Uno de los propósitos de la reunión que sostuvo el presidente Enrique Peña Nieto con su gabinete el pasado martes, fue pedir a los secretarios de Estado que adopten medidas para no dejar una carga financiera extra al próximo gobierno federal, entre las que se incluye liquidar a trabajadores eventuales, colaborar y brindar toda la información existente para facilitar la elaboración de los nuevos programas.

Ayer, en conferencia de prensa, Eduardo Sánchez, vocero de la Presidencia de la República, explicó que el jefe del Ejecutivo pidió a los funcionarios federales cerrar fuerte el sexenio que concluye el 30 de noviembre.

Una de las medidas que planteó Peña Nieto fue que el personal eventual contratado para tareas específicas habrá de irse finiquitando, a efecto de que la estructura de gobierno que reciba la próxima administración, encabezada por Andrés Manuel López Obrador, no tenga cargas adicionales.

Se habló del término de las presiones de gasto que se tienen para los próximos meses y que cada secretaría realice los ajustes que sean necesarios para que la próxima administración no tenga cargas, más allá de los que la propia operación requiere, y que tenga las mejores condiciones financieras para el arranque de su administración, señaló Sánchez. La Secretaría de Hacienda, recordó, ya había emitido un lineamiento para prohibir nuevas contrataciones de personal.

Lo que importa es que el cierre de administración sea con finanzas públicas sanas, señalaron por separado fuentes gubernamentales.

Según esta previsión, cada secretaría debe hacer una evaluación y definir las áreas y programas en las que pueden aplicar las bajas. De igual forma, se analizarán los subejercicios presupuestales y el estado de los programas no aplicados u operados parcialmente.

La instrucción del presidente Peña fue hacer un ajuste en las finanzas públicas con la finalidad de no gastar en lo que no se necesite hacer y que haya una tesorería con recursos, indicaron las fuentes consultadas.

Los funcionarios también deberán revisar cada uno de sus objetivos programáticos, gastos en servicios personales, operativos y de inversión, con la finalidad de no dejar compromisos contractuales o laborales a la administración de López Obrador.

En la Secretaría de Gobernación, por ejemplo, no se prevé el recorte de plazas o de personal eventual.

En la reunión del martes, el presidente Peña Nieto también pidió hacer un balance de los 266 compromisos que adquirió durante su campaña, sobre lo cual presentará próximamente las conclusiones.

Fue muy positiva esta evaluación y, afortunadamente, se ve que hacia el final de la administración habrán de rendirse muy buenas cuentas, adelantó Sánchez.

En cuanto a las primeras directrices que anunció López Obrador para su gobierno, como la descentralización de distintas dependencias, el recorte de áreas de comunicación social o la reducción de salarios, Sánchez sostuvo que el gobierno federal no emitirá ninguna posición u opinión y se limitó a expresar su deseo de que le vaya muy bien al próximo gobierno federal.