y cuando se vea acompañado de políticas para la detección temprana de la enfermedad y el tratamiento oportuno de los eventuales pacientes, el retiro de los cuestionarios parece acertado en la medida en que, ciertamente, parece poco útil preguntar sobre su estado de salud a personas que, o no se saben portadoras del virus, o decidieron viajar a sabiendas de que lo son y, por lo tanto, difícilmente responderán con honestidad a ese instrumento. Además, los casi dos años de pandemia han demostrado que no es con restricciones ni coerciones como puede atacarse al Covid-19, sino con un ambiente de confianza entre autoridades y ciudadanos, con responsabilidad personal y social, además de un flujo constante de información que contrarreste la indeseable pero ubicua infodemia.