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Reporta el INAH hallazgos de la temporada de campo 2017 en la península de Yucatán

Arqueólogos subacuáticos ubican los pecios más antiguos del litoral de Sisal

Completan circuito de navegación y reconocimiento en el Golfo y el Caribe mexicanos

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Aspecto de la exploración subacuática en los restos del vapor Adalio, en imagen perteneciente al archivo del Instituto Nacional de Antropología e HistoriaFoto Helena Barba/ INAH
 
Periódico La Jornada
Jueves 7 de diciembre de 2017, p. 4

Expertos de la Subdirección de Arqueología Subacuática (SAS) del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) localizaron varios pecios en Sisal, Yucatán.

Esos hallazgos se inscriben en la temporada de campo 2017, del Proyecto Integral para la Protección, Conservación, Investigación y Difusión del Patrimonio Cultural Sumergido de la Península de Yucatán, reportó el instituto.

Los pecios son considerados los más antiguos del área de Sisal, pueblo y apacible destino de playa y una importante fuente de empleo para los pescadores que a diario sondan sus cálidas aguas en busca de sustento.

Añade el INAH: Entre los siglos XVIII y XIX, sin embargo, fue un bullicioso puerto que atrajo a numerosas embarcaciones, muchas de las cuales jamás llegaron a su destino ni volvieron a ser vistas hasta ahora.

Son tres sitios que se identificaron con la ayuda de guías locales, y que corresponden a un barco de guerra holandés del siglo XVIII, un vapor británico del XIX y un faro de finales del XIX e inicios del XX, informó la arqueóloga Helena Barba Meinecke, responsable de Arqueología Subacuática Península de Yucatán de la SAS.

Cañones de Madagascar

El primero ha sido denominado Cañones de Madagascar, debido al material encontrado y su localización en el arrecife Madagascar, 22 millas náuticas (40 kilómetros) al noroeste de Sisal.

“Registramos en dibujo, fotografía y video 12 cañones de hierro cuyas dimensiones –de 2.5 metros de largo por casi medio metro de diámetro– guardan semejanza a la artillería de las fragatas de guerra holandesas que navegaban las Indias Occidentales en el siglo XVIII.”

Con base un examen visual se infirió que cuatro de esos cañones fueron alijados, es decir, que la tripulación los arrojó por la borda intentando reflotar la nave que, por el tamaño y el número de armas, debió pesar más de 300 toneladas.

Más adelante, 19 metros al sureste, el equipo de la SAS halló ocho cañones y ocho balas de esa pieza de artillería, además de fragmentos cerámicos, que parecen haberse hundido en un solo momento por lo que, se cree, es el sitio del naufragio.

Sin embargo, dijo la arqueóloga, este segundo grupo está cubierto por una capa de más de 15 centímetros de coral, de allí que el barco, sus montículos de lastre u otros elementos, como su clavazón o recubrimiento, puedan encontrarse bajo el coral, o bien, dado que comúnmente los cascos se hacían de madera, quizá éste se haya degradado por la temperatura, la corriente marina y otras acciones naturales del medio.

La filiación del pecio se conocía antes de la salida a campo, al contarse con referencias del Archivo General de Indias, en Sevilla, España; en particular, una carta del entonces gobernador de Yucatán, Antonio de Cortaire, fechada en 1722, en la que ordenaba revisar el sistema de vigías en la costa norte de su territorio, tras enterarse del naufragio en febrero de aquel año –temporada de los letales vientos norte– de dos fragatas holandesas con mercancía de contrabando, cuya tripulación, formada por holandeses e ingleses, fue rescatada y trasladada a Sisal.

No se sabe todavía a cuál de las dos fragatas pertenece el derrelicto; sin embargo, los especialistas del INAH trabajan en su identificación mediante el estudio de materiales.

El segundo se llama Vapor Adalio, en honor al abuelo del pescador local Juan Diego Esquivel, quien condujo a los arqueólogos hasta su ubicación, 1.08 millas náuticas (2 kilómetros) al norte de Sisal.

Es un barco de vapor tipo Mississippi, cuya máquina de balancín y ruedas de paleta, entre otros elementos, indican que fue construido entre 1807 y 1870, antes de los vapores de caldera tipo escocesa y triple expansión.

“Un gran descubrimiento junto con restos de porcelana y cerámica de gres; fueron ocho cubiertos que recuperamos tras realizar un pozo para el estudio estratigráfico del fondo marino en el sitio del Vapor Adalio. Son importantes porque en otros lugares hemos encontrado objetos como anclas y balas, propios de la navegación, o bienes de comercio y consumo, pero no utensilios como cucharas, tenedores y cuchillos que, en este caso, hablan de la vida cotidiana a bordo durante el siglo XIX.”

Un faro, tercer hallazgo

El tercer hallazgo corresponde a un faro antiguo detectado a dos millas náuticas (3.7 kilómetros) de Sisal, cuya ubicación fue compartida por Juan Diego Esquivel. Pese a que está seccionado, se sabe que medía ocho metros de altura y 3.5 de diámetro.

Acorde con la investigación en gabinete del equipo de la SAS, este faro habría sido edificado a finales del siglo XIX, cuando el gobierno porfirista estableció vigías en diversas costas e islas de México. Probablemente fue arrancado de su sitio por una tormenta tropical.

Helena Barba encomió el papel que desde 2003 tienen los informantes locales en cada temporada de campo, pues ellos conocen y protegen los sitios donde hay vestigios, porque son también los lugares donde obtienen su pesca. Por lo mismo, dijo, se les invita a participar y se les explica la importancia de los datos que comparten, además de que se procura que los pecios queden registrados en su tributo.

Al finalizar esta temporada de campo en Sisal se completa un circuito de navegación y reconocimiento que se inició en 2003 en el litoral de Campeche.

Hoy tenemos un número de pecios, es decir, embarcaciones, anclas, cañones y otros elementos aislados, que suman más de 400 registros dentro del Inventario y Diagnóstico de Recursos Culturales Sumergidos en el Golfo de México y Caribe Mexicano. La ubicación de cada uno en sistemas GPS está resguardada en el Sistema de Información Geográfica de la Subdirección de Arqueología Subacuática Península de Yucatán (sede Campeche) del INAH.

El trabajo de gabinete de los restos hallados esta vez continuará en dos frentes: uno a cargo de Helena Barba desde el Archivo General de Indias, en España, y otro por el historiador Abiud Pizá en los archivos generales de la Nación y de Yucatán.