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Corte en Moscú evita hacer mártir a Yegor Zhukov

Condena de 3 años de libertad condicional a famoso bloguero ruso
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 7 de diciembre de 2019, p. 26

Moscú. Una corte de distrito de la capital rusa condenó a Yegor Zhukov –brillante estudiante de ciencias políticas cuyo blog llegó a tener numerosos seguidores en Internet– a tres años de libertad condicional al considerar este viernes que es culpable de delitos tipificados en el Código Penal como modalidad de extremismo.

Con esta decisión, la justicia rusa resolvió un triple problema:

En primer lugar, salvó la cara del Servicio Federal de Seguridad (FSB, por sus siglas en ruso), que proporcionó a la fiscalía un dudoso peritaje lingüístico para solicitar que se impusiera a Zhukov como pena cuatro años de prisión efectiva, al sentenciar que está probado que infringió la ley y merece un castigo.

En segundo, evitó crear un mártir para la oposición al destruir la vida de un joven talentoso que, encarcelado, tendría que dejar los estudios siendo inocente de las atrocidades que se le quieren atribuir, lo cual, además, hubiera provocado un estallido de indignación de sus compañeros, contraproducente para las autoridades.

Y por último, satisfizo el deseo del Kremlin de neutralizar una de las voces más críticas en su contra, silenciando a un líder de opinión entre los jóvenes, sus coetáneos. La juez Svetlana Ujnaliova determinó que Zhukov no podrá tener ningún blog propio en Internet en los siguientes dos años, a riesgo de perder la libertad condicional y de cumplir el resto de la condena en prisión efectiva, ni podrá ser postulado a un cargo de elección durante mucho tiempo, entre otras restricciones que se aplican a cualquier persona que haya sido condenada a una pena condicional como, por poner el ejemplo más emblemático (para él se modificó la ley para inhabilitarlo), Aleksei Navalny, líder de la oposición extraparlamentaria.

El caso de Zhukov es especial por varios motivos. Su inapelable argumentación, mediante su blog, movilizó a muchos jóvenes que salieron a la calle a protestar el verano pasado contra la arbitraria exclusión del registro de candidatos opositores en las elecciones municipales en Moscú.

Se le detuvo el 2 de agosto pasado como uno de los instigadores de los disturbios masivos, basándose en fragmentos de video en los que figura otra persona, parecida a él, pero, finalmente, tuvo que reconocerse que no era Zhukov.

No quedó más remedio que sacarlo de la prisión preventiva y ponerlo bajo arresto domiciliario, por encontrar de inmediato un nuevo cargo en su contra: llamamientos públicos al extremismo en Internet (parte segunda del artículo 280 del Código Penal).

Así lo concluyó un experto convencido de que, al exhortar Zhukov en una entrada de su blog a recurrir a cualquier forma de protesta, podría entenderse que con esa frase estaba impulsando a sus lectores a cometer barbaridades como asesinar al Presidente, dar un golpe de Estado o violar de cualquier otra manera la Constitución.

La corte declinó escuchar a ningún reconocido lingüista llamado por la defensa, lo cual hubiera puesto en evidencia las elucubraciones del experto del FSB, matemático de profesión.

En ese contexto, Zhukov pronunció en su alegato final una pieza oratoria digna de entrar en cualquier antología, que terminó con la demoledora frase: Trato de alegrarme de que me tocara la suerte de pasar esta prueba en defensa de mis ideales. En última instancia, señoría, mientras más tenebroso sea mi futuro, mayor será la sonrisa con que yo lo mire.

No faltó quien, en las redes sociales del segmento ruso de Internet, comparara el impacto de las palabras del joven de apenas 21 años de edad –toda proporción guardada– con el causado en 1953 por Fidel Castro con La historia me absolverá o por Nelson Mandela, en 1961, con Es un ideal por el que estoy dispuesto a morir.